Marcharon en reclamo de vacunas para chicos
Padres de chicos con comorbilidades exigen al Gobierno que sus hijos reciban ese producto, uno de los pocos avalados para uso pediátrico
“Nuestros hijos también son una prioridad. Hoy estamos acá para que nos escuchen; para hacer un reclamo al gobierno nacional y que vacunen con urgencia a todos los menores de 18 años con discapacidad o comorbilidad”, señaló Francisco Da Giau, uno de los 200 padres y madres que ayer en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, reclamaron por la llegada de las vacunas de Pfizer, una de las pocas autorizadas en el mundo para uso pediátrico.
Con sillas de ruedas vacías, alzaron fotografías de sus hijos al grito de “Vacuname”. Ese es el nombre de la red que los agrupa.
Anteanoche, arribaron al país, como una donación de la Casa Blanca, 3,5 millones de dosis de la vacuna de Moderna, que en los Estados Unidos aún no fue autorizada para los adolescentes. En el país, ahora, la Anmat deberá analizar si habilita su uso en menores. “Será bienvenida [la decisión del organismo]”, afirmaron desde la agrupación, pero insistieron con la llegada de las vacunas de Pfizer.
Da Giau es el padre de Milagros, una chica de 16 años con parálisis cerebral. Hace 40 días presentó un amparo ante la Justicia Federal de la ciudad de La Plata, para que el gobierno nacional provea la vacuna de Pfizer a menores de 18 años. Así surgió la Red Vacuname, conformada por padres y madres de todo el país con chicos con enfermedades de riesgo por discapacidad.
La manifestación también se replicó en plazas de la provincia de Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Santa Fe, Río Negro, Salta, Neuquén, Entre Ríos, La Pampa y Tucumán.
“Mandamos cartas a todos los gobernadores de todas las provincias, una lluvia de cartas documento a la ministra [de Salud de la Nación] Carla Vizzotti. Hicimos un pedido de solidaridad con nuestra causa a la embajada de Estados Unidos y a Pfizer. Llevamos todos estos días poniendo el cuerpo, saliendo a todos lados para tratar de que nos escuchen y se pongan al hombro traer las vacunas para nuestros hijos”, reclamó Carolina Di Martino. Su hijo, Bautista, de 12 años, tiene inmunodeficiencia común variable. Y agregó: “No los queremos más encerrados, no queremos que involucionen más. Queremos una vida digna para ellos, porque es su derecho y se lo merecen”.
Patricia tiene un hijo de seis años que nació prematuro extremo, con insuficiencia respiratoria. “Sé que hay chicos con mayores dificultades, pero también me pongo en la piel de ellos y esto es inhumano”, dijo a la nacion, visiblemente emocionada. “Ellos son guerreros. Necesitan seguir asistiendo a sus terapias, relacionarse, ir a la escuela. No deberíamos estar protestando acá, debería estar el Gobierno encargándose de ello”, sentenció.
El reclamo de la red también señala que, dado el contexto de pandemia, las medidas de extrema precaución que deben tomar no permiten que sus hijos acudan a sus terapias rutinarias.
En un momento, una mujer se acercó a la concentración en la Plaza de Mayo. “Yo no tengo ningún familiar con discapacidad, pero dame un cartel, que quiero apoyar la causa”, le dijo a la joven que repartía las imágenes de los chicos afectados.
Las sillas vacías simbolizaron la ausencia de sus niños y adolescentes en la marcha. Milda es una de las pocas que fue acompañada por su hijo, Sebastián, con síndrome de Down. “Mi marido y yo no contamos con nadie que lo cuide y él está entusiasmado de venir a luchar por su vacuna. Los más perjudicados son los chicos. Nosotros seguimos intentando que cada día sea más llevadero”, dijo. Y añadió: “Él es muy amoroso y activo. Antes iba a la escuela, a terapia, con los amigos, al fútbol. Y la pandemia y la ausencia de una vacuna para él lo privó de todo eso”.
La movilización se desconcentró luego de las 18. “Hasta que no lleguen las vacunas para los chicos, seguiremos saliendo a la calle. Nos vemos la próxima”, dijo una de las organizadoras.