La lava del volcán de La Palma perdió velocidad y esperan más destrucción
La fricción ralentizó su rápido avance hacia el mar, pero las autoridades temen que esta nueva fase aumente los daños
TODOQUE, Islas Canarias.– La lava del volcán Cumbre Vieja en la isla canaria de La Palma comenzó a perder velocidad, tras un avance sostenido desde su erupción el fin de semana pasado, pero las perspectivas de que se extienda en vez de fluir hacia el mar hace temer que habrá todavía más devastación.
El enorme río de piedra volcánica derretida se frenó con el paso de los días hasta desplazarse apenas a cuatro metros por hora. El lunes, al día siguiente de que comenzara la erupción, el fluido hirviente se movía a 700 metros por hora y su destino natural parecía ser el Atlántico, pero las cosas cambiaron.
Según explicó Stavros Meletlidis, vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional, la lava se fue enlenteciendo por una combinación de factores, desde el enfriamiento en contacto con la atmósfera hasta la fricción con el terreno y los materiales de construcción a su paso, y sobre todo porque su borde delantero se está ensanchando.
El motivo de la detención o ralentización de una colada es que cada vez le cuesta “más avanzar porque tiene que ir incorporando todo el material que ya está depositado, que ya es de un gran volumen, que está frío en su superficie”, dijo en conferencia de prensa María José Blanco, directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN).
Llegado cierto punto, las características del terreno tienen un papel fundamental en el avance destructivo: no solo depende “de la emisión, de la temperatura y de la fluidez de las lavas, también de la topografía”, añadió.
La colada de lava se volvió más gruesa al perder velocidad, y en algunos puntos alcanzó los 15 metros de altura. La lava cubrió ya 166 hectáreas y destruyó unas 350 casas.
Muchos residentes del lado occidental de la isla de 85.000 habitantes están en el limbo sobre lo que puede suceder con el volcán y la lava. El Instituto Geográfico Nacional dijo que registró un terremoto de magnitud 2,6 alrededor del mediodía del jueves, y los científicos dicen que los flujos de lava podrían durar semanas o meses.
Joel Francisco, de 38 años, dijo que él y sus padres debieron evacuar la zona en torno del pueblo de Todoque con unas pocas pertenencias y documentos importantes. Ahora que el flujo parece ser más lento, espera regresar y recuperar algunas pertenencias antes de que la casa quede cubierta de lava, si la policía se lo permite. No sabe cuánto tiempo debe esperar porque los caminos fueron cerrados.
Al igual que muchos isleños, Francisco trabaja en una plantación bananera, y su fuente de empleo también está en peligro de quedar arruinada por la lava o la ceniza volcánica.
El volcán sigue lanzando lava, cenizas y humo hasta una altura de 4200 metros, lo que hace temer si hay que cerrar el espacio aéreo, una opción que hasta mediados de semana no se consideraba necesaria. Muchos vuelos de entrada y salida de ayer a la isla se demoraron.
La unidad militar de emergencia enviada a La Palma dijo que sus mediciones del aire no encuentran riesgos para la salud, aunque las erupciones causan problemas respiratorios e irritaciones en los ojos y la piel.
Hasta ahora no se registraron víctimas mortales, luego de una exitosa evacuación de cerca de 7000 personas producida justo a tiempo gracias a la advertencia de los vulcanólogos.
El rey Felipe VI, la reina Letizia y el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, visitaron la isla y hablaron con algunas de las personas que quedaron sin techo.
“Ahora se quedaron, lo digo en estos términos, literalmente casi sin nada, de golpe”, dijo el rey. “Sin casa, sin enseres, sin ropa, sin alimentos, sin recursos, sin trabajos. Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos para sacar adelante estas familias”.
“Aquí están todas las administraciones representadas y ese compromiso es muy claro, van a hacer todo lo que está en su mano”, dijo luego a la prensa. “Son días y noches de tristeza inmensa y de angustia para tantas familias, como hemos visto ahora en esta visita”.
Las autoridades habían expresado temores acerca de lo que sucedería cuando la lava llegara al Atlántico. La roca derretida, cuya temperatura supera los 1000°C, podría causar explosiones, deslaves y nubes de gases tóxicos al llegar al mar, según los expertos. Pero ahora el temor se centra más en la extensión de la colada que en su avance, y en los estragos que seguirá causando sobre la isla.
La vida en el resto de La Palma, de unos 35 kilómetros de largo y 20 kilómetros en su punto más ancho, prácticamente no se ha visto afectada. Los turistas con reservas siguen llegando a pasar sus vacaciones, aprovechando que los vuelos de momento siguen habilitados.
Las islas Canarias son un destino concurrido por los turistas europeos debido a su clima moderado durante todo el año, y el turismo es una de las principales fuentes de ingresos de los isleños, junto con la agricultura, ahora amenazada.
Los trastornos incluyeron curiosidades como la suspensión del cuarto Festival Hispanoamericano de Escritores, previsto del 4 al 9 de octubre en La Palma, entre los cuales tenía previsto viajar el novelista nicaragüense Sergio Ramírez, perseguido y exiliado de su país .
Muchos escritores manifestaron su voluntad de viajar y prestar su ayuda, aunque la propuesta no prosperó. El año pasado este mismo festival ya se había suspendido debido a la pandemia.