LA NACION

Cuartetazo de talleres: un puntero en racha, con coraje y una propuesta muy audaz

- Gustazo Ronzano

Quizás cuando pase el tiempo –que todo lo enseña– y baje la espuma, los jugadores de Talleres tomen distancia y comprendan la dimensión de este presente de ensueño. Se dijo una y otra vez: la montaña es más clara desde el llano para quien vive en ella. Mientras tanto, son días dulces allá en la cima de las posiciones para el equipo cordobés. Son días de encanto para el líder del fútbol argentino, que gana, gusta, golea y manda con la prepotenci­a de un juego excelso.

Esta vez lo padeció Rosario Central, que venía de vencer a Banfield y a San Lorenzo. Fue de nuevo sin público en el contorno. Pero su gente ya se restrega las manos por volver a verlo bien de cerca, ahora que se abrió el grifo para el regreso del público a las canchas. Y más después de este contundent­e 4-1 sobre el conjunto del ‘Kily’ González, una goleada convocante que se suma a los sólidos argumentos que vienen exhibiendo los dirigidos por el uruguayo ‘Cacique’ Alexander Medina.

El entrenador, precisamen­te, en silencio debió reconstrui­r el equipo de cara a esta temporada, en medio de una sangría que le hizo levantar temperatur­a. Debió masticar impotencia cuando vio cómo se iban piezas clave como Piero Hincapié, Federico Navarro, Franco Fragapane, Marcos Díaz o Joel Soñora. Si habrá comenzado cuesta arriba el recorrido en este torneo, que los únicos dos partidos que perdió Talleres fueron en la fecha 1 (ante Newell’s en Rosario por 3-2) y en la fecha 3 (frente a Central Córdoba, en Santiago del Estero, por 2-1). Después, chau derrotas.

Ahora este invicto de diez partidos no hace otra cosa que enmarcar el gran momento de Talleres. La terna arbitral comandada por Néstor Pitana cometió errores en el Kempes que perjudicar­on a Central, es cierto: anuló mal el gol de Gino Infantino por un offside de Marco Ruben que no existió (hubiese sido el segundo del equipo rosarino) y convalidó el cuarto del local a pesar de la posición adelantada de Juan Cruz Komar. Pero para el otro lado también se equivocó: no hubo falta de Enzo Díaz que justificar­a la segunda amarilla y su consecuent­e expulsión en el amanecer del segundo tiempo. Igual Talleres, con diez jugadores, siguió siendo más que Central. En fin, ya en el primer tiempo aplastó a un rival que, a pesar de todo, nunca se entregó.

Una cadena de goles

Nahuel Tenaglia de cabeza puso el 1-0 y Mateo Retegui convirtió dos veces; luego descontó Alan

Marinelli sobre la expiración de la primera etapa. Luego llegó la expulsión que no debió ser, un gol mal anulado y otro mal convalidad­o. Así se desplomaro­n las ilusiones que tenía Central de dar el gran golpe a pesar de varias ausencias, entre lesionados (Gastón Ávila, Lucas Gamba y Emiliano Vecchio) y marginados por Covid-19 (el venezolano Michael Covea y por contacto estrecho, el paraguayo Ricardo Garay). Así encadenó Talleres otro triunfo para el entusiasmo.

“Para reencontra­rnos con nuestro público todavía falta (será el lunes 11 de octubre contra Atlético Tucumán), antes tenemos que jugar con Defensa y Justicia. Y primero, el miércoles, con Témperley por la Copa Argentina. Hay que ir partido a partido, con humildad, tranquilos. Recién vamos por la mitad del campeonato”, indicó Mateo Retegui, como para sintetizar el concepto que envuelve al puntero del campeonato.

Retegui había ingresado para jugar los últimos tres minutos en el triunfo de la fecha anterior ante Racing. Esta vez fue la figura. Como Carlos Auzqui, eje esencial dentro del 4-2-3-1 que dibuja Medina; como el colombiano Diego Valoyes, que tiene un despliegue con el que suele erosionar a todos los sistemas; como Rodrigo Villagra, que sobresalió ante su ex equipo; como Tenaglia, que cumple de primer central como ante Racing, o de lateral como esta vez… Y eso que apenas participó algunos minutos el uruguayo Michael Santos, que venía de convertir en Avellaneda, y faltó Héctor Fértoli, suspendido.

Talleres es mucho más que un puñado de once apellidos. Llega por derecha, se hamaca, aparece por izquierda, convierte de cabeza, perfora por abajo. Es un equipo en estado de gracia.

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@CATALLERES­DECBA Festeja nahuel tenaglia, después de abrir el marcador para talleres; atrás, Mateo retegui, que marcaría dos tantos más

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