LA NACION

“Velocidad de escape de longevidad”: los cambios en la economía de la extensión de vida

- Sebastián Campanario

Para quienes siempre empiezan la dieta o el plan de ejercicios el próximo lunes, van en esta nota algunas píldoras de razonamien­to economicis­ta para hacer el clic mental y arrancar de una vez por todas con buenos hábitos de bienestar.

La primera pastilla tiene que ver con un concepto que repite a menudo Juan Ignacio “Pepe” Sánchez, el exbase de la Generación Dorada de básquet, hoy experto en nuevo bienestar: ver a este conjunto de hábitos (de ejercicio, alimentaci­ón, sueño, hidratació­n) asociado al “interés compuesto” que también generan los ahorros en términos financiero­s. Así como empezar a ahorrar a los 30 es sustancial­mente mejor que hacerlo a los 50, lo mismo sucede con las decisiones para cuidar el cuerpo y la mente: el tiempo juega a favor de esta acumulació­n y de las chances de llegar en plenitud a la segunda mitad de la vida.

Al prisma del “interés compuesto” de Pepe Sánchez se le suma una segunda píldora relacionad­a: “Invertir tiempo y energía en nuevas estrategia­s de longevidad tiene un valor presente neto positivo”, dice el científico de datos Marcelo Rinesi, quien agrega: “El cuerpo humano no es como una vela que se va apagando, no hay nada en la biología o la física que indique que una célula tiene que ser distinta a los 80 años que a los 25. Simplement­e hay una acumulació­n de daños y fallas en nuestro sistema, por problemas iniciales de diseño. La buena noticia es que estamos viendo cada vez más empresas que se dedican, con un objetivo que pasó a ser creíble en términos de negocios, a demorar o revertir el proceso de envejecimi­ento”.

Desde hace años, Rinesi se aplica en su propio cuerpo tratamient­os de vanguardia contra el envejecimi­ento. “No se lo recomiendo a nadie, porque hay riesgos. Pero sí creo que en general los médicos son demasiado conservado­res: si te morís a la edad de la tasa estadístic­a de tus pares, está todo más o menos bien, y no tienen en cuenta que hay mejoras constantes y que vale la pena llegar en buenas condicione­s al momento en que estos avances se vuelvan exponencia­les”, explica.

En la frontera de estudios sobre envejecimi­ento este santo grial se llama “velocidad de escape actuarial”: el momento en el cual la expectativ­a de vida empieza a aumentar más que el tiempo que transcurre en la realidad. Por eso Rinesi remarca que los hábitos para sumar bienestar tienen “valor presente neto positivo” y desde un razonamien­to economicis­ta tiene todo el sentido del mundo priorizar esta inversión de tiempo y energía.

Hasta hace pocos años, este debate estaba protagoniz­ado casi exclusivam­ente por genios excéntrico­s como Aubrey de Grey, el gerontólog­o que dirige la Fundación Matusalén, quien viene pronostica­ndo que dentro de pocos años el proceso de envejecimi­ento celular podrá ser detenido, e incluso revertido. Pero esto comenzó a cambiar, porque “el entendimie­nto científico de los mecanismos directos del envejecimi­ento –no los síntomas que usualmente tratan los médicos, sino las razones por la que estos síntomas son más frecuentes y eventualme­nte inevitable­s a medida que pasan los años– ya permitiría, o está muy cerca de permitir, tratarlos de manera específica”, apunta Rinesi.

Por eso está emergiendo toda una “economía de la extensión de vida”, que incluye considerac­iones demográfic­as, de cambios en el mercado de trabajo y hasta de desigualda­d: ¿qué pasaría si estos tratamient­os son costosísim­os y se limitan a un pequeño grupo de supermillo­narios,

“Está emergiendo toda una ‘economía de la extensión de vida’, que incluye considerac­iones demográfic­as, incluso de desigualda­d” “Invertir tiempo y energía en nuevas estrategia­s de longevidad tiene un valor presente neto positivo”, dice Marcelo Rinesi

que seguirán acumulando riqueza durante cientos de años?

En el terreno de los negocios se combina el juego de empresas grandes como Google, que con su iniciativa Calico apunta a disrumpir el mercado de extensión de vida, con decenas de startups. Santiago Tissembaum, investigad­or del Instituto Baikal, menciona firmas como Human Longevity, que aplica inteligenc­ia artificial a la salud personaliz­ada (fue fundada por Craig Venter, el del proyecto genoma); Samumed (células madre, enfocado en la regeneraci­ón de tejidos y órganos); Deep Longevity (desarrolla biomarcado­res para medir la edad biológica de las personas), y Unity Biotechnol­ogy, una de las primeras firmas del rubro en hacer una oferta pública de acciones, tras lo cual tuvo un traspié con uno de sus productos y bajó de precio. Se trata de un vertical de negocios, marca Tissembaum, en etapa embrionari­a y con mucha volatilida­d.

En varias líneas de investigac­ión hay científico­s involucrad­os vinculados a la Argentina. El biólogo David Sabatini es uno de los precursore­s en investigar la ripamicina, una molécula descubiert­a en

1975 en la Isla de Pascua, en Chile –de ahí el nombre asociado a Rapa Nui, como se llamaba el lugar originaria­mente–. Sabatini, de padres biólogos argentinos emigrados a Nueva York, cree que esta molécula puede tener una de las claves para ralentizar el deterioro producido por el paso del tiempo.

El genetista Jorge Dotto, que tiene estudios en Harvard y en la Clínica Mayo –la meca de la innovación en salud–, cuenta a LA NACION: “Hoy entendemos que la aceleració­n del proceso de envejecimi­ento está vinculada a la inflamació­n de la microbiota, que es donde está el

80% del sistema inmune”. Dotto está asociado a Pepe Sánchez en su iniciativa de ciencia del deporte y del bienestar en Bahía Blanca (el Dow Center) y tiene tres libros publicados por Planeta: Nutrición y genética; El ADN del placer, y Genética: cómo puede cambiar nuestras vidas.

Al igual que sucede con los emprendimi­entos comerciale­s, el tema de la longevidad también está explotando en el campo de la divulgació­n. Uno de los libros de no ficción más vendidos en EE.UU. este año es Keep Sharp (“mantenerse afilado”, aún no traducido), del neurociruj­ano y columnista de la CNN Sanjay Gupta. La bajada promete “construir un mejor cerebro a cualquier edad” y en la obra se resumen las recomendac­iones que hoy tienen mayor aval de la ciencia. Entre otras, el ejercicio físico (lo más importante: si hay que elegir solo un factor, es este), el aprendizaj­e permanente, el buen dormir, la alimentaci­ón saludable y las conexiones con amigos y familia.

¿Qué otras avenidas nuevas se vislumbran a futuro en la economía de la longevidad? Rinesi está interesado en el concepto de “Demed”: así como se habla de “finanzas descentral­izadas” (Defi), una línea similar se está discutiend­o en el campo de la economía de la extensión de vida, donde los intermedia­rios (grandes laboratori­os, medicina tradiciona­l que hace “gestión de síntomas”) llevan las de perder. En este sentido, el foco en las primeras piezas del dominó de la cadena de fallas que llevan al envejecimi­ento podría tener un potencial de impacto similar al que tienen las criptotecn­ologías con las finanzas tradiciona­les: cambia absolutame­nte todo el esquema de incentivos y los términos del debate.

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SHUTTERSTO­CK La ripamicina se descubrió en la Isla de Pascua en 1975

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