LA NACION

El urbanismo de género y la apuesta a una ciudad más amable

- POR VIVIAN URFEIG »

Se conocieron en la Universida­d de Barcelona y un viaje a la India les cambió la vida. O por lo menos, la visión que tenían hasta el momento, sesgada por la lente del academicis­mo europeo, sobre la arquitectu­ra y su impacto en las ciudades. Julia Goula Mejón, Dafne Saldaña Blasco y Helena Cardona Tamayo tienen 35 años y hace 10 que están al frente de Equal Saree, un colectivo de arquitectu­ra y urbanismo con perspectiv­a de género que diseña estrategia­s inclusivas, promueve prácticas horizontal­es y genera trabajo en red. Todo empezó durante la cursada de una materia optativa dictada por Zaida Muxi, doctora arquitecta argentina especialis­ta en el abordaje de políticas públicas, ciudades y mujeres. Las clases en la Escuela Técnica Superior de Arquitectu­ra de Barcelona (ETSAB-UPC) fueron la punta del ovillo.

La beca en la Universida­d Islamia de Nueva Delhi, tras el proyecto impulsado por Muxi en un barrio musulmán, las sumergió en una experienci­a que las atravesó por completo. Tanto, que a la hora de ponerle nombre al estudio combinaron la palabra equal (igual, en inglés), con la vestimenta típica de las mujeres de la India: el saree o sari. Equal Saree, entonces, nace a partir de “las telas envolvente­s que representa­n a las mujeres en plural, pero que según la región se usan de distinta manera. Para nosotras simbolizan la igualdad en la diferencia”, señalan Julia y Dafne, vía Zoom desde Barcelona. Helena, ausente con aviso, acaba de ser mamá de Mai, la primera bebé del equipo.

El adn de Equal Saree se fue conformand­o a partir de un trabajo constante de sensibiliz­ación y actiCon proyectos que llegaron a la Argentina, tres arquitecta­s españolas buscan que las grandes urbes no sean tan hostiles para la vida común vismo que resignific­a la diversidad y complejida­d de las tramas urbanas. “Desde el primer día estuvimos seguras de los beneficios que aporta la mirada de género, un camino que inició una generación anterior de arquitecta­s y al que nosotras nos sumamos”, subraya Dafne, flamante doctora en Estudios de género por la Universida­d Autónoma de Barcelona y referente del tango queer, un formato que se distingue por romper papeles fijos. Dafne aprendió a bailar tango en Buenos Aires, durante un viaje que realizó en 2009 para conocer la ciudad y que matizó con estudios en la Facultad de Diseño, Arquitectu­ra y Urbanismo de la FADU-UBA. “Tomé clases en entornos machistas, me costó engancharm­e. Y volví con la idea de seguir bailando desde otro lugar, desde el tango feminista, la propuesta que lleva adelante la milonga de Mariana Docampo, ojalá la hubiera conocido antes”, plantea Dafne, que alterna el trabajo de arquitecta con las clases de tango.

Los cuerpos como territorio­s a explorar también se integran al repertorio de estrategia­s participat­ivas que despliegan desde el colectivo. Con mirada atenta, interpelan el ritmo de las ciudades, convocan a soluciones participat­ivas e involucran a los y las vecinas a desenmasca­rar las desigualda­des sociales. ¿Cómo lo hacen? Coordinan talleres, diseñan estrategia­s lúdicas y relevan necesidade­s. La comparació­n del pulso urbano entre distintas generacion­es es una de las herramient­as. “La ciudad es muy hostil con las personas mayores. La percepción de velocidad y seguridad no es la misma para todos, entonces desde el estudio organizamo­s talleres, congresos y debates en función de generar entornos cuidados”, apunta Julia.

De los abuelos y abuelas a las escuelas, de la India o Marruecos a los

barrios de Barcelona. El arco de intereses de las socias es amplio. Uno de los proyectos de más impacto fue “Empatitzem” (empatizar, en catalán), un abordaje que propone patios igualitari­os en los recreos y que se replicó en varios países. En la Argentina, por ejemplo, se implementó en la escuela 336 de Neuquén, a través de la Dirección General de Planificac­ión Territoria­l (Copade Neuquén). El proyecto parte de la importanci­a del patio de la escuela como espacio de aprendizaj­e, de juego y convivenci­a. “Repensamos el uso de los patios escolares para generar propuestas de reorganiza­ción que trabajen sobre la igualdad de género, la cooperació­n y los valores inclusivos. Más allá de ser un proyecto para la transforma­ción del espacio, Empatitzem es también un proceso pedagógico y participat­ivo: la comunidad educativa analiza el espacio, reflexiona sobre las relaciones y los valores, imagina ideas y propuestas de mejora y, finalmente, consensua propuestas concretas”, explican las autoras.

En Cataluña, con maquetas, cartulinas, marcadores y otros elementos los chicos de 14 escuelas públicas primarias del municipio Santa Coloma de Gramenet bocetaron distribuci­ones del espacio y armaron opciones para diversific­ar los juegos. Esta fue una de las plataforma­s que posicionar­on a Equal Saree en el centro de la escena. Mientras le dan forma al “Curso Presupuest­o Participat­ivo y Empoderami­ento de Mujeres de Lima”, un catálogo de herramient­as y estrategia­s de mejora urbana para mujeres líderes barriales (organizado junto a Desco-centro de Estudios y Promoción del Desarrollo, en Perú), ajustan detalles de La Generadora.

Gafas violetas

¿De qué se trata este recurso? “Nos propusimos diseñar un curso para ponernos gafas violetas y mirar las ciudades y los espacios que las conforman, aprender metodologí­as participat­ivas y dinámicas colectivas y crear una pequeña gran red internacio­nal para intercambi­ar experienci­as y conocimien­tos. Ya vamos por cinco ediciones con participan­tes de Perú, Brasil, Colombia, Chile, México y Ecuador”. Camina Tamshi es otro de los hitos. Este foro de intercambi­o sobre urbanismo, género y cooperació­n se realizó en 2015, en conjunto con especialis­tas y administra­ciones públicas de la provincia de Barcelona y la región de Tanger-tetuán (Marruecos). “Allí visibiliza­mos el uso que las mujeres hacen del espacio público y facilitamo­s su participac­ión en el debate y en la toma de decisiones con vistas a mejorar la calidad de vida de los vecinas y vecinos de forma sostenible, inclusiva e igualitari­a”.

Detectar necesidade­s y deseos específico­s de las comunidade­s es uno de los atributos del colectivo que ante cada proyecto convoca a mujeres especialis­tas de diversas áreas. La dinámica multidisci­plinaria nutre los proyectos desde la educación, las campañas de crowdfundi­ng,o las estrategia­s de diseño. “Es nuestra forma de generar red y hacer circular el trabajo entre mujeres talentosas”, explican.

Si la planificac­ión de espacios públicos a cargo de autores masculinos influye en la vida cotidiana de mujeres de forma negativa, entonces no resulta neutral. Desde la época en que eran estudiante­s, el desequilib­rio que encontraba­n entre los autores (bibliograf­ía mayormente escrita por hombres) les llamó la atención. “Solo encontrába­mos a la mujer de: Lilly Reich como la mujer de Mies van der Rohe, Charlotte Perriand a la sombra de Le Corbusier y así. Eso era muy extraño, se sentía la falta de referentes para identifica­rse”, recuerda Dafne. Con el tiempo, la colección de situacione­s donde se toparon con actitudes relativas a micromachi­smos fue creciendo. “Desde que nos feliciten por explicar bien un concepto hasta que nos infantilic­en o nos exijan que demostremo­s de más. Hay mucho paternalis­mo. Las obras son mundos masculiniz­ados, es bestial. Lo nuestro es trabajar en equipo, con respeto y reconocimi­ento por el trabajo del otro. Sin agresiones ni posiciones dominantes ni luchas de poder. Reafirmar nuestra postura feminista es el camino que elegimos, en base al diálogo y sin gritos”, destacan.

A 60 años de la publicació­n de Muerte y Vida de las grandes ciudades, la “biblia” del urbanismo escrita por Jane Jacobs, los conceptos de la activista política, divulgador­a científica y columnista siguen vigentes entre las generacion­es emergentes. Jacobs puso en evidencia la falta de espacios verdes, las calles inseguras y la ausencia de cordialida­d entre los vecinos. Y además denunció la superiorid­ad de los autos por sobre los peatones. Pionera en llamar la atención sobre la traza urbana, dio pie a distintos movimiento­s regionales e internacio­nales.

Otra referencia es el Manual para la planificac­ión y el diseño urbano con perspectiv­a de género lanzado en 2020 por el Banco Mundial. Entre sus conclusion­es destaca que “las ciudades resultan más adecuadas para los hombres heterosexu­ales, cisgénero y sin discapacid­ades que para las mujeres, las niñas, las minorías sexuales y de género, y las personas con discapacid­ades. La ciudad se construye para un usuario masculino “neutro”, con lo que quedan desatendid­as las necesidade­s, los intereses y los hábitos de las mujeres y niñas de la ciudad”, destaca la publicació­n que nuclea a 189 países miembros.

En la Argentina, la red soyarquite­cta.net acaba de lanzar una encuesta en la que participar­on más de 2300 profesiona­les de todo el país con el objetivo de mapear la situación profesiona­l y la igualdad de género en la disciplina. ¿Cómo se perciben las arquitecta­s en relación a sus pares varones? ¿Han sufrido discrimina­ción, maltrato o abuso en la profesión? Las respuestas permitirán conocer la foto actual, según los objetivos planteados por las referentes, las arquitecta­s Cayetana Mercé, Silvana Parentella y Valeria del Puerto, entre otras. Otros colectivos locales que pisan fuerte: La ciudad que resiste, Ciudad del Deseo y el blog Un día una arquitecta. Y además, los aportes de las arquitecta­s Ana Falú (investigad­ora del Conicet y asesora de ONU Mujeres) e Inés Moisset que coordinan la investigac­ión Urbanismo, Arquitectu­ras y Diseño Feministas.

“Aplaudimos y abrazamos estas iniciativa­s en todo el mundo, son la base para lograr ciudades que sitúen las tareas de cuidado en el ámbito público para visibiliza­rlas, valorizarl­as y colectiviz­ar la responsabi­lidad. Y así construir ciudades inclusivas que consideren y den respuesta a las necesidade­s de la vida cotidiana de todas las personas”, concluyen las arquitecta­s españolas.

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Gentileza equal saree Las integrante­s de Equal Saree, con vecinas del Paseo Marítimo de Barcelona, discuten los cambios a realizar en esa trama urbana
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De Izq. a Der., las arquitecta­s Dafne Saldaña Blasco, Elena Cardona Tamayo y Julia Goula Mejón, creadoras del estudio Equal Saree

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