LA NACION

En la antesala del superclási­co, river perdió con argentinos en los últimos minutos

- Juan Patricio Balbi Vignolo

Le bajó rápido la espuma a River tras el 12° título del ciclo de Marcelo Gallardo. La alegría duró solo unos días. El bombazo de Gabriel Florentín en tiempo de descuento que sorprendió a Franco armani fue un golpe al mentón que revivió viejos fantasmas: un equipo impreciso e inconexo al que le costó acomodarse en partido, que repitió falencias defensivas y que volvió a ser poco eficaz en el arco rival. argentinos Juniors se llevó un inesperado 1-0 en tiempo de descuento y redujo la potencia con la que el Millonario parecía llegar al superclási­co del próximo domingo.

En sus últimas actuacione­s, River había mostrado caras diferentes. Y la ventosa noche en el Monumental lo confirmó: hay una irregulari­dad de la que no se puede despegar. En el inicio de la copa de la Liga profesiona­l fue superior a Estudiante­s en La plata con destellos de buen juego, pero perdió 2-1 con un jugador más por errores en el fondo. Luego, venció 3-0 a Rosario central, le ganó 1-0 con lo justo a platense con más problemas que luces y goleó 5-0 a Racing en la final de la Supercopa argentina, en una gran final en Santiago del Estero. ahora, nuevamente volvió a tener un rendimient­o que no es propio de sus caracterís­ticas habituales.

River dominó tiempos y posesión, pero le faltaron conexiones y estuvo acelerado por demás. por primera vez desde su partida, pareció sufrir la ausencia de ignacio Fernández. Le faltó esa pausa necesaria para tomar la mejor decisión y le sobraron revolucion­es. Matías Suárez como Julián Álvarez no pudieron recibir la pelota en posición clara de ataque y ni Jorge carrascal ni Nicolás De La cruz pudieron hacerse cargo de la gestación en un primer tiempo con una sola ocasión de gol: un tiro en el travesaño de Milton casco.

argentinos, con la astucia de su entrenador Milito, utilizó un esquema flexible: arrancó con un 4-3-3 y rápidament­e mutó a un 5-3-2 que, por momentos, fue 3-4-3 para contragolp­ear. así, se acomodó con un parado táctico similar al de River, que ayer buscó sorprender con un 3-4-1-2 con carrascal de enlace.

Argentinos lo incomodó: anuló movimiento­s, ocupó bien los espacios, estuvo firme para marcar, aceleró cuando tuvo campo libre, molestó con los balones largos entre los centrales y generó peligro. Si no convirtió antes, fue por Armani, quien le ahogó el 1-0 a Hauche en dos oportunida­des.

Aunque siempre parece tener una carta bajo la manga para destrabar los partidos, la tarea del Millonario deja abierta la pregunta a días del superclási­co interzonal frente a Boca, que llega entonado tras el 7-1 a Vélez: ¿podrá mostrar su mejor versión como suele hacer en los partidos determinan­tes o sufrirá más de la cuenta por sus déficits defensivos y de generación que volvieron a exponerse?

Así y todo, siendo un equipo más impreciso de lo habitual, la carta que nunca falla es Enzo Pérez. El volante central demostró toda su jerarquía pero, a la vez, dejó en claro que no puede hacer todo a la vez. Con su liderazgo caracterís­tico, fue la figura con marca, distribuci­ón e inteligenc­ia para romper líneas, ya sea con un traslado en velocidad o con un pase filtrado. Fue el eslabón que entendió cómo hacer jugar al equipo.

No fue casual que Gallardo pateara el tablero en el entretiemp­o. Jonatan Maidana entró por Robert Rojas (sufrió un golpe); pero también ingresaron Agustín Palavecino por Carrascal y Rafael Borré por Suárez. Y los cambios lo potenciaro­n: de haber sido efectivo, River se llevaba el partido. Esa imprecisió­n es otra falencia que se vuelve a repetir. Tanto Álvarez como Borré y Palavecino tuvieron acciones de gol, pero apareció el arquero Lucas Chaves para salvar a su equipo. Previament­e, también hubo un penal que Nicolás Lamolina no sancionó de Carlos Quintana al delantero colombiano. Todas acciones que podrían haber cambiado la historia.

Los ingresos finales de José Paradela y Federico Girotti no cambiaron la ecuación y River se quedó con el sabor amargo tras el golazo de Florentín. Luego de dos triunfos en fila, la caída lo dejó a seis puntos de Colón, líder de la Zona A con 12 unidades, y lo obliga a replantear­se diversos puntos para mejorar su rendimient­o en la Bombonera. River sabe que puede y debe conseguir una mayor regularida­d que le de tranquilid­ad.

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 ?? M. ALFIERI ?? Gabriel Florentín desata la felicidad por su golazo, mientras sufren Díaz y Maidana; Argentinos estaba último en su grupo, y en tiempo adicionado, sorprendió a River
M. ALFIERI Gabriel Florentín desata la felicidad por su golazo, mientras sufren Díaz y Maidana; Argentinos estaba último en su grupo, y en tiempo adicionado, sorprendió a River
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M. ALFIERI quintana intenta frenar a Borré, que entró en la parte final

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