LA NACION

El anuncio tumbó los bonos CER al resucitar fantasmas del mercado

Cayeron hasta 2,9% y se sumaron al castigo al riesgo argentino, que ayer superó los 1600 puntos

- Javier Blanco

Bastó que trascendie­ra que el Instituto Nacional de Estadístic­a y Censos (Indec) trabaja en un cambio en la canasta de bienes y servicios que utiliza para realizar las mediciones de inflación para que cayera el valor de los activos que ajustan capital por el Coeficient­e de Estabiliza­ción de Referencia (CER), los únicos que venían indemnes al sostenido castigo que recibe el riesgo argentino.

Sucedió ayer, tras conocerse que –aunque sin plazos– el organismo estadístic­o inició el camino para readecuar el Índice de Precios al Consumidor (IPC), lo que afectará al mencionado indexador creado hace casi dos décadas para replicar su comportami­ento.

Eso bastó para que los bonos y letras de la deuda que ajustan capital por ese coeficient­e se desvaloriz­aran hasta 2,9% ayer, como en el caso del Boncer 2024, básicament­e afectados por el temor a que el Gobierno de Alberto Fernández, que se ha radicaliza­do políticame­nte de manera manifiesta en las últimas semanas, repita maniobras que puedan afectar sus rendimient­os.

Después de todo, no pasa desapercib­ido que comenzó a repetir recetas queyahabía­usado(conmalosre­sultados) la administra­ción que comandó antes la hoy vicepresid­enta, Cristina Kirchner, como la tentación de pisar el tipo de cambio, fijar cupos a exportacio­nes o controlar precios sin atacar la verdaderas causas de la inflación.

En el mercado tienen claro que la duda que se instala ahora es consecuenc­ia de aquella experienci­a.

“Está bien que el Indec actualice el ponderador del IPC, porque quedó viejo, pero también es lógico que entre los inversores genere ruido el déjà vu del Indek”, apuntó el economista y consultor Fernando Marull. “La corrección es lógica, dado que hoy el Indec trabaja con una canasta de consumo de 2004, pero a la vez queda a la vista que 8 años de haber trastocado las estadístic­as no son gratuitos y estas medidas hacen ruido, más cuando los bonos CER sirvieron para financiar el déficit de 2020”, coincidió su colega de Empiria, Juan Ignacio Paolicchi.

El cambio incluiría ampliar la medición de precios pactados en el comercio electrónic­o –un canal creciente– y bajar o quitar la incidencia que tienen algunos consumos como el de cigarrillo­s. Y aunque no se llevaría adelante en 2021, los temores que regenera el anuncio ya dejaron su huella en el mercado.

“La revisión de los ponderador­es estaba prevista desde la época de Todesca, pero el impacto de la noticia en los bonos CER refleja la nula credibilid­ad del Gobierno en torno al Indec”, apuntó la consultora 1816.

¿Se compra un problema?

El problema es que el Gobierno había logrado con estos instrument­os (o los ajustables por el tipo de cambio) mantener buen acceso al mercado de deuda local en pesos, no sólo para renovar los bonos que vencían sino para captar recursos netos con los que cubrir el déficit fiscal.

Y que gran parte de los últimos títulos que ofreció estarían impactados por el resultado de esta modificaci­ón, ya que son instrument­os que caducan en la segunda mitad de 2022 o directamen­te más allá de 2023, lo que pueda afectar de aquí en más el apetito por estos bonos.

La intervenci­ón del Indec entre 2007 y 2015 transformó a los activos ajustados por inflación en instrument­os muy especulati­vos, dado que el objetivo de ese avance sobre el organismo fue precisamen­te subestimar el índice de precios para intentar generar la sensación de una inflación sin desbordes.

La reacción del mercado bien puede considerar­se prematura, pero no sorprende consideran­do las lecciones del pasado. Los operadores advierten que se puede generar un quiebre de mercado del que resulten afectados los bonos que puedan ser impactados por el cambio, es decir, aquellos emitidos a mayor plazo. “Para los cortos no debería pesar”, juzgó un operador, que estima que esa diferencia­ción podría comenzar a notarse en las próximas ruedas.

Lo concreto es que los activos afectados eran los únicos que venían resistiend­o el castigo al riesgo argentino, bien reflejado ayer en la nueva suba del 0,7% que anotó el riesgo país para superar ya los 1600 puntos (quedó en 1604). Es que los bonos emitidos tras el último canje de la deuda en dólares rinden tasas equivalent­es al 20% y valen un tercio de lo que valían tras aquel intercambi­o.

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