Fernández retuvo a Cafiero, pero enfrenta más presión para cambiar el gabinete
Arroyo y Rossi se van para ser candidatos; el kirchnerismo pide más reemplazos
A pesar de que en el Gobierno interpretaban ayer, tras el cierre de listas, que la permanencia de Santiago Cafiero como jefe de Gabinete permitiría “blindar” a los ministros, todo parece indicar que se intensificarán los pedidos de más reemplazos en el gabinete por parte del sector encabezado por Cristina Kirchner.
En principio, dos ministros, Daniel Arroyo (Desarrollo Social) y Agustín Rossi (Defensa), dejarán el gabinete para ser candidatos.
Además, desde el kirchnerismo insinúan que habrá presión para encarar más cambios en el gabinete en los próximos meses. En la primera fila de los apuntados aparecen Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Sabina Frederic (Seguridad) y Claudio Moroni (Trabajo).
En cambio, pronostican que Martín Guzmán (Economía), a pesar de las críticas internas, seguirá en su puesto mientras se extiendan las negociaciones con el Fondo Monetario.
“Alberto blindó su gabinete. Les dijo a Cristina y Máximo que cedía hasta acá”. La reflexión circuló ayer entre miembros del elenco ministerial del presidente Alberto Fernández, apuntados dentro de los “funcionarios que no funcionan” y que en el cierre de listas escaparon de su hasta hace poco inexorable destino de salida.
De todas formas, las listas implican la partida de dos ministros, Daniel Arroyo (Desarrollo Social) y Agustín Rossi (Defensa), quienes serán candidatos en las PASO.
Cerca de Fernández aseguran que el cierre de listas “fue tranquilo y sin sangre” y que “no se ve al Presidente con apuro por hacer cambios ni mucho menos”. En cambio, distintos actores del Frente de Todos pronostican que la presión del sector que encabezan Cristina Kirchner y su hijo, el titular del bloque de diputados del Frente de Todos, para que haya más cambios continuará los próximos meses. “El cierre fue terrible. El que no se sentaba con Máximo quedaba fuera del Mundial. Estuvieron durísimos, y se vienen más cambios, si no es ahora, será en diciembre”, pronostica uno de los dirigentes peronistas damnificados por las definiciones de los espacios. Salvo el primer lugar en la lista de diputados bonaerenses, asignado a Victoria Tolosa Paz (albertista “pura” que también se irá del Gobierno para ser diputada), el resto quedó en manos en su mayoría de La Cámpora y el cristinismo.
Si bien el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y ministros como Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Matías Lammens (Turismo y Deportes) eran insistentemente mencionados como posibles candidatos, y por ende fuera del gabinete en cuanto comenzara la campaña, nada de eso ocurrió. “Era el mejor jefe de Gabinete, el mejor candidato y el mejor padre. Fue su semana”, festejaron cerca del jefe de Gabinete luego de la tensión vivida durante los últimos días, jornadas de discusión internas que terminaron con Cafiero ratificado en su puesto.
Sin embargo, la salida de Arroyo y su ubicación en la lista (número 12, muy lejos de los primeros lugares) alimentó los resquemores de otros integrantes del gabinete en relación con su futuro. “Es muy raro lo que pasó con Daniel, ir en ese lugar de la boleta es raro”, reconocía una fuente del albertismo. “Se quería ir, estaba podrido de las internas en su ministerio”, coinciden dentro y fuera de la Casa Rosada, una muestra de la presión cristinista que enfrenta el gabinete.
Arroyo no dejó trascender la perplejidad y resignación que aquejaron a varios de sus colaboradores más cercanos. Con Rossi, coinciden las fuentes, la situación es diferente: un guiño de Cristina lo llevó a presentar lista propia en Santa Fe, contra el acuerdo entre el gobernador Omar Perotti y la Casa Rosada.
Como otro ejemplo de la presión, desde el albertismo mencionan a Juan Zabaleta, el intendente de Hurlingham, que será candidato a concejal en su distrito. “Lo hizo por supervivencia, si no se lo llevan puesto”, contó un referente en relación con La Cámpora y su intención de gobernar el territorio bonaerense.
En la primera fila están, desde hace tiempo, integrantes del ala económica, como Martín Guzmán y Matías Kulfas, provenientes de distintas tribus del oficialismo, pero hoy hermanados por ser blanco del encono vicepresidencial. También Sabina Frederic (Seguridad), protagonista de duras controversias con su par bonaerense, Sergio Berni, y el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, de constante bajo perfil.
“Kulfas está en capilla desde el primer día”, reflexiona un compañero de gabinete, conocedor de la antipatía que el ministro de Desarrollo Productivo provoca en los leales a la expresidenta. “Guzmán también está complicado, pero hasta que resuelva la deuda con el FMI va a seguir, no se va a ir por ahora”, contesta otro referente del cristinismo, que escuchó a la vicepresidenta el sábado, cuando reinstaló el pago de la deuda externa como tema de la incipiente campaña. ¿Frederic y Moroni? “Están flojos. Pero es cero ideológico, es gestión”, justifica un funcionario provincial de buen vínculo con el kirchnerismo.
“Todos ganamos y perdimos. Alberto ganó al no ceder a Santiago, ellos (el cristinismo) ganaron poniendo a muchos de los suyos en las listas”, resumió un leal al Presidente, que mañana, a las 12.30, encabezará el primer acto “de gestión” luego del cierre de listas. Será en la localidad bonaerense de Merlo, junto al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el ministro de Hábitat y Vivienda, Jorge Ferraresi.