Alertan que el nuevo piso de Ganancias durará poco tiempo
Tributaristas creen que el límite quedará obsoleto por la inflación
El Gobierno oficializó la suba del piso de exclusión del impuesto a las ganancias. Lo llevó de $150.000 a $175.000 a tan solo tres meses de la entrada en vigor del último cambio. Aunque representa un alivio para los contribuyentes, los especialistas remarcan que se trata de un analgésico a corto plazo con desincentivos a la mejora salarial.
Tras la publicación de la medida en el Boletín Oficial, en la mañana de ayer, el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, dio más tarde una conferencia de prensa con detalles.
“Es un alivio que tiene una obsolescencia programada, porque no se hacen las reformas de fondo que podrían solucionar el problema. Esto no es un aumento del mínimo imponible ni una actualización de las tablas de alícuota. El soltero que sale del piso ya empieza pagando el 31% teniendo en cuenta que las alícuotas van del 5% al 35%. Es un nuevo calmante que va a durar poco tiempo”, explicó César Litvin, tributarista.
Según los expertos, la presión inflacionaria sobre los ingresos implica que el alivio durará poco. Se estima que en diciembre se necesitará de un nuevo cambio en el piso de Ganancias, aunque en enero se actualizarían las alícuotas. “Se renovará la actualización del mínimo no imponible para que las y los trabajadores sigan excluidos del pago de Ganancias”, dijo Moroni.
A diferencia de la primera suba, impulsada por Sergio Massa y votada en el Congreso, este aumento se pudo hacer por decreto porque la ley contiene una cláusula que habilita al Poder Ejecutivo a modificarlo sin acuerdo del Legislativo.
“Calculo que en tres o cuatro meses tenemos que volver a revisarlo. Esto es un analgésico para pasar el dolor de cabeza sin resolver el problema de fondo. Es una medida transitoria para llevar un poco más de dinero de cara a las elecciones”, destacó Fernando López Chieza, especialista en impuestos.
La preocupación crece porque representa un desincentivo para los aumentos salariales y las horas extras. El soltero que gane $175.000 pagaría 0% de Ganancias, pero quien perciba $175.001 debería abonar el 31%. Esto implica que dejarían de aplicarse las alícuotas del 5% al 31% para los asalariados. Los autónomos continuarían usándolas.
Se contempla para quienes tengan remuneración bruta entre $175.000 y $203.000 una disminución de la carga fiscal para aminorar el efecto de las alícuotas. “Se establece una deducción especial incrementada, de forma tal de crear pequeños escalones entre aquellos que no tributarán impuesto por integrar el grupo de trabajadores con haberes brutos menores a $175.000”, detalló KPMG en un comunicado.
De acuerdo con un análisis de Lisicki Litvin & Asociados, quienes sean solteros y superen una remuneración bruta de $180.000 tendrán una retención de $13.638,39, mientras que antes hubieran pagado $17.574,65, un ahorro del 22%. El casado con dos hijos, con los mismos haberes, estaría dentro de la alícuota del 27% por las cargas familiares, a diferencia del soltero que cae en la del 31%. Ganando $20.000 más, es decir, un ingreso de $200.000, el primero estará en el escalón de 35% y pagará $20.272,35 y al segundo le corresponderá el 31%, $12.894. Ambos ahorran 14%. Todos los que tengan un salario de $300.000 ya estarán en la mayor alícuota y tendrán una retención de $55.130,13 y $45.972,18, respectivamente. Para ellos la reforma no representa ningún ahorro.
“Subir por encima de $175.000 es salir del paraíso al infierno. Va a haber tres categorías de asalariados: los muy contentos, que quedan debajo de $175.000; los que están relativamente contentos, que se encuentran dentro de $175.000 hasta $203.000, que pagan un poquito menos, y los que ganan más de $203.000 son los indignados porque ya pagan el 35%. Por otro lado, los autónomos están siendo ninguneados”, comentó Litvin. Al tipo de cambio del dólar CCL, con un salario cercano a US$1170, el contribuyente ya queda incluido en la categoría más alta del tributo.
Por las liquidaciones, el alivio se sentiría en los bolsillos de los trabajadores formales en la primera quincena de noviembre, días antes de las elecciones. Sin embargo, a diferencia de la última modificación, el beneficio no es retroactivo. Esta vez, no se harán devoluciones a los contribuyentes para los meses anteriores a septiembre. “La medida, que además eximirá de pago el aguinaldo de diciembre, tiene como objetivo fortalecer el poder adquisitivo de los trabajadores, consolidar la demanda y el mercado interno y garantizar que en 2021 el impuesto a las ganancias no alcance a más personas”, dijeron desde el Twitter de la Casa Rosada.