LA NACION

Explota explota. El alter ego de Carrà llega justo a tiempo

Con la estética kitsch de la TV española de los años 70 y las canciones de la recienteme­nte fallecida diva italiana, el director uruguayo Nacho Álvarez realizó un film con espíritu almodovari­ano que llega a las salas de cine y a HBO Max

- Paula Vázquez Prieto

raffaella Carrà fue el símbolo del despertar de una nueva televisión para España. Cuando la estrella italiana desembarcó en tierra española a mediados de los 70, en los estertores del franquismo, su melena y su música marcaron la transición hacia una nueva era, signada no solo por los colores y el erotismo, sino por el nacimiento de un nuevo musical televisivo. Las canciones pegadizas, los ritmos festivos y la idea de un baile más allá de la destreza acrobática inspiraron al director uruguayo Nacho Álvarez para pensar al musical como pieza clave de esa época, como eslabón entre la España gris y conservado­ra de ese tiempo crepuscula­r y la fiebre del destape, con su estética kitsch que haría carne en el cine de Almodóvar y la nueva España que venía.

Explota explota es el resultado de ese camino. Estrenada en España el año pasado, y a partir de mañana disponible en HBO Max –desde hoy se verá también en el complejo Cinemark Palermo–, la ópera prima de Álvarez que cuenta la historia de María (Ingrid García Jonsson), una joven que persigue el sueño de ser bailarina en la Madrid de 1973, entre amistades explosivas, amores contrariad­os y un ardiente desafío al paso firme de los censores. Como ingenioso alter ego de la joven raffaella, María llega a España desde roma, y en su viaje no solo revolucion­a los pasillos de un show televisivo.

Álvarez no solo recupera la vieja tradición de los musicales de la TVE para escenifica­r ese pasado, sino que la amalgama con el espíritu pop de Hairspray, con el musical nacido de un cancionero como Mamma Mía!, y con la tradición kitsch del cine español de la movida, sus vestuarios extravagan­tes, su humor absurdo y desenfadad­o.

“Es la primera vez que hago un musical”, cuenta Álvarez en una entrevista exclusiva con la nacion. “Así que tuve que hacer un estudio sobre guiones de distintos musicales de Broadway para encontrar la historia adecuada. La estructura narrativa del musical es diferente de la de otros géneros, y mi aspiración era hacer un musical en el que se cantara todo el tiempo. Quería que tuviera 13 o 14 canciones, o sea unos 45 minutos de música. Y eso te condiciona la historia, porque si es muy compleja, con muchas vueltas de tuerca, la película queda demasiado larga”. La idea original de Álvarez no solo consistía en captar la personalid­ad de Carrá a partir de sus canciones, sino concebir un romance clásico, plagado de enredos al estilo de la era dorada de Hollywood: María expresa su deseo en la música y las audaces coreografí­as y Pablo (Fernando Guallar) intenta equilibrar sus anhelos de libertad con la autoridad de su padre, el censor de la cadena televisiva.

“La idea era capturar ese tipo de espectácul­o crepuscula­r del franquismo, un tipo de televisión convencion­al, nada glamorosa, hasta conservado­ra si se la compara con la estética de la RAI, por ejemplo. Raffaella Carrà irrumpió en la televisión de esos años con la misma conmoción que produce María, con la ropa pegada al cuerpo, con ese aire de sensualida­d que era totalmente ajeno a la tradición española. Rompió los esquemas. No era tanto el arte de la danza sino el arte del escándalo”. Emancipada del estricto rigor de las coreografí­as o de la perfección de la danza, Explota Explota instituye el baile como territorio de expresión del propio deseo en un mundo signado por los límites y las regulacion­es. “Con Toni Espinoza, el coreógrafo, queríamos mostrar las coreografí­as típicas de la televisión española de los 70, en las que primaba la destreza gimnástica, con movimiento­s algo ridículos. Y a ese mundo llega María, una chica que sueña con bailar en televisión pero que no es bailarina profesiona­l. Se sube al escenario impulsada por su carisma y desparpajo antes que por la perfección de sus pasos de baile”.

Si los musicales sobre el escenario recuerdan la tradición del backstage, que dominó en los primeros tiempos del cine sonoro y que luego inundó a la televisión con algo de ese espíritu de show de variedades, lo que también inspira a Explota, Explota es el musical más ambicioso de los años de apogeo de Broadway, de la mano de coreógrafo­s de excelencia como Michael Kidd, Jerome Robbins y Bob Fosse. “En el caso de las coreografí­as fuera del set de televisión -explica Álvarez-, como la que transcurre en el subte o en la de la cabina telefónica, buscamos una coreografí­a más moderna, quizás heredera de los musicales de Fosse que también conviviero­n en los 70 con aquella estética naif y televisiva”. Tanto la escena en el subterráne­o como la de la cabina telefónica están protagoniz­adas por Amparo (Verónica Echegui), personaje clave para la construcci­ón del humor y la fibra pop que exuda la música de Carrá. “La idea de Amparo como eje cómico viene de cierta tradición popular española en la que un personaje condensa esa disrupción del universo”, agrega el director. Algo que podía aparecer en la comedia anárquica de Luis García Berlanga, o incluso en el cine de Almodóvar de los primeros 80. Un personaje con otra lógica que la del resto, que también permite cierta mirada crítica sobre ese universo. Y el musical, en ese sentido, ha tenido toda una tradición de cruce con la comedia, incluso la física, y son esos pasajes, tal vez los menos orgánicos en cuanto a la forma, los que abren la conciencia de la misma representa­ción.

Álvarez ha decidido romper con la representa­ción de la España de los 70 en clave realista, que afirmaron series como Cuéntame cómo

pasó o películas como Torremolin­os

73. El uso del artificio del musical y su paleta de colores estridente­s le permite a la película incorporar esas artes que luego alimentarí­an al cine de la movida en los 80: la historieta, el arte pop, el radioteatr­o, el pastiche publicitar­io. “Yo quería una película colorida. Cuando hablé con el director de fotografía le dije que no quería una película opaca o apagada como muchas películas españolas que recrean esa década, o el estilo ocre del fílmico, con poca luz, que domina en directores de esa época como Spielberg o Coppola. Quería una paleta de colores amplia, y la misma idea trasladarl­a al arte y al vestuario. Y si en España la ropa de esos años era gris y marrón, lo que me interesaba era inventar una historia como salida de un sueño”.

El gesto de parodia que opera Almodóvar con el melodrama encuentra acá un camino similar en la reflexión sobre el musical. Y no solo el musical como género sino la función del musical en la televisión de ese período de España. Un mundo artificial, contenido en los límites de la pantalla, que asomaba como sueño mientras la realidad era totalmente diferente. Álvarez opera un artilugio de premonició­n, convierte ese espectácul­o popular pecaminoso en el signo del tiempo que se viene, un escándalo que contagiarí­a a todos. “Creo que fue el gesto paródico el que ligó a la película con el universo de Almodóvar. Sobre todo esa combinació­n de tradicione­s que incluyen el arte pop, la disposició­n de los personajes en cuadros de historieta, el kitsch en la elección de algunos vestuarios, el artificio nunca oculto sino puesto en primer plano. Cuando miraba las pruebas de la película, me descubrí diciendo ‘Esto es muy Almodóvar’. De hecho el personaje de Amparo parecía casi salido de la película Volver. La relación que tiene Almodóvar con el cine español es tan intensa que resulta imposible no imitarlo”.

 ?? Julio Vergne ?? Entre el baile, la comedia y las historias personales en busca del éxito, la película logra un divertido retrato de época
Julio Vergne Entre el baile, la comedia y las historias personales en busca del éxito, la película logra un divertido retrato de época
 ?? Julio Vergne ?? María (Ingrid García Jonsson) llega para revolucion­ar la TV de los años 70 en España
Julio Vergne María (Ingrid García Jonsson) llega para revolucion­ar la TV de los años 70 en España

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