Las reservas cayeron casi US$2000 millones y vuelve a preocupar su dinámica
Fue por el pago al FMI en una jornada en la que el Gobierno además le colocó al Banco Central un nuevo papel de deuda
Las reservas internacionales brutas del Banco Central (BCRA) cayeron ayer de US$45.169 millones a US$43.177 millones, en US$1992 millones (4,4%), para tocar el menor nivel en poco más de un mes, afectadas por el primer reintegro del millonario capital recibido por el país como préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el último año y medio de la gestión de Mauricio Macri.
De este modo, registran su mayor retroceso formal para una jornada desde el 25 de octubre de 2019, cuando se hundieron US$1620 millones afectadas por una demanda de dólares descontrolada (de cara a las elecciones presidenciales de ese año) y por un pago de deuda pública.
Con el desembolso, la deuda con el Fondo pasa a rondar unos US$43.200 millones, cifra equivalente al total de la tenencia que declara el BCRA (compuesta en un 85% por otro tipo de préstamos) y quedaría en torno de los US$41.300 millones a fin de año si el Gobierno concretara el pago de una nueva cuota en diciembre, antes de encarar una negociación para reestructurar ese pasivo en el verano, según la fecha límite que el ministro Martín Guzmán se autoimpuso (marzo de 2022) tras pactar meses atrás con el Club de París.
Las reservas totales del Central acumulan una baja de US$3140 millones desde el 20 de agosto pasado, fecha en que la entidad computó los derechos especiales de giro (DEG) recibidos del FMI por un equivalente a US$4334 millones, lo que las hizo superar los US$46.300 millones por esos días y marcar –efímeramente– su mayor nivel en 22 meses.
Su baja del día confirma que está en marcha el ciclo declinante que el mercado aguardaba al accionarse estos pagos y hacerlo –además– en una etapa del año en que la oferta de divisas comerciales tiende a caer y la demanda de dólares, a crecer.
Lo que preocupa al mercado, y lo hace proyectar una nueva situación de estrés, es la retracción que vuelven a mostrar sus reservas netas o propias y –en especial– las líquidas, es decir, con la que puede contar para intervenir en el mercado.
Proyecciones inquietantes
Al miércoles 15 (último número según actualizaciones del balance) el BCRA tenía US$6200 millones en reservas propias y solo el 42% (unos US$2600 millones) eran dólares billetes (el resto, inversiones en oro valuadas en unos US$3600 millones). Al 23 de agosto, apenas 22 días antes, esa tenencia estaba en US$7203 millones (US$3626 millones cash y 3579 millones en lingotes de oro), es decir, unos US$1000 millones por encima.
Si el último número se ajusta por las ventas que concretó en el mercado oficial en las jornadas posteriores (racha que cortó ayer al cerrar el día con saldo neutro) se concluye que la posición líquida apenas rondaría ayer los US$2200 millones, lo que confirma una situación de debilidad pese al cepo extremo.
Este deterioro se verifica cuando el BCRA ve debilitado otra vez su patrimonio al tener que incorporar desde ayer y progresivamente a su activo una nueva Letra Intransferible (LI) del Gobierno a 10 años por hasta US$4334 millones (resolución 41/2021 de Finanzas y de Hacienda, publicada ayer en el Boletín Oficial).
Son papeles que anota en su balance a valor facial en dólares para asegurar ganancias contables al hacer el cambio a pesos pero que no le aportan solvencia ni intereses.
El combo de caída de las reservas en un contexto de sostenida aceleración en la emisión de pesos (para expandir el gasto público con fines electorales) es lo que hace que algunos analistas estimen que la situación puede complicarse incluso antes de las elecciones que vienen.
Hasta las elecciones
Un informe de la consultora Gabriel Rubinstein & Asociados (GRA) sostienen que si las ventas siguen al ritmo que mostraron en los últimos 18 días hábiles, “las reservas líquidas apenas llegan hasta las elecciones”. Para los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI) esa situación podría verificarse incluso antes “las reservas netas líquidas quedarían en torno de cero el 26 de octubre”.
Esas proyecciones son las que llevan al mercado a esperar nuevos ajustes de “hecho” o reglamentarios al cepo cambiario, para tratar de adaptar la demanda de divisas al nivel que el BCRA pueda abastecer sin volver al cuadro de situación que enfrentaba hace un año cuando debió manejarse con reservas líquidas negativas por más de dos meses“.