Sustentable desde siempre.
Una arquitecta tucumana vive de construir casas de adobe.
En Tafí del Valle, zona montañosa de Tucumán con alturas que rondan los 2000 metros, con un clima de gran amplitud térmica en donde el sol calienta por la mañana y el frío intenso llega con la tarde, los veranos son lluviosos a la hora de la siesta y las nevadas son frecuentes durante el invierno, Lucía Kirschbaum, reconocida arquitecta tucumana de
75 años, ya lleva construidas más de
180 casas de adobe. Cautivada por el paisaje, 25 atrás, llegó a Tafí de vacaciones junto a su marido. “Mi esposo me regaló un terreno en Tafí y me hice mi casa como yo creía y creo que debe ser una casa en esa zona”, relata su historia a la nacion.
La arquitecta había hecho muy pocas viviendas familiares a lo largo de su carrera, pero se animó a analizar las condiciones del clima, el terreno y la vegetación de la zona y, finalmente, hizo su casa de adobe con techo de paja. “La gente de la zona me empezó a llamar porque querían una igual y hace 25 años empecé a hacer casas de ese estilo”, señala la arquitecta que se abocó a una arquitectura integrada al paisaje y a los métodos ancestrales de construcción en los valles: paredes de adobe, techos de paja con caña hueca, mucha madera y piedra, vigas de quebracho y eucaliptos. “Los clientes entendieron y compartieron mi estilo. Siempre sostuve que, en un lugar tan bello, como es Tafí, las casas tiene que pasar desapercibidas y se tiene que priorizar el paisaje”, sostiene.
para la arquitecta, este tipo de viviendas deben construirse en adobe por sus grandes propiedades como aislante sonoro y térmico, además tienen que ser de techos bajos, aberturas chicas, y la orientación hacia el norte. para los techos se usan chapas pintadas de negro o marrón para que se confunda con el paisaje, se prefieren tonos oscuros para que absorba el calor, los techos se completan con madera, de pino, eucalipto redondo o quebracho. además, se requiere aislación de lana de vidrio. El valor del metro cuadrado para la construcción de este tipo de vivienda está entre los $60.000 y $70.000. En cuanto a calefacción, se usan estufas a leña como salamandras para cocina comedor -que se construyen integradas- y calefacción eléctrica, para habitaciones y baño. Sus construcciones suelen ser en promedio de unos 180 m2. “Trato de hacer tres dormitorios como máximo. La gente va de vacaciones o pasa los fines de semana largos en Tafí, aunque con esto de la pandemia mucha gente se quedó a vivir allá. pero teniendo en cuenta que son casas que no se usan todo el año, prefiero no hacerlas de un tamaño desmesurado. Siempre digo que por muy grande que hagas la casa, si vienen todos nunca entran y después te sobra lugar por diez meses”, advierte.
actualmente, Kirschbaum sigue trabajando. ahora lo hace con su hija, María Fajre, también arquitecta. “Ella hace ese tipo de casas todavía más rústicas”, aclara. “Y yo acá estoy, siempre a punto de retirarme, pero la gente me sigue llamando”, concluye la arquitecta especializada en sustentabilidad desde cuando nadie hablaba del tema.