LA NACION

El empate le dejó un sabor amargo a River

River se puso en ventaja rápidament­e, pero volvió a mostrar fallas en la efectivida­d que le permitiero­n a Argentinos reaccionar y crecer en el partido, desde su coraje y agresivida­d; el desquite se jugará el próximo miércoles

- Juan Patricio Balbi Vignolo

Dominó a Argentinos Juniors en el Monumental, pero terminó 1-1 en el partido de ida por los octavos de final de la Copa Libertador­es.

Si la serie entre River y Argentinos quedó abierta tras el 1-1 en la ida de los octavos de final, hay una clara explicació­n: se cruzaron dos equipos dispuestos a jugar, luchar y dejar el corazón hasta el final por la clasificac­ión. En el regreso a la Copa Libertador­es tras el parate, los 50 días sin fútbol de ambos no parecieron sentirse. Con sus armas y sus conviccion­es, el Millonario y el Bicho ofrecieron un gran espectácul­o a pura dinámica e intensidad. Y el empate dejó una certeza. Los 90 minutos en la Paternal tienen todos los boletos para ser electrizan­tes.

Los primeros minutos del primer tiempo ya mostraron todo lo que la serie venía a ofrecer en la previa: dos equipos decididos a imponer condicione­s, mucha dinámica, ritmo alto, espacios para aprovechar y ocasiones de gol. Por momentos, River tuvo superiorid­ad en el juego con orden, verticalid­ad y profundida­d. Supo aprovechar los huecos que le dejó un atrevido Argentinos para lastimar y forzó constantes errores para atacar rápido, pero volvió a aparecer una vieja y conocida falencia: la falta de efectivida­d. Tras el gol inicial de Suárez a los 9 minutos, el delantero cordobés tuvo otras dos claras chances para ampliar el marcador y no pudo concretar ante el arquero Lucas Chaves.

Gallardo dispuso a la mayoría de los habituales titulares del 4-3-3 y contó con seis jugadores que no realizaron la pretempora­da en Estados Unidos con el plantel: Franco Armani, Gonzalo Montiel y Julián Álvarez se reincorpor­aron el lunes tras la Copa América y estuvieron desde el arranque, tal como David Martínez, Nicolás De La Cruz y Braian Romero, la gran sorpresa del equipo que terminó siendo la figura del equipo.

Con tan solo seis entrenamie­ntos con el plantel –su contrato lo había firmado el pasado miércoles 7 de julio–, el DT mandó a la cancha al ex delantero de Defensa y Justicia, que saltó al Monumental con un espectacul­ar récord encima que lo amparaba para confiar en su presente: marcó 18 goles en 18 partidos internacio­nales en su último año con el Halcón de Varela. Ningún jugador del fútbol sudamerica­no había festejado tanto como él en el plano continenta­l. Y en los 70 minutos que jugó demostró por qué Gallardo puso el ojo en él.

El atacante de 30 años respondió con creces. Intenso, pícaro y movedizo, tiró constantes diagonales para mostrarse, cumplió bien su rol de pívot y apostó siempre por lastimar a las espaldas de los tres centrales rivales. Así fue como llegó a asistir a Matías Suárez para el 1-0 tras llevarse una pelota con la cabeza en el área luego de un gran pase largo de Paulo Díaz. Hasta que fue reemplazad­o, fue lo más interesant­e de River en un partido muy disputado con dos equipos siempre dispuestos a atacar.

Lejos de intimidars­e por el contexto y el escenario, Argentinos nunca claudicó en su plan, buscó siempre hacer valer sus conviccion­es y le disputó la pelota de igual a igual a su rival. Más allá de que por momentos se vio desbordado por la potencia ofensiva millonaria, sostuvo el esquema 3-4-3, presionó alto, adelantó sus líneasdesd­eelprimerm­inuto,tuvocomo referencia al potente e incesante Gabriel Ávalos y logró profundida­d cuando pudo aprovechar los apoyos de sus carrileros Jonathan Sandoval y Elías Gómez. Y de esa forma llegó al empate.

Sin perder la cabeza tras el golpe inicial, a los 39 minutos logró el 1-1 tras un lateral ganado por la presión de Gabriel Florentín sobre Gonzalo Montiel. Tras el saque de banda, desbordó Gómez, la bajó de cabeza

Sandoval y llegó otro cabezazo de Hauche en el área chica. Allí, nuevamente apareció otra de las falencias del último tiempo de River: desatencio­nes defensivas y pérdidas de marca en el área que le cuestan muy caro. De haber sido más atento, la victoria parecía tenerla al alcance de la mano.

Luego, en una segunda parte muy pareja y disputada, ya sin tantos espacios, el partido se tornó mucho más friccionad­o con el correr de los minutos. Ambos perdieron potencia y lucidez. Los cambios de ambos entrenador­es no pudieron torcer la historia y el correr del cronómetro fue llevando el partido a un justo 1-1 que ya no tuvo tantas emociones en el tramo final.

Quizás, desde lo futbolísti­co, ambos se llevaron sensacione­s tanto positivas como negativas en diversos aspectos. Pero, desde lo anímico y mental, Argentinos dio un paso adelante: se plantó en el Monumental, dejó en claro que está preparado para dar pelea con actitud, coraje y fútbol y Milito volvió a ponerle a Gallardo una piedra en el camino (le había ganado 3 de 4 enfrentami­entos en Independie­nte, Estudiante­s y Argentinos). En una semana, en La Paternal, se definirá esta historia que prometía y ya empezó a cumplir.

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 ?? Afp ?? Rechaza Carlos Quintana frente a Suárez, que abrió el marcador para River y luego empató Hauche; el próximo miércoles será el desquite por la Libertador­es
Afp Rechaza Carlos Quintana frente a Suárez, que abrió el marcador para River y luego empató Hauche; el próximo miércoles será el desquite por la Libertador­es
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Afp Julián Álvarez intenta escaparse de Moyano, en la lluviosa noche del Monumental; un equipo de Milito volvió a complicar a Marcelo Gallardo

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