Participación y voto útil, las claves que definirán en noviembre
Son los dos datos que podrían mejorar el rendimiento del Gobierno o mantener el escenario y consagrar a la oposición
Después del shock de la derrota y de los cambios en los gabinetes nacional y bonaerense, la coalición oficialista Frente de Todos busca reconfigurar la campaña, que comenzará el 1° de octubre, con la idea de provincializarla e imprimirle una dosis de la mística perdida.
A su vez, la coalición opositora Juntos por el Cambio advierte los movimientos del Gobierno en torno a los anuncios económicos y aspira a retener y controlar los votos que cosechó en las primarias.
Según pudo averiguar la nacion, en ambos espacios pronostican un escenario polarizado y analizan los posibles efectos de un aumento en la participación electoral.
En las mesas partidarias del gobierno bonaerense delinean estrategias para salir a cazar los votos de quienes no se acercaron a las urnas en las PASO. Con una participación del 68 por ciento, el nivel de ausentismo es una de las dificultades a desentrañar. En el Frente de Todos vinculan la caída de votos con la baja concurrencia en algunos barrios y distritos en los que históricamente ganaba el peronismo con holgura.
Más allá de la campaña que harán los candidatos encabezados por Victoria Tolosa Paz en sus recorridas por la provincia, los intendentes los apuntalarán con un fuerte trabajo territorial para aumentar el nivel de concurrencia, dijo una fuente bonaerense a este diario. Además será designado un jefe de campaña en la provincia, algo que no ocurrió en el tramo previo a las PASO. Todavía se escuchan en boca de algunos caciques bonaerenses los reproches por “la desorganización de la campaña en manos de la Nación”.
Mientras en el Frente de Todos hay quienes consideran que en la provincia perdieron un cuarto de los votos por el ausentismo, en el campamento de campaña de Juntos suponen que un aumento de la participación en las urnas podría beneficiarlos proporcionalmente,
“50% y 50%”, lo que consolidaría un escenario de polarización.
Otro factor que siembra expectativas es la migración de votos de aquellos que apoyaron a los partidos que finalmente no superaron el umbral establecido por las PASO. En la provincia de Buenos Aires son casi 10 puntos, que suman los
832.898 votos que consiguieron los 20 partidos que no superaron el 1,5% de los votos válidos.
Una opción que consideran en el Frente de Todos es que esos votos se polaricen ideológicamente, del centro a la izquierda hacia el oficialismo, y del centro a la derecha hacia Juntos. En en Frente de Izquierda creen que absorberán parte de esos votos. Alrededor de seis de esos diez puntos los aglutinaron opciones de derecha, y cuatro puntos las de izquierda.
Además de capturar esos votos, los dos espacios mayoritarios apelarán a buscar el voto útil. El FDT apuntará a los que apoyaron a Flosultados rencio Randazzo y la izquierda, y la oposición a los de José Luis Espert y Javier Milei en la ciudad, aunque creen que podrían beneficiarse de “algún punto de Randazzo”, deslizó un colaborador de Juntos.
Las estrategias discursivas
Aunque los conceptos de la campaña del oficialismo no serán muy diferentes –ya que se buscará poner énfasis en la reactivación económica y en la salida de la pandemia–, en los equipos de comunicación ya le dijeron adiós al manual de campaña que se distribuyó a los candidatos del Frente de Todos, y también a la consigna ‘La vida que queremos’. “Quedó asociada a una derrota”, lamentó una fuente partidaria a la nacion. También se escuchan críticas por cómo se ejecutó la campaña en el oficialismo. “Se sugería no plebiscitar la gestión y el Presidente lo hizo”, cuestionó otra fuente.
En las PASO se había hecho un paraguas nacional a nivel conceptual y cada gobernador definía si aplicaba los lineamientos del manual distribuido. Pero ahora la línea será provincializar más las campañas e imprimir una “mística” mayor a la que se vio hasta ahora. Habrá una reconfiguración de la consigna, independientemente de si esta tuvo relación con el resultado, porque está asociado a una derrota. Un defensor del eslogan dijo a este medio: “En Santa Fe, [Omar] Perotti no usó el eslogan nacional y perdió igual”. Precisamente Santa Fe es otro de los distritos en los que el Gobierno apunta a mejorar el rendimiento. Más allá de la elección bonaerense, obsesiona en las filas del oficialismo la necesidad de revertir los re
en las provincias donde se eligen senadores, bajo la amenaza de que si se repiten los resultados recientes el Frente de Todos podría perder el quórum propio en el Senado. Chubut, donde el oficialismo fue duramente derrotado, se percibe como uno de los escenarios más difíciles para revertir los números. Pese a las adversidades en torno a las exportaciones de carne, el Gobierno busca la manera de mejorar el rendimiento en La Pampa.
Atentos a los movimientos del Gobierno, Juntos por el Cambio conformó un comité de campaña para controlar los votos y buscará aumentar la cantidad de fiscales en todo el país, pero especialmente en la provincia de Buenos Aires.
Para retener los votos que cosecharon allí, las mesas de Pro buscan cerrar una estrategia de campaña en coordinación con el equipo de Facundo Manes. “Hay lugares de la primera y la tercera sección donde no habían votado nunca a Juntos por el Cambio y lo votaron a Santilli. En el interior Facundo anduvo muy bien. Buscaremos cuidar la identidad de los dos”, dijo una fuente del espacio a la nacion, y aseguró que recién en el sprint final de la campaña saldrán a buscar el voto útil.
En la Ciudad de Buenos Aires el escenario es distinto: la participación fue del 70%, por encima del nivel nacional, y en el larretismo le tienen fe a la lista encabezada por María Eugenia Vidal. Un armador de la campaña de la exgobernadora bonaerense reconoce que tienen en cuenta el “factor Milei” (que sorprendió al posicionarse como la tercera fuerza) en el armado de la estrategia proselitista hacia el 14 de noviembre.