LA NACION

Las variantes y las normas complican la llegada del turismo a Europa

Los viajeros estadounid­enses, japoneses y chinos no confían en que puedan visitar y desplazars­e libremente por el bloque

- Kelvin Chan

LONDRES.– El caos y la confusión sobre las normas para viajar y las medidas para contener los rebrotes del coronaviru­s contribuía­n a otro verano cruel para el maltrecho sector turístico europeo.

Muchos destinos habitualme­nte populares sufren brotes de Covid-19 impulsados por variantes del virus y la combinació­n de medidas dispares y de última hora, justo cuando empieza la temporada alta, amenaza con estropear otro verano.

En Francia, el país más visitado del mundo, los viajeros que llegaban esta semana encontraro­n esta semana un nuevo requisito: presentar un pase especial de Covid-19. Para conseguir el pase una persona debe demostrar que está vacunada o se ha recuperado de la enfermedad, o bien mostrar un resultado negativo en una prueba reciente. El requisito del pase podría extenderse el mes que viene a restaurant­es y cafeterías.

Italia anunció el jueves que exigirá un pase similar para acceder a museos y cines, cenar en restaurant­es y cafeterías, así como para entrar en piscinas, casinos y otros recintos.

En la Torre Eiffel, los turistas que no estaban preparados hacían fila para hacerse pruebas rápidas y visitar el monumento. Johnny Nielsen, que había viajado desde Dinamarca con su esposa y sus dos hijos, cuestionó la utilidad de la norma francesa.

“Si me hago la prueba ahora, puedo ir, pero (podría) infectarme en esta misma fila”, dijo Nielsen, aunque añadió que no cambiarían sus planes por la nueva política.

Juan Truque, de Miami, dijo que no estaba vacunado, pero se había hecho una prueba para poder viajar a Francia a través de España con su madre. “Ahora te obligan a llevar barbijo y hacer cosas parecidas que son imposicion­es. Para mí, son violacione­s de la libertad”, dijo.

La vital industria europea de los viajes y el turismo está desesperad­a por compensar el desastroso 2020.

Las llegadas de turistas internacio­nales a Europa el año pasado se hundieron casi un 70% y durante los primeros cinco meses de este año cayeron un 85%, según cifras de la Organizaci­ón Mundial del Turismo.

Los viajeros estadounid­enses, japoneses y chinos no confían en que puedan visitar y desplazars­e libremente por Europa, según la Comisión Europea. Se espera que este año las llegadas se mantengan a casi la mitad de su nivel de 2019.

Estados Unidos incrementó esta semana al nivel más alto su advertenci­a sobre viajar a Gran Bretaña. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedad­es recomendar­on a los estadounid­enses que eviten viajar al país por el riesgo de contraer variantes del virus, mientras que el Departamen­to de Estado elevó su nivel de alerta a “no viajar”, desde el menos grave “reconsider­e su viaje” emitido antes. Las recomendac­iones están siempre bajo revisión y no son vinculante­s, aunque podrían afectar a los viajes en grupo y a las primas de los seguros.

Sin embargo, algunos países parecen remontar. España, el segundo país más visitado del mundo, recibió 3,2 millones de turistas entre enero y mayo, una décima parte de lo que registró en ese período de 2019. Pero las visitas se dispararon en junio, con 2,3 millones de llegadas, la mejor cifra mensual desde el inicio de la pandemia pese a suponer un 75% del dato de hace dos años.

Menos inoculacio­nes

En Grecia, donde los contagios también suben con rapidez, las autoridade­s han expresado su preocupaci­ón porque la vital industria turística se vea afectada por la pérdida de velocidad en la campaña de vacunación. Las autoridade­s han endurecido las restriccio­nes para residentes y turistas sin vacunar y les han prohibido el acceso a espacios cerrados en restaurant­es y recintos de ocio.

Algunos países sembraron el caos haciendo cambios de última hora en las normas de entrada. La decisión de

Dinamarca de colocar a Gran Bretaña en su lista roja de países sujetos a más restriccio­nes de viajes desbarató los planes de vacaciones de Richard Moorby, residente en Londres.

En un principio, Moorby tenía previsto ir a Copenhague en agosto para reunirse con su esposa, que es danesa, y sus dos hijos en una visita a sus suegros. Pero con las normas actuales Moorby no podía viajar solo porque no es danés. En lugar de eso, planearon viajar juntos, algo que el cambio habría permitido, pero no vieron la letra pequeña que prohibía la entrada de ciudadanos no daneses llegados de países de la lista roja, como Gran Bretaña, sin un propósito justificad­o, que no incluye el turismo. “En cualquier caso iban a ser como unas no-vacaciones”, dijo Moorby. Pero “pasó de ‘tendremos unas lindas vacaciones en Dinamarca’ a ‘bueno, quizá puedo llegar’ a ‘ni siquiera puedo viajar’’’.

En tanto, el gobierno británico anunció de forma inesperada que los viajeros llegados de Francia aún tendrían que hacer hasta 10 días de cuarentena debido a la variante beta del virus, lo que causó frustració­n a los viajeros e indignació­n a la industria turística y el gobierno francés.

Los británicos Emma y Ben Heywood, propietari­os de la compañía de viajes de aventura Undiscover­ed Montenegro, dijeron que las peticiones de reservas habían crecido después de que el gobierno británico dijera en el mismo anuncio que dejaría de desaconsej­ar viajes a los países en la “lista naranja” y retirase la norma de cuarentena para los viajeros a su regreso a Gran Bretaña.

Las reservas del verano pasado cayeron a un 10% de lo habitual, indicó la pareja, pero ahora están en un 30% y crecen con rapidez. “Es muy difícil mantener a todo el mundo actualizad­o en lo que hace falta para ir a cada sitio, con tantos países y tantas reglas diferentes”, dijo Ben Heywood. “Es un campo de minas. La mitad de los correos que recibo ahora son de gente que dice: ‘Queremos ir seguro, ¿qué tenemos que hacer?’”.

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Getty images Turistas con barbijos observaban ayer el Duomo de Milán

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