Con antecedentes, en el Palacio refutan la carta de Lorenzetti
Plantean que hay más antecedentes de titulares de la Corte que se votaron a sí mismos, como Rosatti
La carta que Ricardo Lorenzetti lanzó el viernes a la noche prenuncia una convivencia tormentosa en la Corte, tras la elección de Horacio Rosatti como presidente. Para muestra basta la reacción ante el mail explosivo que compartió con sus colegas y con los periodistas.
Lorenzetti puso en duda la legitimidad de la elección de Rosatti y dijo que era poco ética porque para concretarla se debió votar a sí mismo, además de contar con el voto de sus colegas Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda. Y lo asimiló a los tiempos de Julio Nazareno, el presidente de la mayoría automática de la Corte menemista.
Pero la réplica no se hizo esperar. El sábado, cuando el Palacio de Tribunales estaba cerrado, secretarios letrados y memoriosos de la historia de la Corte exhumaron acordadas. La número 13, de
1985, tipeada en máquina de escribir, designaba presidente del tribunal a José Severo Caballero. En 1988, cuando se debía renovar la presidencia se firmó la acordada
17. Allí el juez Caballero, junto con Carlos Fayt, votó por “mantener la continuidad de las actuales autoridades”. Augusto Belluscio también votó como presidente a Caballero y, en cambio, Enrique Petracchi votó a Jorge Baqué. Es decir que Caballero siguió como presidente con su voto. El tema del “autovoto”
no era patrimonio exclusivo de aquella Corte menemista.
Lorenzetti recordó también que el juez Petracchi, en la acordada 27 del año 2000, ya había criticado esta modalidad. Sugiere que hay una irregularidad que lo habilita a reclamar.
Sus colegas dejaron trascender que el jueves, cuando se realizó la votación para elegir presidente, Lorenzetti se fue a Rafaela. Y empezaron a contarle las sentencias de su vocalía que firmó digitalmente, dijeron fuentes de la Corte.
Antes de la pandemia, los jueces se reunían los jueves a mediodía, de cuerpo presente, los secretarios hacían circular las sentencias y se firmaban a mano durante una hora y media. Luego, los secretarios se retiraban y los jueces hablaban a solas. Ahora, los jueves, cada juez firma digitalmente el fallo.
Con lo que esta semana –dijeron en la Corte– solo se subieron a la web fallos con una mayoría de tres jueces. Muchos aún no fueron firmados. Entre abogados van a poner la lupa en las formas y van a estar atentos a lo que ocurrirá esta semana en el acuerdo.
Zancadillas y chicanas se vienen en esta época de disensos y desconfianza en una Corte dividida.
Rosatti solo podrá asumir el 1° de octubre, cuando se vence el mandato de Rosenkrantz, pero en su entorno señalaron que ya se comenzó a armar una “agenda del presidente”, que incluye reuniones con los secretarios de cada área y con los responsables de la administración de la Corte. Es el corazón de la gestión del máximo tribunal, pues la Corte conserva un fondo anticíclico, creado por Lorenzetti, que ya suma más de
$30.000 millones. El administrador de la Corte Héctor Marchi realizó un informe en
2018 cuando asumió Rosenkrantz en el que dijo que los fondos de la Corte ascendían entonces a $26.019 millones. Había montos depositados en plazos fijos en el Banco de la Ciudad de Buenos Aires y en el Banco de la Nación Argentina, entre otras entidades. Y mencionaba disponibilidades, que ascendían a
$8.398 millones, correspondían a la Obra Social del Poder Judicial de la Nación. Ese es otro de los aspectos de la gestión del tribunal que se dirimirán en esta disputa sísmica.