Por los asaltos, los vecinos de La Horqueta bloquearon varias calles
Colocaron macetones o caños a modo de vallas en los accesos al barrio
El robo en la casa del exjefe del Ejército durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner parece confirmar la certeza que llevó a sus vecinos de La Horqueta a bloquear varias calles como una forma de entorpecer el paso de vehículos no identificados y, así, prevenir delitos.
Como publicó el 20 de la nacion febrero pasado, el presidente de la Junta Vecinal, Óscar López Serrot, explicó: “Veníamos pidiendo mayor seguridad en el barrio, pero nos decían que no tenían más efectivos; entonces, para no depender de las autoridades, lo que hicimos es cerrar las calles para limitar el ingreso y egreso a los delincuentes en determinados lugares del barrio”.
Señaló que en algunos casos fueron los mismos residentes los que bloquearon las calles, mientras que también “se le pidió a la municipalidad si tenía algún elemento que pudiese brindar para cerrar la calle” y que, en efecto, las autoridades locales proveyeron unos caños que fueron colocados a modo de muralla a lo ancho de las calzadas que conducen hacia el interior del barrio desde la colectora del Acceso Tigre. Consultados por la cronista de
que había ido a recorrer la nacion la zona a propósito de la anomalía, funcionarios del Poder ejecutivo de San Isidro dijeron: “Estamos evaluando qué decisión tomar al respecto, hablando con los vecinos y con la Junta Vecinal de La Horqueta. No es una medida impulsada desde el municipio”.
En La Horqueta se generó una grieta entre quienes están a favor de la medida y aquellos que se oponen. Por un lado, algunos vecinos sostienen que no se puede obstruir la libertad de tránsito; quienes están en la vereda de enfrente de ese pensamiento sostienen que prefieren anteponer la seguridad a la fluidez de circulación.
“Es discutible el tema porque hay visiones distintas, y para mí las dos son válidas. En este caso, frente a que peligra nuestra vida y sabiendo que no se puede cerrar una calle, tomamos la decisión de hacerlo para privilegiar el derecho a la vida y a la seguridad”, dijo Serrot.
En la Junta Vecinal afirman que si bien “no siempre hubo un consenso del 100%” la decisión estuvo avalada por la gran mayoría de los vecinos que vivían en las calles que se clausuraban, y que los macetones, que se colocaban de manera transitoria, quedaban permanentes si no había reclamos.