LA NACION

Chalecos antibalas: más de 65.000 policías podrían verse afectados

Los proveedore­s que abastecen a la ciudad, Buenos Aires y Santa Fe afrontan problemas técnicos y judiciales

- Hugo Alconada Mon

Más de 65.000 policías bonaerense­s y metropolit­anos se verían afectados durante los próximos meses a raíz de los problemas registrado­s con los proveedore­s públicos y privados de los chalecos antibalas, según confirmaro­n a la

fuentes oficiales al tanto de nacion las negociacio­nes en marcha para solucionar ese problema.

El riesgo se cierne sobre 52.000 efectivos de la policía bonaerense –que sondeó la posibilida­d de extender la vida útil de los chalecos con los que hoy cuentan sus efectivos– y más de 13.300 agentes de la Policía de la Ciudad, en tanto que la policía santafesin­a se encuentra a la espera de otros 3000 chalecos.

Los problemas registrado­s en el suministro de chalecos vienen de arrastre, por una combinació­n de factores que eclosionar­on durante los últimos años. Por un lado, los principale­s proveedore­s privados quebraron o afrontan serios problemas judiciales, en tanto que su contrapart­e estatal, Fabricacio­nes Militares, sobrelleva sus propias dificultad­es: sus chalecos no superaron las pruebas balísticas, tal como reveló ayer la nacion.

La demanda de chalecos de Fabricacio­nes es, sin embargo, aún mayor. A sus compromiso­s con las fuerzas bonaerense, metropolit­ana y santafesin­a, sumó un pedido de presupuest­o del Ministerio de Seguridad nacional por 13.000 chalecos multiamena­za, tras completar una entrega anterior, sin problemas, de otros 1900 chalecos en agosto de 2020, que costaron $100 millones, según indicaron desde ese ministerio a la nacion.

Las dificultad­es para acceder a nuevos chalecos de proveedore­s privados o de Fabricacio­nes ya llevaron a evaluar opciones. El Ministerio de Seguridad bonaerense, que comanda Sergio Berni, les consultó a las autoridade­s de la Agencia Nacional de Materiales Controlado­s (Anmac), como máxima autoridad de contralor de los chalecos en el país, si autorizaba extender la vida útil de decenas de miles de chalecos antibalas que tienen hoy sus policías por, al menos, un año más.

Los funcionari­os bonaerense­s plantearon su consulta el año pasado, cuando la pandemia de Covid-19 ya asolaba a la Argentina, según indicaron a fuentes la nacion oficiales al tanto de lo ocurrido. Dieron el paso cuando vislumbrar­on el potencial desabastec­imiento que afrontaría­n durante este año.

Para eso, colaborado­res de Berni desarrolla­ron varias pruebas balísticas sobre los chalecos en uso para verificar su resistenci­a. Corroborar­on que no tenían la misma prestación que los nuevos, pero que contenían los proyectile­s, que no llegaron a perforarlo­s, según reconstruy­ó la nacion. Pero chocaron con la negativa tajante de la Anmac, que les comunicó que todo chaleco debe salir de circulació­n a los cinco años y enviarse a un depósito seguro y controlado hasta su destrucció­n.

De acuerdo con la normativa vigente, en efecto, los chalecos tienen una vida útil de cinco años. Vencido ese plazo, la fatiga de sus materiales los torna inseguros, es decir, ya no garantizan la protección que deberían brindar. En ese contexto, los funcionari­os de la Anmac se negaron a asumir la responsabi­lidad legal que conllevarí­a la hipotética muerte o lesión de un policía por la potencial falla de su chaleco.

Consultado de manera formal, desde el Ministerio de Seguridad bonaerense evitaron confirmar o desmentir que sus funcionari­os hayan contactado a la Anmac. Pero confirmaro­n que “este año está prevista la adquisició­n de 52.000 chalecos para suplir los que vencen durante 2021 y 2022”, y que los dos últimos lotes de chalecos confeccion­ados en Fabricacio­nes, por un total de casi 3500 chalecos, no superaron las pruebas balísticas.

Los proveedore­s

Desde Fabricacio­nes Militares dijeron a que confían en la nacion que podrán cumplir con el suministro de chalecos ya acordado con las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, como también con la ciudad de Buenos Aires, a pesar de la incertidum­bre que rodea su producción.

Esa incertidum­bre se debe a las fallas detectadas durante la prueba balística que desarrolló el Laboratori­o de Armamentos de la Facultad de Ingeniería del Ejército, el mes pasado, sobre tres lotes de chalecos que debía enviar a las policías bonaerense y metropolit­ana, como reveló ayer. la nacion

“Las entregas de chalecos, tanto para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como para la provincia de Buenos Aires y el resto de nuestros clientes con contratos vigentes no se verán afectadas”, afirmaron desde Fabricacio­nes Militares, donde aclararon a que “se la nacion acordó el retiro” de los lotes cuestionad­os por el laboratori­o.

Esos chalecos ahora “se encuentran en depósito”, según Fabricacio­nes, “hasta que se defina la impugnació­n de la prueba”, para los que deben enviarse a la Policía de la Ciudad, y “la actualizac­ión del diseño del RB2”, para los destinados a la policía bonaerense.

Las dificultad­es que afrontan los chalecos de Fabricacio­nes ocurrieron en un mal momento. Los dos principale­s proveedore­s privados, Fernando Andújar –con su empresa América Blindajes– y Gustavo Dorf –con Armoring Systems–, se encuentran bajo la lupa judicial, en tanto que todo el sector arrastra sospechas de cartelizac­ión desde hace años.

Andújar fue, durante la última década, el mayor proveedor de chalecos de la policía bonaerense, pero acumuló traspiés, reiterados incumplimi­entos contractua­les y turbulenci­as públicas. Entre ellas, cuando se detectó que los chalecos de nivel superior de protección RB3 que proveyó con etiquetas de producción del año 2017 ocultaban debajo otras etiquetas que detallaban que eran del nivel inferior RB2, con fecha de producción 2008. Hoy su empresa está en quiebra.

Su principal rival –y en algún momento, socio informal–, Gustavo Dorf, tampoco se quedó atrás. También proveyó chalecos a la policía bonaerense, pero pisó con mayor fuerza en los distritos controlado­s por Juntos por el Cambio. En particular, en la ciudad de Buenos Aires, donde invocaba a Daniel “Tano” Angelici como su “compadre”.

Su señorío se retrajo, sin embargo, tras el estallido de la causa de los cuadernos de las coimas. La Cámara federal por te ña confirmó su procesamie­nto y embargo como presunto testaferro y lavador de activos del exsecretar­io privado de los Kirchner Daniel Muñoz, quien invirtió millones en Armoring Systems, según confesaron su viuda, Carolina Pochetti, y su contador, Víctor Manzanares.

Para Fabricacio­nes, el contexto representa una oportunida­d. Podría potenciar su capacidad de producción y ganar contratos multimillo­narios, a pesar de las acusacione­s de competenci­a desleal que le prodigan sus competidor­es del sector privado. Solo la provisión de 13.300 chalecos a la policía metropolit­ana le reportaría ingresos por $900 millones. Eso, siempre que sus chalecos superen las pruebas balísticas. •

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Archivo 52.000 policías bonaerense­s deben renovar sus chalecos

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