Tecnología y flexibilidad son las mayores demandas
Las grandes empresas avanzan con un modelo de trabajo híbrido, lo que impacta en forma directa en el negocio de las oficinas
CORDOBA.- El futuro de los edificios corporativos está vinculado directamente a cómo se perfilen las modalidades de trabajo pospandemia. Hay consenso en que se viene un híbrido -días presenciales mezclados con jornadas a distancia- que ya se está poniendo en práctica y que las empresas más grandes son las que mantienen espacios propios e incluso los amplían, mientras que las medianas y profesionales se volcaron a locaciones más flexibles. Incluso el mercado corporativo competirá con los hoteles que se están reconvirtiendo en oficinas.
Globant, el unicornio tecnológico argentino, en septiembre inaugurará su edificio de 12.000 m2 en la ciudad de Córdoba. La empresa lo alquila por diez años a la desarrollista GNI que invirtió $2000 millones en el lugar; la mitad del monto se financió en el acuerdo con la compañía.
“Es un edificio concebido con los conceptos del mundo moderno, el más tecnológico del interior del país, donde trabajarán casi mil personas. Es innovador en cuanto a los espacios de trabajo y fue concebido bajo las premisas de arquitectura sustentable, con las tendencias que hacen al desarrollo del facility management, utilizado a nivel mundial”, cuenta Roque Lenti de GNI a la nacion.
Nuevo perfil
GNI cerró un acuerdo con la Unión Industrial de Córdoba, la Cámara de Comercio y el clúster tecnológico de la provincia para desarrollar el primer ecosistema tecnológico en el que, en 75.000 m2, convivirán espacios de coworking con coliving. “Hay un concepto nuevo del espacio, las empresas combinan más”, apunta Lenti y subraya que el proyecto denominado Portal del Abasto implicará “cambios de paradigma”.
GNI compartió hasta 2010 con Teximco el proyecto de Capitalinas, torres corporativas en la capital cordobesa. Consolidado el zócalo del emprendimiento, es Marcelo Roca de Teximco quien lo continúa. En diciembre terminó 14.000 m2 de la primera torre y se ocupó apenas el 35 por ciento. “Antes de la pandemia había una presión fuerte por los tiempos y ahora llevó meses ocupar seis de los 14 pisos -dice Roca-. Es un porcentaje interesante pero contrasta con la vacancia cero de antes. Hay una ralentización en el inicio pero cederá a medida que vaya mejorando la situación sanitaria y la economía”.
El reperfilamiento de los espacios de trabajo incluye a los coworkings cuyos clientes habituales también cambiaron. Matías Alvárez Capitain, cofundador de REQ en Rosario, indica que los espacios y las empresas todavía están adaptándose a los cambios.
REQ tiene dos coworkings en Rosario; son cuatro socios e inversores: Diego Baroffi y Guillermo Berman son desarrolladores inmobiliarios con más de 60 edificios y obras públicas en su experiencia; el cuarto es Mariano Chiesa, quien vive en Montevideo. El 30% de los clientes trabajan para empresas extranjeras; el edificio de Puerto Norte lo alquilaron completo a Remax.
“El coworking estaba visto como un espacio para creativos y tecnológicos en solitario -añade Alvárez Capitain-, con la pandemia creció la demanda de profesionales que tenían sus propios estudios y que decidieron reducir sus costos y también de empresas pymes o más chicas que no renovaron contratos de alquiler. Se usan mucho también como oficina temporal para proyectos puntuales”.
Por su parte, Graciela Lazarte de Officenter Argentina comercializa oficinas equipadas con todos los servicios hace 20 años en Córdoba, subraya que hay una revalorización de los espacios “de encuentro” porque no dejan de ser de “intercambio laboral” y tienen que cumplir con todos los requisitos que exige la coyuntura.