Las consecuencias ocultas para Red Bull del accidente de Silverstone
Rescatar el motor para no quedar al borde de una pena y el costo de recuperar el chasis inquietan a la escudería
Declaraciones de diversos actores del ambiente de la Fórmula 1 mantienen viva la controversia tras el accidente que protagonizaron Lewis Hamilton (Mercedes) y Max Verstappen (Red Bull) en el Gran Premio de Gran Bretaña. El neerlandés terminó estrellándose a 300 kilómetros por hora en la curva Copse, de Silverstone, y ahora descansa y se repone de los dolores provocados por un impacto de 51G.
Las tomografías y la resonancia magnética no arrojaron lesiones. Mientras, el equipo se enfoca en la siguiente cita, del 30 de julio al 1 de agosto en Hungría, donde Verstappen nunca ganó y Hamilton, archirrival en la batalla por la corona, tiene un récord de ocho victorias. Recuperar el motor Honda para no arriesgarse a una penalización en la grilla de largada y limitar los gastos en la reconstrucción del auto 33 se imponen en Red Bull.
El recorte de la ventaja en el campeonato de pilotos a 8 puntos de Verstappen a Hamilton, y en el de constructores a 4 de Red Bull a Mercedes generan la necesidad de una reacción inmediata, pero el jefe de equipo Christian Horner precisa amortiguar los daños en la fábrica de Milton Keynes, cercana a Silverstone. En cambio, Toyoharu Tanabe, director técnico de Honda F. 1, desea enviar el motor a Japón: si alguno de los seis elementos principales es desechado, el reemplazo dejará a Verstappen al borde de un retraso en una largada futura.
Las unidades de potencia están formadas por un motor V6 de 1,6 litros limitado a 15.000 revoluciones por minuto, un turbocompresor, dos sistemas de recuperación de energía híbrida (MGU-K y MGU-H), una batería y una centralita electrónica. Esos elementos pueden ser sustituidos un cierto número de veces sin sanciones deportivas para los pilotos.
“Con la primera imagen del auto levantado pensé que los daños eran enormes, pero aparentemente son menores que eso. No se sabe el daño real del motor si no lo sacamos del auto, por eso nos gustaría mandarlo a la fábrica de Sakura y examinarlo antes de tomar una decisión”, señaló Tanabe. Un golpe de 51G implica una disyuntiva: conservar la unidad de potencia con riesgo de una rotura o cambiar y someterse a la posibilidad de un castigo. De inclinarse por lo segundo, será el último pase libre para Verstappen.
Con las nuevas reglas financieras de FIA, el desembolso por un accidente grande repercute en el desarrollo actual y en actualizaciones. En 2021, los equipos tienen un límite de 145 millones de dólares para desarrollo, fabricación y funcionamiento. En la puja por ahorrar, Mercedes utilizó más acero y menos carbono en la suspensión, para mayor duración de las piezas. La escudería de Brackley sufrió el mismo trastorno que desanda Red Bull cuando en abril Valtteri Bottas chocó con George Russell (Williams) en el Imola. Toto Wolff, jefe de Mercedes, calculó que eso costó 1.500.000 dólares.
“Una serie de accidentes con daños significativos excederá los cálculos de asignación para la fabricación de nuevas piezas. Idealmente los elementos son usados hasta que se rompen o quedan obsoletos, pero los accidentes graves tienen un costo y el dinero que se usa en reconstruir un auto afecta el desarrollo”, explicó Andrew Shovlin, el director de ingeniería de Mercedes.
Esos costos adicionales explican la demora en un acuerdo entre la F. 1 y los constructores sobre un calendario. “Con dividir US$ 145.000.000 en 23 fechas hay una aproximación de lo que se necesita para competir. Si se agregan carreras sprint, el costo aumenta por el desgaste de las piezas”, reclamó Horner. El acuerdo contempló un reembolso de 100.000 dólares ante un abandono por daños en una sprint, una cifra que Red Bull recibió con la deserción del mexicano Sergio Pérez en Silverstone.