Rosa María Ravera. Una académica entre la sensibilidad y la reflexión
A los 88 años, en la ciudad de Rosario y a causa de una descompensación, murió anteayer la investigadora, crítica y académica emérita de la Academia Nacional de Bellas Artes (ANBA), la profesora Rosa María Ravera, que presidió la ANBA de 2001 a 2006. Se había instalado en esa ciudad santafesina hacía tres años por problemas de salud; su sobrino confirmó la muerte de la especialista en arte y semiótica, que también era pintora. “Tengo un requerimiento por lo sensible y tengo además una pasión reflexiva, y son dos cosas diferentes que se conjugan en la estética y la filosofía del arte que yo hago; diría que tengo dos pasiones”, declaró. Fue directora del Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, en la ciudad de Santa Fe. Había nacido en Rosario, en octubre de 1932.
Ravera presidió la Fundación Federico Jorge Klemm y la Asociación Argentina de Estética. Fue profesora honoraria de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, representante en la Argentina de la Asociación Internacional de Estudios Semióticos (por iniciativa de su colega, el escritor y semiólogo italiano Umberto Eco), integrante del Executive Committee de la Asociación Internacional de Estética y miembro consejero del Comité Ejecutivo de la Asociación Internacional de Semiótica del Espacio. Codirigió con Jorge Glusberg y Eugenio Pucciarelli la Revista de Estética, donde se daban a conocer ensayos de investigadores nacionales y extranjeros como Jorge López Anaya, el italiano Mario Perniola, el Grupo µ, el francés Jacques Derrida y el belga Philippe Minguet.
Su trabajo intelectual giró en torno a las interrelaciones del arte con las más actuales orientaciones teóricas y metodológicas, fundamentalmente filosóficas, antropológicas y semióticas. Aunque no se reconocía como académica, participó en seminarios y congresos nacionales e internacionales en ciudades como Viena, Milán, Montreal, Barcelona, San Pablo y Bogotá, entre muchas otras. Le gustaba viajar, hablar y escuchar. Se desempeñó como curadora de distintas muestras a lo largo de su trayectoria e integró el comité asesor del Pabellón Argentino de la 55ª Bienal de Venecia, de 2013, donde se expuso Eva-argentina. Una metáfora contemporánea de la rosarina Nicola Costantino.
“Fue una gran conductora, que dio mucho a mucha gente y supo llegar al corazón de los artistas –dijo a la artista Zulema Maza, la nacion amiga de Ravera–. Perteneció a una generación de críticos que marcaron una época en la historia del arte argentino”.
Entre las obras teóricas de Ravera se destacan Berni y la pintura (1968), En torno a la sociología del arte (1972), Cuestiones de estética (1979), Estética y semiótica (1988), Estética y crítica. Los signos del arte (1997) y En torno a la semiótica en la Argentina (2001). Otras publicaciones de Ravera pueden hallarse en los fascículos del Centro Editor de América Latina, en Cuadernos de Filosofía de la Universidad Nacional de Buenos Aires, Nuovi Quaderni Italiani del Instituto Italiano de Cultura, la revista Sur y Escritos de Filosofía de la Academia Nacional de Ciencias.