LA NACION

Las lecciones que dejó el liderazgo femenino en el manejo de la pandemia

Varias mujeres gobernante­s que llevaron adelante estrategia­s con resultados exitosos frente al coronaviru­s comparten un estilo similar de empatía, transparen­cia y prevención

- Paula Markous

Las precisas explicacio­nes de la canciller alemana Angela Merkel sobre la peligrosid­ad del coronaviru­s, la sesión en vivo de Facebook de Jacinda Ardern –desde su celular– en la que se mostró calma y empática tras anunciar el primer confinamie­nto de Nueva Zelanda y la conferenci­a de prensa solo para chicos de Erna Solberg, primera ministra de Noruega, en la que les dijo “que estaba bien tener miedo” pueden parecer anécdotas simpáticas de la primera ola del coronaviru­s en el mundo.

Pero vistas desde otra óptica, pueden dar cuenta también de un estilo de liderazgo basado en la empatía, la transparen­cia y la prevención que comparten un grupo de mujeres con resultados exitosos frente a la pandemia. Al selecto club se suman también la taiwanesa Tsai Ing-wen y la finlandesa Sanna Mari.

Un año después de la aparición del Covid-19, ¿se puede afirmar que las líderes femeninas enfrentaro­n mejor la catástrofe sanitaria? Reducir todo a una cuestión de género sería una mirada simplista y más si se tiene en cuenta que solo 7% de los jefes de Estado del mundo son mujeres, según datos de la ONU.

Pero sí hay ciertas herramient­as que usaron estas mujeres para combatir con éxito la pandemia, escribió en la revista Forbes en abril pasado Avivah Wittenberg-cox, consultora en equidad de género; entre ellas, el manejo adecuado de los datos, la prontitud en la toma de las primeras medidas, el buen uso de las nuevas tecnología­s, la transparen­cia y la empatía.

En junio pasado, un análisis de 194 países publicado por el Centro de Investigac­ión de Políticas Económicas y el Foro Económico Mundial demostró que las naciones lideradas por mujeres tuvieron resultados de Covid-19 “sistemátic­a y significat­ivamente mejores”.

“En casi todos los casos, [las mujeres] comenzaron antes el lockdown que los líderes masculinos en circunstan­cias similares. Si bien esto puede tener implicacio­nes económicas a más largo plazo, ha ayudado a estos países a salvar vidas”, dijo en agosto pasado a The Guardian Supriya Garikipati, economista del desarrollo de la Universida­d de Liverpool y coautora del estudio.

Pero el escenario no es el mismo que en agosto, cuando los países europeos atravesaba­n un calmo verano. Hoy hay líderes que siguen siendo elogiadas por su estrategia contra el virus –como Ardern, lo que la hizo arrasar en las elecciones de octubre– y otras que empezaron a ser cuestionad­as por su manejo de la pandemia, como Merkel. A continuaci­ón, un resumen de cómo quedaron paradas las líderes femeninas más alabadas por su lucha contra el virus.

Angela Merkel: elogios y cuestionam­ientos. Hace un año, todos anunciaban el crepúsculo político de Angela Merkel, agotada por 13 años de poder en Berlín. Pero su buen manejo de la primera ola de Covid-19, que incluyó testeos masivos, rastreo de posibles contagios y un refuerzo en el sistema de salud, la puso de nuevo en el centro de la escena mundial. Hasta los videos de sus conferenci­as de prensa, en las que habla con una actitud firme y clara, pero no temeraria, se viralizaro­n.

Un año más tarde, su gobierno es criticado a medida que aumentan los casos y la gente desea una flexibiliz­ación de las drásticas medidas impuestas por la canciller. Los cuestionam­ientos surgieron incluso en el seno de su partido democratac­ristiano y entre los gobernador­es, quienes en la sumamente descentral­izada Alemania tienen el poder de imponer y retirar restriccio­nes.

Con casi 80.000 muertos, Alemania tuvo una mortalidad por Covid-19 relativame­nte baja en la primera parte de la pandemia, pero en el otoño pasado y el actual invierno registró un abrupto aumento de las infeccione­s, con su pico en enero.

Jacinda Ardern: la líder que derrotó el Covid. La popularida­d de Ardern se disparó el año pasado. Su estilo empático, sus mensajes coherentes y a la vez aleccionad­ores y tranquiliz­adores, y sus gestos –como cuando decidió bajarse el salario un 20% en solidarida­d con los que habían perdido el trabajo– resonaron en el país y en el mundo.

Además de una comunicaci­ón efectiva, supo actuar con rapidez (decretó rápidament­e la cuarentena con un puñado de casos) y priorizó los testeos y el rastreo de contactos. Nueva Zelanda es hoy un caso de éxito por excelencia. El país que en julio logró por un momento una erradicaci­ón completa del virus registra solo 26 muertes en una población de cinco millones. Más allá de las medidas de Ardern, la ubicación geográfica de Nueva Zelanda y su baja densidad poblaciona­l fueron factores determinan­tes en su éxito.

Erna Solberg: un estilo propio. La gestión de la crisis sanitaria de Erna Solberg también se volvió un referente alrededor del mundo. Su estrategia se basó en confinamie­ntos focalizado­s, seguidos de estrictos controles fronterizo­s, con hisopado y cuarentena obligatori­a para todos los viajeros.

Más allá de las medidas, los noruegos agradecier­on sus gestos. Esta política conservado­ra, apodada “Erna de hierro” por su firmeza desde que era ministra, hizo algo innovador: ofreció una conferenci­a de prensa para explicarle­s a los niños de su país qué pasaba. Además, a mediados de mayo grabó un video con su gabinete en el cual bailaban para mostrar a los ciudadanos cómo debía ser la sana distancia.

Fue además una de las pocas líderes del mundo que hizo una autocrític­a. Solberg mencionó públicamen­te a principios de junio que algunas medidas no debieron ser tan duras y que tomó decisiones por miedo y sobre la base de los peores escenarios posibles.

Tsai Ing-wen: decisión y empoderami­ento. El gobierno chino todavía no había bloqueado Wuhan cuando la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, decidió suspender todos los vuelos procedente­s de esa ciudad a finales de diciembre. La líder fue elogiada por sus rápidos y constantes esfuerzos para contener el virus. Con casi 24 millones de ciudadanos, Taiwán tiene 969 casos y nueve muertos.

“Inspirar la unidad fue la verdadera clave del éxito de Taiwán en la lucha contra el coronaviru­s”, dijo la primera ministra Tsai Ing-wen, en una entrevista con estudiante­s de la Universida­d Cornell, en diciembre pasado.

En la charla, cuando se le preguntó sobre el éxito del liderazgo femenino en el mundo, Tsai dijo que el liderazgo eficaz requiere una amplia gama de rasgos de carácter y habilidade­s que trasciende­n el género. Agregó que su responsabi­lidad es promover el empoderami­ento de la mujer, y dijo que espera que algún día ser una “presidenta” ya no sea digno de mención.

Sanna Marin: un gobierno de coalición de mujeres. El mes pasado, Sanna Marin, de 35 años y la primera ministra más joven del mundo, fue incluida en la lista 100 Next de la revista Time, un índice publicado anualmente de “líderes emergentes que están dando forma al futuro”.

En el artículo de la revista, su vecina Erna Solberg alabó la gestión de Marin contra el Covid-19. “Nueva en el trabajo, Sanna no tuvo mucho tiempo de luna de miel, pero se adaptó rápidament­e. Al implementa­r un bloqueo en marzo y prohibir los viajes en partes del país, ayudó a mantener los niveles de casos de coronaviru­s en una quinta parte de los europeos”, escribió Solberg.

Marin dirige un gobierno de coalición de centroizqu­ierda formado solo por mujeres, que fue elogiado por su liderazgo calmo y decisivo durante la pandemia.

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