Finalmente, Santoro será acompañado por Marziotta, y La Cámpora gana lugares claves
Después de mucha discusión, Santa María logró colocar a la legisladora como segunda; la agrupación de Máximo Kirchner ubicó a varios candidatos y el massismo coló a los suyos
Tras marchas y contramarchas, las listas del Frente de Todos (FDT) para competir en la ciudad de Buenos Aires quedaron definidas con un loteo entre las distintas fuerzas que componen la alianza de gobierno. La cabeza de la lista de candidatos a diputados quedó en manos de Leandro Santoro, hombre cercano al presidente Alberto Fernández y con guiño de La Cámpora. Lo secundará Gisela Marziotta, en cuya candidatura talló el sindicalista Víctor Santa María, con lo que se zanjó una discusión que llevaba varios días.
En la propuesta para la Legislatura porteña, los dos primeros lugares quedaron para el actual defensor del pueblo la ciudad, Alejandro Amor, de trayectoria en el justicialismo, y para Victoria Montenegro, que cuenta con aval del sector de los derechos humanos, de La Cámpora y del cristinismo.
De origen radical, Santoro es de extrema confianza de Fernández y tiene buena aceptación en La Cámpora. Se le reconoce haber defendido mediáticamente la gestión de Fernández desde el comienzo. Detrás de él quedó Marziotta, que no goza de la simpatía del camporismo.
El nombre que ocuparía ese segundo espacio despertaba tensiones en los últimos días. En la danza de nombres que circularon se valoraba la posibilidad de que fuera una representante del feminismo. En esa línea se especuló con el nombre de la asesora presidencial Cecilia Nicolini, que terminó dado de baja.
Tercero quedó Carlos Heller, principal vocero económico del gobierno en Diputados. Tiene la confianza de Máximo Kirchner y fue el autor de la ley del impuesto a las grandes fortunas, que permitió al Gobierno una bocanada de aire en medio de la crisis económica.
En cuarto lugar también pisó fuerte La Cámpora con la postulación de Lorena Pokoik, quien integra sus filas. En tanto, el massismo logró ubicar a Matías Tombolini, vicepresidente del Banco de la Nación, en la quinta plaza, y el Movimiento Evita, a Cecilia Barros en sexto lugar.
A la Legislatura porteña irá en primer lugar Amor, exlegislador por el justicialismo y miembro del Sindicato Único de Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires (Sutecba).
Segunda se ubicó Montenegro, de excelente sintonía con los espacios de derechos humanos, especialmente con Estela de Carlotto. La titular de Abuelas de Plaza de Mayo es su madrina política. El vínculo entre ambas se remonta a cuando Montenegro recuperó su identidad, en el año 2000, a través del trabajo de la agrupación, luego de haber sido apropiada en 1976, durante la última dictadura. Montenegro tiene el visto bueno de La Cámpora, del cristinismo y muy buena sintonía con Fernández.
Detrás de ella recalaron el camporista Juan Moradelli, hoy director general de Prestaciones de la Anses; y Maia Daer, hija del cotitular de la CGT, Héctor Daer –hombre cercano a Fernández–, y una “albertista” pura, de las filas del Partido del Trabajo y la Equidad (Parte), presidido por Claudio Ferreño, íntimo amigo del Presidente.
También Juan Manuel Valdés, hijo de Eduardo Valdés, otro de los hombres del entorno presidencial. Tras ellos hubo lugar para representantes del espacio de Juan Grabois, que sumó a una candidata de su espacio, el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), y referente del Frente Patria Grande.