Desprotegidos
La nota de una funcionaria del Ministerio de Salud al gobierno ruso nos otorga certeza de que el manejo de la pandemia, y en especial el negocio de las vacunas, denota un fanatismo ideológico extremo que no repara en las consecuencias nefastas hacia la salud de la población. Los que esperamos la segunda dosis de la Sputnik V –en mi caso, 120 días desde que me aplicaron la primera (9 de abril)– nos sentimos desprotegidos y desamparados ante un Estado que nos iba a cuidar como un padre en esta pandemia. Mi padre fue alguien irreemplazable (siempre lo será), que como ciudadano responsable pagó siempre sus impuestos y cumplió con la ley. Me conformo con un Estado que realice bien su gestión de servidor público y no haciendo política ideológica con la salud de sus habitantes. Antonio R. Lagioia tonylagioia@gmail.com