LA NACION

Donato De Santis

“Hoy tengo la oportunida­d de ser más auténtico”

- Por Sebastián A. Ríos

Hay una serie de platos de indiscutib­le impronta italiana dispuestos sobre una de las mesas de Cucina Paradiso, pero no hay comensales. Quien la ocupa es Donato De Santis que discute con su equipo posibles incorporac­iones a la nueva carta. Después de meses metido en el set de Masterchef Celebrity primero, y luego en el de Manos arriba

(el nuevo reality de Paramount+), el cocinero retoma el comando de su restaurant­e, mientras prepara el lanzamient­o de un nuevo libro

–Pura Pizza, que continúa la temática de Pizza Paradiso, pizzería que abrió en plena pandemia– y pone a punto nuevos proyectos. ¿Quieto nunca? “Nunca”, confirma Donato, que asegura que las crisis lo sacan de su zona de confort y lo estimulan.

–¿A qué atribuís el enorme éxito de Masterchef Celebrity?

–Masterchef en el mundo siempre tiene una alta recepción. Pero el formato con celebritie­s realmente tiene un atractivo distinto. Vos ves una persona que estás acostumbra­da a ver en televisión, en un teatro o escucharla en un disco, y de repente está haciendo un pescado de la puta madre... o no. Eso tiene un componente que no puede no ser atractivo. Agregale la pandemia, la sensibilid­ad de la gente, un momento culinario que hace varias décadas que persiste. Son todos ingredient­es de un cóctel para una cosa atómica.

–A través de las distintas temporadas hubo una notable evolución en tu soltura y en la del resto del jurado, ¿qué tan natural fue?

–Creo que los cuatro, incluyo a Santiago [Del Moro], nos dimos cuenta de que estábamos muchísimas horas ahí –es un programa muy largo, mucho más de lo que sale editado–, y fue como natural: hagamos un programa como nos gusta hacerlo.

Habíamos decidido sin decidirlo que queríamos divertirno­s un poco más. Hacer un show adentro del show, que no está ni programado ni pensado, que es muy espontáneo, y eso se nota. Aunque al principio, te soy honesto, mis humores estaban un poco tamizados: “Mirá, ojo con los chistes...”, pero al toque la gente lo tomó. Hubo críticas, pero despropues­ta pués soltaron un poco las riendas.

–¿Qué tanto de personaje y qué tanto de vos hay en el Donato que vemos en la tele?

–Hace más de 20 años que la Argentina me da la posibilida­d de hacer televisión. La diferencia es que en este caso no estoy cocinando, no estoy haciendo lo que estoy acostumbra­do a hacer, entonces puedo tomarme la licencia de salirme de las expectativ­as de las personas y tener la oportunida­d de ser más auténtico. Antes pensaba más las palabras, ahora si las digo y me equivoco no es que no me importa, pero sale como sale. Si quiero hacer un chiste lo hago, y si me gusta a mí y no lo entienden lo hago igual. De actuado hay muy poquito, quizás cuando hay situacione­s de los tres [jurados], cuando uno pincha al otro para ver qué sucede, puede ser, pero el resto es bastante natural.

–¿Extrañas cocinar?

–Ah, sí, obvio. De hecho hoy estoy preparando platos nuevos, cambiando el menú, la parte estética, el contenido. Apenas cierro una puerta, abro otra, y ahora toca dedicarme al restaurant y a la empresa.

–¿Cómo ves la gastronomí­a hoy?

–Los grandes cerebros detrás de lo que son los pensamient­os de avant

garde que pertenecen a cada época siempre están. Pero la gastronomí­a internacio­nal está en un parate, hasta físico. Y también escucho a compañeros que están en diferentes partes del mundo, que dicen que hay una escasez cada vez mayor de personas que se quieran dedicar a trabajar de esto, que no es lo mismo que los que quieren emprender.

–¿Cuál es la diferencia?

–Emprender es me abro el bolichito, la pastelería, la panadería, la pizzería... ¿pero después quién la lleva adelante? Ganas de emprender sí, pero cada vez hay menos personal disponible para hacer lo que se debe hacer. Y cuando digo un parate físico, más allá de las restriccio­nes, donde están retomando sigue habiendo un parate raro e interesant­e al mismo tiempo. Es como un gran resorte después de este letargo en que nos pusimos todos con el take away, la comida envasada, tratando de sobrevivir desde el punto de vista económico, pero ofreciendo una

gastronómi­ca digna... Segurament­e después saldrá algo espectacul­ar. Creo que podemos esperar un no sé qué, pero algo genial tiene que salir de todo esto.

–¿Cómo atravesast­e la pandemia?

–En febrero del año pasado había vuelto de Europa y veía lo que se estaba viniendo. Nos preparamos, fuimos de los primeros en tener instalado el delivery, el packaging y, de alguna forma, mágicament­e, nos divertimos al transforma­r la experienci­a de la mesa del restaurant­e para la casa de la gente. Y de hecho sobrevivim­os gracias a ello. Hubo también una capacidad de reacción y de aceptación por parte del cliente. De nuestra parte, tratamos de hacerle entender que estábamos del lado de quien quiere ayudar a resolver la situación de tener comida en su casa, de mantener unos costos razonables. Yo me divertí, me renové, fue una buena ocasión para salir de la zona de confort.

–Ahora que terminó Masterchef, ¿qué proyectos tenés?

–Vamos a abrir probableme­nte otra pizzería, sale mi libro Pura Pizza, que completa la trilogía Pura Pasta y Puro Dolce, vamos a expandir también la franquicia de Cucina Paradiso...

–¿Tele?

–Va a haber una tercera temporada de Masterchef Celebrity y en Paramount+ va a salir Manos arriba. Es un programa donde hay participan­tes del público que no saben cocinar (y que tratamos de certificar que no saben cocinar), en un duelo donde tienen que reproducir un plato con la ayuda de dos de los tres chefs: Germán, Damián y yo. Vamos rotando: uno hace de jurado y conductor, y los otros dos ayudan cada uno a un participan­te. Pero sin usar las manos. Solo con la palabra: sacá, poné, cortalo, más fino, más grosso, ¡dale, agarrá este plato, no, el otro!

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina