Un ritual de esperanza
Cada asistente debía escribir en una tablita de madera todos los pesares que trajo la pandemia de Covid-19: los personales, los familiares, los sociales. Luego, el maestro de ceremonia las recogía y encendía el fuego que quemaría esas mismas tablas. Lo material, sí, pero lo simbólico también. ¿El objetivo? Que ardieran los pesares consignados.
La idea de este ritual, que se realizó el fin de semana pasado en el Jardín Japonés bajo el nombre de Covid Yaki Matsuri, es que el fuego transmute la energía negativa en positiva. Para ello, se convocó también al sonido de los tambores japoneses Taiko, que acompañaron al humo que se iba elevando al cielo porteño en proceso de transformación.
“Es una costumbre ancestral, quemar para dejar atrás las cosas”, comentó Sergio Miyagi, director de prensa del Jardín Japonés. “En la tablita la gente escribió todos sus pesares y fueron tres ceremonias para que toda esa energía negativa, acumulada, se transformara en positiva”, agregó.
En efecto, el viernes, el sábado y el domingo últimos, fueron varios los porteños que se acercaron al Jardín Japonés para formar parte de las tres tandas de quema de cada jornada. El encuentro, convocado bajo el lema “Un evento de esperanza y resiliencia”, contó con las agrupaciones de tambores japoneses Zendaiko (acompañamiento en la ceremonia de quema) y Nikyokan, que ofrecieron shows de taiko para disfrutar en este entorno pacífico de puentes, lagunas y peces, como salidos de un cuento oriental.
Hoy y mañana, a las 17.45, se volverá a repetir el ritual.
Vale recordar que, tras varios meses cerrado durante la pandemia, el Jardín Japonés ha vuelto a abrir sus puertas al público y se lo puede visitar todos los días, de 10 a 18.45 horas; el predio cumple con los protocolos de seguridad e higiene y las visitas se realizan en turnos.
Ubicado en Av. Casares y Av. Figueroa Alcorta, este espacio ha sido declarado de interés turístico por la Subsecretaría de Turismo del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.