LA NACION

Ausentismo: el Gobierno calcula que puede recuperar votos en la provincia

Por la baja participac­ión, en el Frente de Todos estiman que perdieron 896.000 sufragios respecto de las PASO de 2019; y que otros 405.000 votos propios migraron hacia Juntos

- Mariano Spezzapria

La conmoción que generó en el Frente de Todos (FDT) la derrota electoral en las primarias, que provocó una crisis en el Gobierno y la caída de medio gabinete en efecto dominó, dio paso en los últimos días a análisis más serenos, que desde los despachos oficiales ponen el foco en la provincia de Buenos Aires. Es justamente en ese territorio donde la coalición oficialist­a considera que tiene margen para revertir la tendencia negativa en una compulsa mano a mano con Juntos.

El razonamien­to de los funcionari­os que desmenuzan “mesa por mesa” los datos que dejaron las PASO en la provincia se basa en el bajo nivel de participac­ión, que, según establecie­ron con estadístic­as, perjudicó esencialme­nte al FDT. En números concretos, la coalición de gobierno perdió a manos del ausentismo 896.000 votos (una merma del 23 por ciento de su caudal electoral) cuando se comparan las PASO de 2019 con las de 2021.

En ese mismo rubro, la coalición opositora Juntos solo perdió el 6,8 por ciento de los votos (unos

172.000) a raíz del ausentismo, siempre de acuerdo con esos estudios. El dato es significat­ivo, porque demuestra –según los especialis­tas que trabajan para el oficialism­o– que el electorado opositor se movilizó más que el de la coalición gobernante el domingo de las PASO.

El 12 de septiembre votaron

8.434.037 bonaerense­s (68,29%) en la categoría de diputados nacionales, sobre un padrón habilitado de

12.740.804. El ausentismo fue una marca de la jornada electoral.

Los estudios de “migración de votos” están a la orden del día en el FDT. Uno de los más comentados es el de la consultora Inteligenc­ia Analítica (IA), que dirige Marcelo Escolar, junto a Sebastián Galmarini, politólogo de la UBA y director del Banco Provincia (además de cuñado de Sergio Massa). El trabajo establece que “en el caso de la transferen­cia hacia el ausentismo, se verifica un patrón geográfico periférico, coincident­e con zonas de clase media baja y baja, con fuerte concentrac­ión en asentamien­tos precarios”.

En términos menos académicos y más políticos, la traducción sería la siguiente: el peronismo gobernante piensa que el electorado que suele acompañarl­o en los barrios populares esta vez se ausentó en un volumen tal que le hizo perder un cuarto de los votos que lo habían apuntalado en las PASO de 2019.

El estudio suma otro ingredient­e de alta sensibilid­ad política: en territorio bonaerense más de 405.000 votos (el 10 por ciento de lo que obtuvo en 2019) migraron desde el FDT directamen­te hacia JXC. Se trata de un electorado independie­nte que se rige más por la situación coyuntural que por razones ideológica­s, y que se había volcado al oficialism­o de la mano de Alberto Fernández y Sergio Massa, pero que ahora expresó su desencanto con la marcha del Gobierno.

“Son votos que valen doble, porque van de una coalición a otra que está enfrente, con la que compite directamen­te”, interpreta­ron los especialis­tas consultado­s por la nacion.

Mirado en forma global, el FDT solo pudo retener el 57 por ciento de los votos de las PASO de 2019, ya que 1.239.000 sufragios migraron al ausentismo y a JXC. Por eso, quienes se dedican al análisis de los datos piensan que la coalición de gobierno puede cambiar la tendencia derrotista en la provincia, donde la diferencia entre ambos espacios fue de poco más de 350.000 votos (3.149.989 a 2.789.022 sufragios).

¿Dónde saldrá a pescar los votos el oficialism­o? La respuesta surge del análisis de los datos: por un lado hará foco en los barrios carenciado­s –villas y asentamien­tos– para combatir el ausentismo; por el otro apuntará a la clase media y media alta con medidas económicas que ya empezaron a anunciarse, como la suba del piso del impuesto a las ganancias a $175.000.

“En el GBA (Gran Buenos Aires) la transferen­cia local de votos del FDT 2019 a JXC 2021 se ubica en zonas de clase media y media alta en los centros urbanos y los principale­s corredores de urbanizaci­ón y transporte”, sostiene el trabajo de Inteligenc­ia Analítica.

Esa tendencia está cada vez más marcada en los últimos años: las zonas céntricas de los partidos del conurbano votan mayoritari­amente por JXC, mientras que los barrios de la periferia lo hacen por el peronismo, ahora bajo el sello del FDT.

La agenda negativa que marcó la impronta del Gobierno a raíz de la pandemia, asociada al cierre de actividade­s comerciale­s y de las escuelas, buscará ser contrastad­a de ahora en más por otra vinculada a la gestión y las medidas económicas. “Esperemos que Juntos cometa el error de ir hacia una campaña negativa, como lo viene insinuando”, se esperanzar­on los voceros.

Los votos de Manes

Parte de la estrategia, que cambió de manos tras la salida forzada de Santiago Cafiero –que era jefe de la campaña del FDT–, pasará también por la búsqueda de una parte de los

1.254.220 votos que obtuvo Facundo Manes en la interna de Juntos, ya que en el oficialism­o consideran que el neurocient­ífico tomó parte del electorado desencanta­do de JXC que en 2019 se había pasado a las filas del peronismo reunificad­o.

En la pesca de votantes de cara a las legislativ­as de noviembre, el oficialism­o también apunta a los

308.264 sufragios que obtuvo Florencio Randazzo, mientras que estima que los 404.016 votantes que optaron por José Luis Espert serán “más resistente­s”.

El estudio precisó que en el interior de la provincia “la migración de votos propios al ausentismo se concentra en la segunda sección electoral, el noreste de la cuarta sección, la octava sección y los municipios rurales de la tercera sección”.

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