El Frente de Izquierda, cada vez más cerca de una PASO
Se aceleraron las gestiones para lograr una lista de unidad, pero el MST reclama una mejor “integración” y mantiene su boleta
Todavía no fue confirmado oficialmente, pero es inminente. Todo estaría dado para que el Frente de Izquierda-unidad (FIT-U) dirima sus candidaturas en las PASO. Cuando faltan pocos días para el cierre de listas, las tres fuerzas fundadoras del espacio (el Partido de los Trabajadores Socialistas, el Partido Obrero y la Izquierda Socialista) no logran torcer la voluntad del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), cuyos referentes plantean la “necesidad estratégica” de dar un debate de cara al electorado y competir con lista propia en las primarias.
La fecha límite para inscribir alianzas no hizo más que acelerar la discusión interna. “Tres partidos del FIT-U tenemos un acuerdo y el único que sigue presentando una discordancia es el MST”, apuntaron a desde el PO. La mesa nacional la nacion del FIT-U había decidido darse tiempo hasta el sábado pasado para lograr un acuerdo de lista única. Sin embargo, las negociaciones se extendieron. “Están en todo su derecho. Por nuestra parte, seguimos en conversaciones para presentar una lista común”, señalaron cerca de Gabriel Solano (PO).
Por el momento, son dos las listas que el FIT-U inscribirá el próximo 24 de julio: una conformada por el PO, el PTS e IS, y otra por el MST, el último partido en sumarse al frente, en 2019. Ambos sectores oficializaron a sus respectivos precandidatos la semana pasada. En la provincia de Buenos Aires, las listas a diputados nacionales las encabezarán Nicolás del Caño (PTS) y Alejandro Bodart (MST), mientras que en la ciudad los primeros lugares serán para Myriam Bregman (PTS) y Celeste Fierro (MST), con Solano al frente de la lista de legisladores.
“Nosotros presentamos a Alejandro (Bodart), pero aclarando que somos una opción más del FIT-U, algo que los demás no hicieron”, se quejaron desde el MST, que plantean que a partir de ahora la campaña deberá girar en torno a un debate de “proyectos”. Mediante un comunicado difundido el lunes, Bodart confirmó que competirá por la provincia y se lamentó que haya sectores dentro del FIT-U que no estén de acuerdo con “la necesidad de ampliar la unidad a otras fuerzas y partidos de izquierda que defiendan el programa anticapitalista”.
Así y todo, en el MST no cierran completamente la puerta a un consenso de último momento. Hasta el sábado, las reuniones se sucederán una tras otra. Todo dependerá, en palabras del propio Bodart, de si existe real voluntad por parte de los demás miembros del FIT-U de “integrar” y “visibilizar” a “todas las voces”, para que “se termine con equivocados hegemonismos que lo único que hacen es dividir”.
En el FIT-U se jactan de representar “el 80% de los votos de la izquierda en las últimas elecciones”. Sin embargo, aunque su presencia se extienda a 23 distritos de todo el país, por fuera de su armado irán otras expresiones de la izquierda. Es el caso de Luis Zamora y su partido Autodeterminación y Libertad, en la ciudad. O el Nuevo MAS de Manuela Castañeira, que apuesta a representar la “renovación política”, tanto de la izquierda como de “los partidos tradicionales”, y cuyo partido en estas elecciones legislativas competirá en 13 provincias y en más de 50 municipios bonaerenses.
En tanto, quien hará su debut electoral con sello propio será el histórico Jorge Altamira. En los últimos meses, la Tendencia del Partido Obrero se volcó en una campaña contra reloj para conseguir la personería legal que le permitiera competir bajo el nombre Política Obrera. Tuvieron éxito y contarán con precandidatos en varias provincias, como Tucumán, Salta, Santa Fe y Santiago del Estero. En la Capital, la boleta la encabezará el exlegislador porteño Marcelo Ramal, mientras que Altamira hará lo propio en la provincia.
Pese a que no pudo concretarse la unidad de toda la izquierda, el entusiasmo es grande. La expectativa de los distintos espacios está puesta en lograr captar el desencanto social que aseguran palpar en la calle, tanto con la gestión del Frente de Todos como con la alternativa “por derecha” de Juntos por el Cambio. Basan su optimismo en los buenos resultados obtenidos en las elecciones de Misiones y Jujuy, y en el avance de la izquierda en la región, en particular en Perú y en Chile.