Giannis, el chico griego que racionaba comida, es campeón y MVP
Antetokounmpo lideró a Milwaukee hacia su primer anillo de NBA en medio siglo
Cuando Giannis Antetokounmpo llegó a la NBA cuidaba el mango. Sí, un jugador de NBA cuidando el mango. A su juventud en Grecia le habían faltado algunas cosas y el chico de 18 años tenía configurada su mente para no derrochar. Para ahorrar. Para conservar un alimento para más tarde, porque luego podía hacer falta. Como no creyendo que ya estaba en ese mundo de fama, comodidades y millones que es el de la mejor liga del mundo. Como sí creyendo que quizás no iba a pasar mucho tiempo en él.
Eso sucedió hace ocho años. Y Giannis no sólo se quedó. Fue dos veces premiado como el jugador más valioso (MVP) de una temporada. Uno de los equipos del Partido de las Estrellas llevó su nombre: Equipo Lebron (por James) vs. Equipo Giannis fue dos veces el espectáculo. Y ahora el número 34 llegó al techo: es campeón. Y es el jugador más valioso del campeón.
Milwaukee Bucks venció a Phoenix Suns como local por 105-98 y se coronó con un 4-2 en la final, que perdía por 2-0. Giannis tiene 26 años; la franquicia de Wisconsin, que hace tiempo tuvo a Carlos Delfino, llevaba ya 23 de sequía cuando el griego nació. Ahora rompió el vacío de medio siglo (1971).
Ocho partidos atrás parecía imposible. Antetokounmpo era protagonista de uno de esos videos de deportistas que se viralizan por una lesión impresionante. La pierna izquierda se le dobló hacia atrás cuando se le cayó encima Clint Capela y esa noche Milwaukee perdió ante Atlanta Hawks en la semifinal, que quedó 2-2. Pero sus compañeros dieron la cara, ganaron los dos partidos siguientes, se adjudicaron la Conferencia del Este y pusieron al equipo en la final de la NBA.
Tanque de 2,11 metros y 109 kilos, Giannis pasó apenas dos encuentros afuera, cuando parecía que su temporada se acabaría por la hiperflexión de los tendones posteriores de la rodilla izquierda. Exactas tres semanas después, anteanoche, estaba tirado en una silla, algo aislado, con los ojos vidriosos, oyendo los festejos de un estadio repleto. No sólo era el campeón: era el nuevo amo y señor de la NBA.
Acababa de ofrecer una producción descomunal: 50 puntos, 14 rebotes, 5 bloqueos, 2 asistencias, aunque 6 pérdidas. Tan grandiosa que nunca alguien había obtenido más de 40 tantos, 10 recobres y 4 tapas en un partido de final de NBA. “Quiero agradecer a Milwaukee por haber creído en mí. Ojalá tengamos la oportunidad de repetir”, dijo ambicioso, micrófono en mano, apenas recibió el trofeo MVP.
Habló de sus hermanos, Thanasis, de 29 años, y Kostas, de 23. El único campeón era... el más chico, que rellenó en la 2019/2020 el Los Angeles Lakers de Lebron James y Anthony Davis. A Giannis le enrostraban públicamente eso: “el MVP que no tiene anillos”... Pues ya no pueden. Y de paso sacó campeón a Thanasis, compañero de poco protagonismo en Bucks.
Giannis estuvo en un solo equipo en la NBA. Su lugarteniente Khris Middleton lo acompañó en todo ese tramo, aunque no es otro one-club man: jugó su primer año en Detroit Pistons. Otros referentes del campeón son Jrue Holiday y Brook López, pero todos iluminan mucho menos en el firmamento de la liga que el Antetokounmpo crack.
Sólo un rival en esta serie, Chris Paul, estaba a la altura de sus pergaminos. Pero el mejor fue Devin Booker, que a sus 24 años sobresalió como un terrible goleador. A CP3, a los 36 en su recién primera final, no se le dio. Es de los campeones sin corona de esta liga que no siempre premia con anillos a los mejores.
A Giannis no le pasará. Ya salió de ese club de mayor reputación que éxito. Este Zeus del básquetbol es un poderoso anotador sin ser gran tirador. Ágil, potente, es un ala-pivote que puntúa cerca del aro pero que se mueve mucho también por el perímetro. Excelente rebotero, estupendo pasador, formidable defensor. Con diferencias, su juego se asemeja al de Lebron.
Así como él esperó toda su vida de 26 años para ser campeón, milwaukee aguardó casi el doble para volver a glorificarse. Así como había 17.397 hinchas en el Forum, se apiñaban quizá más en las calles, para celebrar lo que talvez sólo sus papás o abuelos habían gozado. ante tokounmpo, el chico que racionaba la comida, que se mueve humilde, sin tatuajes, entre la prepotencia de la NBA, lo hizo. Giannis es ya mítico para ellos. Un dios griego.