UN AHORRO CONSIDERABLE
En medio del debate de la nueva ley, desde la Cámara Panamericana de Biocombustibles Avanzados entregaron un informe a representantes de diferentes entidades para remarcar el aporte que hacen a la transición energética la energía que deriva de los cultivos agrícolas. El memo remarca que los biocombustibles de primera generación ahorran en torno al 65 por ciento de las emisiones respecto de los combustibles fósiles que reemplazan. En los avanzados, de segunda generación, esa cifra se eleva a entre 85% y 95%.
Estos ahorros pasan a engrosar el ‘cupo’ de emisiones industriales posibles, destaca el escrito.
Ese “cupo” es la diferencia entre las emisiones máximas -las llamadas NDC- que el país compromete en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y las emisiones “de base”, que incluyen a las relacionadas con el transporte, la actividad agropecuaria, el uso de combustibles residenciales, las aguas residuales y residuos sólidos urbanos, y otras actividades no industriales. Hay que recordar que para el 2030 el NDC total del país no debe exceder la emisión neta de 359 MTCO2.