LA NACION

Los Pumas están desorienta­dos y no salen de la oscuridad

- Alejo Miranda

Un pasaje del partido alcanza para ilustrar la desorienta­ción que guía a los Pumas. Fue cuando tuvo dos chances de ponerse a tiro, pero la acción terminó con penal de Marcos Kremer, quien además fue amonestado. Australia salió así airosa de ese aprieto, recuperó el control y terminó asestándol­es a los argentinos una nueva derrota por el Rugby Championsh­ip. Que consagró a los All Blacks una fecha antes, tras su victoria por 19-17 sobre Sudáfrica, campeón mundial, con un penal de Jordie Barrett cuando faltaban dos minutos para el final.

Antes que al mérito del rival, los Pumas bien pueden atribuirse a sí mismos su caída. Fue primero su propia impericia la que desencaden­ó en la derrota 27-8 ante los Wallabies en Tonwnsvill­e, la quinta en cinco partidos en el Rugby Championsh­ip 2021. A la inconsiste­ncia mostrada en los partidos anteriores se le sumaron nuevas fallas que profundiza­n el mal momento del equipo. La defensa, una de las banderas que todavía mantenía erguida el equipo, se derrumbó.

Los errores en el tackle (sólo 83% de efectivida­d, según Opta) le allanaron el camino a Australia tras un promisorio inicio de partido de los argentinos. La falta de coordinaci­ón en el line-out se sumó a la inconsiste­ncia en el scrum y le cedió posesión y territorio al rival. La poca contundenc­ia en los últimos metros se agravó ante la carencia de un pateador natural: Emiliano Boffelli falló dos penales accesibles en momentos críticos (además de una conversión difícil desde la bandera, uno de cuatro en total para un 25% de efectivida­d). La apuesta del wing Santiago Carreras con la 10, con el vértigo que aporta cuando toma la pelota (además fue contundent­e a la hora de tacklear), se pagó esta vez con puntos desperdici­ados.

El signo de mayor preocupaci­ón, después de un partido en que se había bajado notoriamen­te la cuenta de penales en contra, fue la falta de disciplina, signo de que el equipo está fuera de sintonía. Cada vez que se cortaba una jugada había una manada de Pumas prepoteand­o a los rivales. Los excesos de Kremer al inicio del segundo tiempo, cuando los argentinos parecían tomar el control del partido, están en esa línea. Como cuando con ventaja de penal, le metió una zancadilla al medio-scrum rival: penal en contra y amarilla. Allí se acabaron las ilusiones de los Pumas.

Los Pumas se habían propuesto edificar sobre la mejoría insinuada en los últimos 40 minutos del último partido ante Nueva Zelanda, pero lo que ocurrió en el primer tiempo fue lo opuesto: lo más frágil e inconsiste­nte de los argentinos en el certamen.

Australia llegó a la tercera conquista en el minuto 70, cuando ya el partido estaba fuera de alcance. Mientras tanto, el entrenador Mario Ledesma apostó por varias caras jóvenes e hizo debutar a tres jugadores más: Rodrigo Martínez, Joaquín Oviedo y Mateo Carreras vistieron por primera vez la camiseta de los Pumas. En el año, ya son nueve los debutantes. Además, varios jóvenes se muestran a la altura, como Santiago Carreras, Santiago Chocobares, Lucio Cinti y Juan Martín González.

¿Qué dice Ledesma? “En los últimos partidos tuvimos falta de eficacia con el pie y en las oportunida­des para marcar. No transforma­mos esas ocasiones en puntos y no es un dato que nos ponga contentos. Principalm­ente hoy, en un encuentro en el que ellos marcaron los dos primeros tries sin trabajar demasiado”.

Y también se refirió al tema de la conducta. “Me duelen las infraccion­es, porque hubo dos jugadas puntuales en las que teníamos las ventajas de los penales. Estábamos dominando territoria­lmente el partido y les terminamos dando esa ventaja a ellos”, sostuvo el coach.

El futuro de los Pumas puede que augure cosas mejores. Se verá. El presente es cada día más oscuro.

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