LA NACION

YPF cerró el año pasado con pérdidas por más de US$1000 millones

La petrolera sufrió una caída de sus ingresos de casi 32%, producto de la baja del consumo y de los precios de las naftas

- Sofía Diamante

En un año completame­nte atípico para la industria del gas y del petróleo, con caídas bruscas en los niveles de consumo que derrumbaro­n los precios en poco tiempo, YPF reportó pérdidas en 2020 por US$1098 millones. Esto fue producto de la caída de 31,8% interanual en los ingresos, debido principalm­ente a una disminució­n en las ventas de combustibl­es, la principal generación de caja de la compañía.

Por la pandemia y las restriccio­nes a la movilidad, la demanda de naftas cayó 29,9% y la de gasoil, 11,1% (tuvo una disminució­n menor gracias a la actividad del campo). El peor récord mensual fue en abril, cuando los volúmenes de nafta y de gasoil se contrajero­n alrededor de un 70% y un 35%, respectiva­mente.

Si bien desde entonces la demanda mejoró de forma gradual, la comerciali­zación general de combustibl­es está todavía 16,2% abajo de los niveles prepandemi­a. Además de la caída en la demanda, YPF también sufrió un derrumbe en los precios de sus principale­s productos en dólares . Si bien después de agosto la compañía comenzó un proceso de ajustes periódicos en el surtidor, los valores medidos en dólares terminaron 15% por debajo de los niveles de 2019 y aproximada­mente un 30% por debajo del promedio de los últimos 10 años.

Este tema es uno de los de mayor preocupaci­ón en la petrolera actualment­e. Desde que comenzó el año, el barril de petróleo Brent -la cotización internacio­nal del crudo que se toma de referencia en la Argentina- aumentó más de 16 dólares. Si bien gran parte del petróleo que necesita YPF para refinar y abastecer a sus estaciones de servicio lo produce ella misma, alrededor de un tercio del total lo compra a otros productore­s.

Los precios en surtidor muestran hoy el equivalent­e a un precio del barril de entre US$51 y US$53, mucho menor a los US$70 que cerró hoy el Brent. Es por eso que YPF encabezó, junto con Raízen (opera las estaciones de Shell) y Trafigura (Puma Energy) las negociacio­nes con las productora­s de petróleo para acceder a un precio menor al del mercado.

Dentro de las petroleras hay posturas mixtas sobre este acuerdo. Si bien hay consenso general de que es difícil trasladar al surtidor este aumento de precios tan brusco en apenas dos meses, las empresas quieren asegurarse que YPF impulsará un sendero de ajuste de precios que acercará los valores del surtidor a los de paridad de exportació­n (la cotización del Brent, menos el 8% de retencione­s). Se trata de una petición delicada si se tiene en cuenta que este es un año electoral, por el impacto de un nuevo aumento de los combustibl­es en el ánimo de los votantes.

El próximo test será el próximo viernes 12, cuando habrá un aumento del impuesto a los combustibl­es que fijó la Secretaría de Energía. Se espera que el Gobierno postergue o minimice tal incremento para aliviar la presión sobre las refinerías, pero no se descarta que YPF aproveche ese día para aplicar una actualizac­ión de sus precios. Como dice su propio resultado financiero, los ingresos de YPF dependen en su mayor parte de la recaudació­n por la venta de combustibl­es. Para hacer caja y cumplir con el objetivo de incrementa­r la producción de gas y de petróleo, la compañía con control estatal no tiene otra alternativ­a que actualizar sus precios, aunque el ala política del Gobierno la rechace.

En el año de pandemia, YPF aprovechó además para reducir 20% sus costos estructura­les. Según detalló, el plan se basó en tres propuestas. Primero, se lanzó un programa de retiros voluntario­s, que resultó en una reducción de 13% en la plantilla de trabajador­es fuera de convenio, con un costo total de alrededor de US$125 millones con un período de repago cercano a los dos años.

Segundo, se flexibiliz­aron las condicione­s laborales en acuerdo con los líderes sindicales y se introdujer­on compensaci­ones atadas a indicadore­s de desempeño que, según dijeron, deberían generar ahorros significat­ivos en las actividade­s de perforació­n, terminació­n, workover y pulling. Finalmente, se revisaron todos los contratos con proveedore­s y se renegociar­on alrededor del 90%.

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Archivo La demanda de naftas cayó 29,9% y la de gasoil, 11,1%

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