Se extiende la violencia en Sudáfrica: 117 muertos y masivo despliegue militar
El gobierno ordenó la movilización de 25.000 efectivos y reservistas del Ejército para sofocar la escalada de saqueos y disturbios que tiene en vilo al país
JOHANNESBURGO.– La ola de violencia tiene a Sudáfrica en llamas: mientras ya hay por lo menos 117 muertos, el gobierno puso en marcha un masivo despliegue de miles de tropas para contener el estallido social, que amenaza con provocar escasez de alimentos y productos esenciales.
De las 117 muertes desde el inicio de las protestas, 26 se produjeron en la región que rodea a Johannesburgo, la capital económica del país, y 91, en la poblada provincia de Kwazulu-natal, los focos de los incidentes más graves en el país desde el fin del apartheid, en los años 90.
La situación en Johannesburgo se encontraba en “relativa calma”, mientras que en Kwazulu-natal (este), el mayor escenario de violencia, “sigue volátil”, dijo el ministro de la Presidencia, Khumbudzo Ntshavheni. Las fuerzas de seguridad detuvieron a 2203 personas.
La protesta comenzó tras el encarcelamiento del expresidente Jacob Zuma, condenado a 15 meses de prisión por un caso de corrupción, pero rápidamente se tornó violenta, alimentándose también de la frustración social por la crisis económitodos ca y la pandemia del coronavirus.
Los ministros de Defensa, Seguridad y Policía, así como los principales generales del Ejército, fueron enviados a Kwazulu-natal, la provincia de Zuma, para tratar de controlar la situación, especialmente en las grandes ciudades como Durban o la capital, Pietermaritzburg.
El gobierno ordenó la movilización de 25.000 efectivos del Ejército, diez veces el número desplegado tras los primeros incidentes en los dos focos de conflicto. El jefe del Ejército, Lawrence Mbatha, dispuso la noche del miércoles que los reservistas se presentaran en sus respectivas unidades para la mañana del jueves, y solo unas horas después había 10.000 efectivos en el terreno.
Desde el comienzo de los incidentes, cientos de tiendas y almacenes en Johannesburgo y en Kwazulunatal fueron saqueados y destruidos. El organismo regulador de bienes de consumo calculó que serían alrededor de 800.
Las cadenas de distribución y transporte se vieron asimismo golpeadas, lo que está afectando la distribución de bienes y servicios en toda Sudáfrica. El presidente Cyril Ramaphosa advirtió que partes del país “podrían enfrentar pronto escasez de productos básicos por las interrupciones en las cadenas de abastecimiento de alimentos, combustibles y medicinas”.
En Johannesburgo, con la situación más calma, numerosos voluntarios participaban en operaciones de limpieza de la ciudad. También había filas para comprar comida y otros productos esenciales en un centro comercial que se salvó de los saqueos y por donde patrullaban veinte soldados.
Vigilancia
Un líder comunitario del barrio de Soweto, Musa Mbele-radebe, de 30 años, celebró el despliegue de tropas mientras ayudada a limpiar el centro comercial Jabulani. “La gente está bastante asustada con el Ejército comparado con la policía. Solo hicieron falta cuatro soldados para controlar una situación de mil personas concentradas en este centro”, dijo.
Mientras tanto muchos pobladores comenzaron a formar grupos de vigilantes para proteger sus barrios. Un grupo de operadores de microbuses se armaron con palos y armas de fuego y golpearon brutalmente a sospechosos de vandalismo en el poblado de Vosloorus, en el sudeste de Johannesburgo.
Por otro lado, el ministro de la Policía, Bheki Cele, informó de 20 fallecidos en Phoenix, un municipio cerca de Durban, donde miembros de la comunidad india se tomaron la justicia por su propia mano contra presuntos vándalos.
Videos que circulaban en redes sociales, especialmente con la etiqueta #Phoenixmassacre, muestran a hombres de origen indio golpeando brutalmente a jóvenes negros en el suelo.
El ministro Cele advirtió que “las tensiones raciales empañaron estos problemas” en Phoenix, donde algunos grupos trataban de “proteger su barrio de los saqueos”.
Estos episodios de devastación indiscriminada repercuten en toda Sudáfrica y también representan un obstáculo para la campaña de vacunación, cuando el país se enfrenta a la tercera ola de la pandemia del coronavirus.