De simple no tiene nada
En aquel momento, muchos años atrás, supuse que se trataba de una anomalía pasajera. Lo bauticé, en tono de broma, Síndrome Multiplataforma
Extendido (Simple). ¿De qué se trataba? Cuando esto de la computación personal arrancó, para guardar un archivo en el disco, apretabas Ctrl+s. Listo. Guardar, salvar; claro, obvio, casi universal.
Pero, por una razón más comercial que cultural, alguien quiso darle lugar a los diferentes idiomas nacionales. Ya no recuerdo quién tiró la primera piedra. Pero un buen día, en lugar de Ctrl+s tuvimos Ctrl+g. Cosa que no estaría del todo mal, si el cambio hubiera sido instantáneo en todas las aplicaciones.
Por supuesto, no fue así. De modo que de pronto teníamos dos atajos: Ctrl+s y Ctrl+g. Como si uno no tuviera otra cosa de qué ocuparse. El asunto no habría sido de verdad grave, si solo hubiera quedado en esto de guardar archivos. Pero no. Fueron por más. Y así, Ctrl+a, que era el atajo para seleccionar todo (por all), se transformó en Ctrl+e, por everything. Si me preguntan dónde está el español acá, paciencia, que ya llega.
El asunto es así: a la vez que muchos programas conservaban
Ctrl+a para seleccionar todo, otros decidieron que la A era más apta para Abrir (como G para Guardar).
Ctrl+a empezó de este modo a llamar el diálogo para abrir archivos, mientras que en otros casos seleccionaba todo y, para no hacérnosla enteramente llevadera, ciertas aplicaciones seguían usando
Ctrl+o (por open) para abrir y a la vez usaban Ctrl+a para lo mismo.
Por fortuna, y diría que gracias a los lares informáticos, tres atajos clave se salvaron de la hecatombe:
Cltr+c, Ctrl+v y Ctrl+z. Si no, todavía estaríamos esperando la salida de Windows 98.
Como dije, aquella broma de 20 años atrás, el Síndrome Multiplataforma Extendido, no hizo sino empeorar. ¿Cómo se hacen negritas? Hoy depende de la plataforma. Si estás editando en un procesador de texto posiblemente sea Ctrl+n, pero en un editor web podría ser
Ctrl+b (por bold). Razón por la que
cada tanto, en el procesador de texto, metés Ctrl+b para hacer negritas y en realidad te abre la cajita de búsqueda. ¿Y las itálicas? Uno esperaría que, si se trata de un prurito idiomático, siga siendo Ctrl+i, como fue siempre. Pero no. En los procesadores de texto las itálicas pueden hacerse con Ctrl+k. Y también con Ctrl+i, ojo (al menos en Libreoffice).
Hoy la virulencia de atajos se expande en las plataformas online, y por supuesto se multiplica hasta el infinito (o casi) a medida que uno usa programas para diferentes tareas. Así, los atajos, que al principio usábamos para acelerar el trabajo y ser más eficientes, hoy se han vuelto un laberinto de combinaciones. Pero no todo está perdido. Un buen software permite crear o personalizar esos atajos de teclado, y ese es el lugar por donde suavizar este cuadro, que de simple no tiene nada.
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