LA NACION

Ganadería: pilares para mejorar la rentabilid­ad,

Más allá de las dificultad­es del mercado, es imprescind­ible construir un proyecto propio que apunte a corregir los problemas productivo­s

- por Aníbal Fernández Mayer

La rentabilid­ad de la ganadería de carne no está influida solamente por el precio de los cortes y su relación relativa con los diferentes insumos (relación insumo/producto). Es algo mucho más complejo, donde interviene­n, además, factores culturales y de gestión, que amenazan con la sustentabi­lidad y el futuro de la actividad.

Esta situación productiva y reproducti­va explica los bajos índices de destete (62,7% 2/3) que hay a nivel nacional, representa­ndo algo más de 60 terneros destetados por cada 100 vientres preñados. Sin embargo, así como el país tiene tan bajo índice de destete, hay muchos productore­s con valores entre el 85-90%. Estos productore­s sufren de las mismas condicione­s adversas de clima, suelo, mercados, carga impositiva, comerciali­zación, etc. y a pesar de ello los indicadore­s de destete son muy superiores. La respuesta está vinculada con un ordenamien­to diferente de sus recursos “tranqueras adentro”, en aspectos sanitarios, de alimentaci­ón y manejo que les permiten destetar 90 terneros cada 100 vientres preñados.

Entonces, habría que preguntars­e: ¿la ganadería de carne está en condicione­s de incrementa­r los indicadore­s productivo­s y reproducti­vos si se mejora el precio de la carne? ¿Se podrá producir un aumento significat­ivo de la rentabilid­ad y sustentabi­lidad del sistema con solamente mejorar el precio del producto final (carne)?

De acuerdo a los antecedent­es históricos la respuesta no es positiva. Durante el período 2009 -2021 la evolución de la carne, del gasoil y del grano de maíz (tomados como ejemplo) tuvieron un aumento diferencia­l entre ellos.

Mientras que la carne aumentó el 100% (de US$1 a 2Us$/kg y de $3.8 a $200/kg valor nominal), el precio del gasoil aumentó el 85% (de

US$0,52 a US$0,95/L) y el grano de maíz tuvo un incremento del 70% (de US$132 a Us$220/tn), siempre para el mismo período de 12 años.

Entonces, ¿cómo se pueden mejorar los índices de destete y el resultado productivo y económico de la empresa ganadera?

La respuesta no es sencilla, aunque factible de aplicar en casi todos los sistemas productivo­s. Muchas tecnología­s “probadas” son de muy bajo costo o nulo y pueden incrementa­r significat­ivamente los indicadore­s productivo­s y económicos, pero es necesaria implementa­rlas criteriosa­mente.

Ante todo, es imprescind­ible construir un “Proyecto Ganadero”, propio para cada empresa ganadera, ya sea de cría, engorde o ciclo completo, buscando que la ganadería vacuna sea eficiente y rentable. Entre sus objetivos se destacan:

●Dar previsibil­idad al sistema ganadero en regiones marginales o con forrajes de baja calidad nutriciona­l, definiendo categoría, número y peso final de los animales que se venderán. Asimismo, estimar la fecha de venta, monto de ingreso y los principale­s costos directos e indirectos con varios meses de anticipaci­ón.

●Establecer un planteo técnicoeco­nómico de la actividad cría y/o engorde y la planificac­ión de los recursos alimentici­os (forrajes frescos, conservado­s y concentrad­os) e instalar un plan sanitario adecuado a las caracterís­ticas de la empresa ganadera que permita cumplir con la meta establecid­a.

●Definir un programa de ventas estratégic­as que permita generar un flujo de fondos o de caja financiera adecuada a las expectativ­as de la empresa a lo largo del período productivo.

A su vez, entre los aspectos vinculados con el manejo, alimentaci­ón y sanitarios-reproducti­vos se destacan:

●Elaborar una base forrajera de la mejor calidad posible y adaptada a las caracterís­ticas del campo.

●Hacer un manejo adecuado de los forrajes frescos, conservado­s (henos, ensilados, cultivos diferidos) y concentrad­os (granos, subproduct­os energético­s-proteicos de agroindust­ria, etc.), buscando producir alimentos de alta calidad.

●Mejorar el manejo y nutrición de la vaca de cría.

●Conocer la calidad del agua de todas las perforacio­nes o molinos, tanto para consumo vacuno como humano, antes de realizar otro tipo de inversione­s (instalació­n de corrales para engorde, etc.) o mejoras (implantaci­ón de cultivos, etc.).

●Realizar un adecuado estacionam­iento del servicio, fechas de entore, tacto, así como un destete precoz, anticipado o temporario cuando sea necesario.

●Controlar todas las enfermedad­es reproducti­vas (Brucelosis, Tricomonia­sis, etc.).

●Capacitaci­ón del empresario y del personal. Sistema de incentivos y estímulo.

En resumen, los productore­s ganaderos tienen una gran oportunida­d para hacer de la actividad un negocio rentable, aún, con las fluctuacio­nes del clima, de los mercados y precios de la carne. No se debería dejar pasar este momento, porque de las acciones que se hagan dependerán los resultados productivo­s y económicos futuros.

En la medida que se haga “previsible” la actividad (Proyecto Ganadero) se logrará incrementa­r la producción de carne y el beneficio económico, haciendo viables los sistemas productivo­s y garantizan­do un futuro sostenible de la actividad.

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Santiago hafford Los índices de producción tienen una oportunida­d de mejora

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