Varios países ya están aprendiendo a “soltar” y a convivir con el virus
Gobiernos de Europa y de Asia alientan a sus poblaciones a retomar su ritmo diario y avanzar hacia una nueva normalidad
SINGAPUR.– Inglaterra levantó casi todas sus restricciones por el coronavirus, Alemania permite que los vacunados viajen sin hacer cuarentena, y en Italia el uso de barbijo ya no es obligatorio. En Singapur, los shoppings siguen abiertos.
A 18 meses de la aparición del coronavirus, varios gobiernos de Asia y Europa están alentando a sus poblaciones a retomar su ritmo diario y avanzar hacia una nueva normalidad donde los subtes, las oficinas, los restaurantes y los aeropuertos vuelvan a estar llenos. Y todos repiten el mismo mantra: “Tenemos que aprender a convivir con el virus”.
En la vereda de enfrente están los científicos, que advierten que cualquier estrategia de salida de la pandemia sería prematura. La aparición de variantes más contagiosas implica que los países ricos, desbordantes de vacunas, siguen siendo vulnerables.
Así que en vez de descartar su hoja de ruta, los funcionarios están empezando a aceptar que las cuarentenas y las restricciones son una parte necesaria de la recuperación. Ahora alientan a la gente a cambiar su perspectiva pandémica, para enfocarse en evitar la enfermedad grave, y no el contagio, que puede ser inevitable. Los países que apostaron a la erradicación del virus están reconsiderando esa política.
“Hay que decirle claramente a la gente que habrá muchos casos más”, dice Dale Fisher, que lidera el Comité Nacional para el Control y Prevención de las Enfermedades de ese país. “Y eso es parte del plan: en algún momento hay que soltar”.
Los habitantes de la pequeña ciudad-estado de Singapur estuvieron pendientes durante meses del recuento de nuevos casos de Covid, y cuando el número de contagios diarios pasó a ser de tres dígitos, la sensación de angustia y miedo era palpable. Además, con las fronteras cerradas, también cundía una sensación de derrota, ya que ni las medidas más exigentes eran suficientes para frenar la infección.
“Nuestra gente está agotada de esta lucha”, escribió un grupo de ministros de Singapur en una nota de opinión en el diario Straits Times, en junio. “Todos se preguntan lo mismo: ¿cuándo y cómo termina esta pandemia?”.
Pruebas
El gobierno de Singapur anunció su plan para el levantamiento gradual de las restricciones, un camino que conduce al otro lado de la pandemia. Para empezar, dejarán de estar pendientes de la cantidad de contagios para enfocarse en la cifra de enfermos graves, los que requieren cuidados intensivos y los que deben ser intubados. Esas medidas ya se están poniendo a prueba.
Singapur ya vacunó completamente al 49% de su población y se puso como modelo a Israel, que araña el 60% de inmunizados. Israel también dio un giro para enfocarse en las enfermedades graves. Pero en este momento también registra un brusco aumento de casos y el gobierno volvió a imponer el uso obligatorio de barbijos en interiores.
Michael Baker, epidemiólogo de la Universidad de otago en Nueva Zelanda, dice que los países que toman atajos hacia la reapertura están poniendo en riesgo a los no vacunados y jugando con sus vidas.
“A esta altura, me parece increíble que los gobiernos crean saber lo suficiente sobre el comportamiento del virus en las poblaciones humanas como para decidir que pueden convivir con él”, dice Baker, que ayudó diseñar la respuesta pandémica de Nueva Zelanda, uno de los países que apostaron por una estrategia de erradicación del virus.
Los neozelandeses parecen haberse reconciliado con la idea de posibles restricciones a largo plazo. En una reciente encuesta a más de 1800 personas encargada por el gobierno, el 90% de los encuestados dijeron que no creen que la vida vuelva a la normalidad después de la vacunación, en parte debido a las persistentes dudas e interrogantes que plantea el virus.
Los científicos siguen sin entender del todo el cuadro conocido como “Covid largo”, síntomas a largo plazo con los que siguen lidiando cientos de miles de pacientes que supuestamente se recuperaron. Dicen que el Covid-19 no debe ser visto como una gripe, porque es mucho más peligroso. Tampoco saben cuánto dura la inmunidad de las vacunas o hasta qué punto son efectivas contra nuevas variantes.
En lugares donde hay amplia disponibilidad de vacunas, como Europa, los países apostaron a la inoculación como salida de la pandemia y como clave para mantener bajas las internaciones y las muertes.
El enfoque más drástico fue el de Inglaterra, que ya vacunó con ambas dosis a casi todos sus habitantes vulnerables. El país eliminó prácticamente todas las restricciones de la pandemia, a pesar del aumento de contagios de la variante delta, particularmente entre los jóvenes.
El secretario de Salud, Sajid Javid, dijo que el país necesita “aprender a convivir” con el virus. Sin embargo, las encuestas revelan que los ingleses preferirían un abordaje más gradual de reapertura.