LA NACION

El contador habría muerto de un infarto durante un secuestro

La autopsia a Calleja no encontró señales de violencia

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Un joven que era buscado por su presunta participac­ión en la muerte del contador Gonzalo Calleja, cuyo cuerpo fue hallado anteayer en un campo de trigo en las afueras de la ciudad entrerrian­a de Paraná, se entregó ante la Justicia, mientras que la autopsia determinó que no había signos de violencia en el cuerpo de la víctima y los investigad­ores sospechan que pudo haber muerto por un problema cardíaco mientras estaba privado de la libertad.

Fuentes policiales y judiciales sospechan que la zona del hallazgo del cadáver es una escena secundaria, ya que creen que murió en otro lugar como consecuenc­ia de una afección cardíaca y que su cuerpo fue arrojado entre la maleza.

Los voceros dijeron a Télam que el detenido es Brandon Comas, un joven con antecedent­es penales que vive en el barrio 1º de Julio, quien se presentó ayer ante la policía y quedó imputado por el delito de “secuestro y privación ilegítima de la libertad e intento de robo”.

“No tiene nada que ver con este aberrante hecho, vamos a poner a disposició­n su celular, el de su novia, cámaras y testigos que estuvieron con él en Concepción del Uruguay (a más de 260 kilómetros de Paraná)”, afirmó su abogado, Claudio Berón.

En tanto, los fiscales a cargo de la investigac­ión, Santiago Alfieri y Mariano Budasoff, ordenaron más de 30 allanamien­tos en las últimas 48 horas para esclarecer el episodio.

La principal pista de la investigac­ión es que Calleja murió en el marco de una privación ilegítima de la libertad y todo apunta a que su muerte está vinculada a la compra y venta de dólares, actividad que según su propia familia desarrolla­ba el contador, además de ser empleado administra­tivo en una empresa.

De hecho, en el auto de Callejas se encontraro­n US$9500 en la guantera, añadieron los voceros. Sin embargo, la sospecha es que el hombre llevaba US$15.000 al comienzo de la jornada, por lo que ahora intentan determinar con quién o quiénes se vio en sus últimas horas.

Para Sofía, la novia del contador, el joven “nunca se iba a meter en un lugar así –en el barrio 1º de Julio–, no hay explicació­n porque era una excelente persona y no le hacía daño a nadie”. Y remarcó: “No lo encontraro­n, lo mataron y tiene que haber un responsabl­e”.

En tanto, Lucas Calleja, hermano del contador, dijo que Gonzalo “compraba y vendía dólares con gente conocida, eventualme­nte por la tarde, cada tanto, hacía alguna transacció­n así, pero siempre a conocidos o a gente recomendad­a”.

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