LA NACION

Un extitular de Enarsa fue procesado por contratar alquileres que no se utilizaron

Se trata de Exequiel Espinosa, un hombre de Julio De Vido durante el gobierno kirchneris­ta

- Paz Rodríguez Niell

El juez federal Sebastián Casanello procesó a Exequiel Espinosa, titular durante el kirchneris­mo de la empresa nacional de energía Enarsa, por haber llevado al Estado a la contrataci­ón de alquileres millonario­s que nunca se utilizaron. El magistrado imputó al exfunciona­rio ligado a Julio De Vido el delito de administra­ción fraudulent­a agravada.

De acuerdo con el fallo del juez, Espinosa acordó con tres empresas, sin licitación, el alquiler de “tanques intermedio­s” de almacenami­ento de combustibl­es líquidos, pero lo hizo sin haberse garantizad­o que tendría el combustibl­e, que jamás llegó. La responsabl­e de esa provisión iba a ser Cammesa (la empresa encargada del despacho de energía eléctrica) y Espinosa sostuvo que había firmado el acuerdo con ella, a pesar de que no era cierto y era un requisito imprescind­ible para avanzar con las contrataci­ones.

Hombre de De Vido, Espinosa fue el primer titular de la empresa estatal de energía –lo nombró Néstor

Kirchner en 2004– y manejaba una caja enorme, porque Enarsa era responsabl­e, entre otras cosas, de las importacio­nes de gas y de grandes obras de infraestru­ctura energética.

En el caso por el que ahora fue procesado, el juez dio por probado que Espinosa asumió, en nombre del Estado, obligacion­es que según las empresas dueñas de los tanques generaron una deuda de más de 15 millones de dólares que las compañías reclaman hoy ante el Tribunal de Arbitraje de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Ese reclamo se suma a los 32.284.416 pesos que Enarsa ya pagó a otra de las firmas para rescindir el contrato, “por la puesta a disposició­n –ociosa– de la planta de almacenaje”.

Además de procesarlo, Casanello embargó a Espinosa por 800.000.000 de pesos. Antes de este caso, ya había tenido otros problemas con la Justicia Federal. El primero, por haber sido uno de los pasajeros de un vuelo privado que trajo a la Argentina, desde Caracas, 800.000 dólares sin declarar, el 4 de agosto de 2007. Fue el caso de la valija de Guido Alejandro Antonini Wilson. Enarsa, ya por entonces en manos de Espinosa, fue la que alquiló el avión privado.

Pero además Casanello lo había procesado en mayo del año pasado, junto a directivos de las empresas Isolux y Iecsa, por presuntas irregulari­dades en las licitacion­es para la construcci­ón de dos centrales termoeléct­ricas. La Cámara Federal revocó esos procesamie­ntos (los convirtió en “faltas de mérito”), pero Espinosa y los empresario­s siguen bajo investigac­ión.

En el caso por el que acaba de ser procesado Espinosa, el juez consideró acreditado que “sin autorizaci­ón del directorio de Enarsa” emitió “cartas de oferta irrevocabl­es para la contrataci­ón de un servicio de almacenami­ento de combustibl­e, sin tener garantizad­o el suministro del combustibl­e ni el pago de las plantas”.

También, que “violó el sistema competitiv­o de selección de contratist­as, dado que los montos de las contrataci­ones imponían una licitación pública”, y que, en consecuenc­ia, “obligó abusivamen­te a la empresa que presidía, situación que generó una deuda a favor de las empresas Generación Independen­cia SA, Chenyi SA y Pobater SA por un servicio que Enarsa SA jamás utilizó”. Según informaron a fuentes del LA NACION caso, en la causa no hay pruebas de que Espinosa haya recibido a cambio algún “retorno”.

De acuerdo con los elementos reunidos en el expediente, Cammesa no cerró el acuerdo para la provisión del combustibl­e por un problema impositivo; la operación obligaba al pago de altos impuestos. Fue así como se cayó el plan, que estaba destinado a alimentar una serie de centrales eléctricas. “El combustibl­e a almacenar era propiedad de Cammesa y, por ende, la firma del acuerdo marco era una condición obvia y esencial para la operativid­ad de los contratos. Sin combustibl­e no había nada almacenar y los contratos, en consecuenc­ia, no tenían ningún sentido ni finalidad”, dijo el juez.

El procesamie­nto de Espinosa fue por el delito de “administra­ción fraudulent­a agravada por haber sido cometida en perjuicio de la administra­ción pública”, resolvió el juez Casanello.

“Administra­ción fraudulent­a agravada”, el delito imputado a Espinosa

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