la cumbre De roma
Los líderes de los 20 países reafirmaron el compromiso del Acuerdo de París; Draghi, el anfitrión de la cumbre, celebró el paso como un “éxito”, pero otros dirigentes mundiales y varias ONG se mostraron decepcionados
La primera cumbre presencial del G-20 tras casi dos años de pandemia cerró ayer con gusto a poco para los que esperaban un compromiso más firme en la lucha contra el cambio climático. Los líderes, entre ellos Angela Merkel y Boris Johnson, se despidieron de Roma en la emblemática Fontana di Trevi, una actividad a la que Alberto Fernández faltó por cansancio y por estar repasando sus discursos para la jornada.
ROMA.– ¿Éxito o fracaso? Con esa gran pregunta flotando en el ambiente concluyó ayer la primera cumbre presencial del G-20 después de casi dos años de parálisis por la pandemia, en la que no hubo ningún avance contundente en la lucha contra el cambio climático, sino tan solo un paso adelante tímido, lavado. La responsabilidad de alcanzar acuerdos en ese tema pasó así a la conferencia climática de las Naciones Unidas de Glasgow (COP26) que se inauguró ayer (ver aparte).
Al cabo de negociaciones que hasta último minuto fueron muy difíciles, como reconoció el anfitrión de la cumbre, el premier italiano, Mario Draghi, los 20 líderes de las economías más importantes y de los países emergentes reafirmaron el objetivo del Acuerdo de París de 2015: limitar el aumento de la temperatura del planeta por debajo de los 2 C° y continuar sus esfuerzos para limitarla a 1,5°C respecto de los niveles preindustriales.
Aunque fueron un poco más allá. “Mantener [el objetivo de] 1,5°C al alcance necesitará acciones y compromisos significativos y eficaces de todos los países”, indicó la declaración final de la cumbre, que acordó asimismo dejar de subvencionar “a partir de finales de 2021” nuevas centrales térmicas de carbón en el extranjero, aunque no anunció medidas a nivel nacional.
Respecto del plazo para reducir a cero las emisiones de gases invernadero, tal como había trascendido ayer en un borrador, los líderes aprobaron la referencia “a mediados de siglo o alrededor de esa fecha”, un horizonte menos preciso que el año 2050 que impulsaba Italia.
Si bien todo esto dejó un sabor a poco –algunos hasta hablaban de una cumbre “farsa” de Halloween–, para Draghi fue “un éxito” el G-20 de
Roma, que también abordó temas igual de cruciales para el mundo como la pandemia y la necesidad urgente de una recuperación económica global “sostenible” y justa después de la terrible crisis provocada por el coronavirus.
“El G-20 ha sido un éxito. No ha sido fácil alcanzar este acuerdo”, dijo Draghi, que en sus declaraciones finales defendió con uñas y dientes el resultado de un foro que representa más del 80% del PBI mundial, el 75% del comercio global y el 60% de la población del planeta, y que tuvo como grandes ausentes a los presidentes de China, Xi Jinping, y de Rusia, Vladimir Putin.
“Algo ha cambiado: por primera vez los países del G-20 se han comprometido a mantener el objetivo del sobrecalentamiento por debajo del límite de 1,5°C con acciones inmediatas y a mediano plazo”, destacó el prestigioso economista y ex presidente del Banco Central Europeo, al recordar que en el Acuerdo de París se hablaba de un límite de 2 grados o de 1,5. “Ahora, por primera vez los países del G20 reconocieron el objetivo de 1,5°C como científicamente valido”, insistió, al subrayar por otra parte que antes no existía ningún compromiso colectivo para neutralizar emisiones de gases invernadero, mientras que sí lo hay, a mediados de siglo, algo que significa un avance.
“Claro, hubiéramos preferido que todos confirmáramos como fecha límite el 2050, pero, para mí, gradualmente se llegará”, sostuvo con optimismo, sobre todo por el ejemplo de multilateralismo que se había dado, más allá de los roces y diferencias entre los países miembros, en estos dos días que enloquecieron Roma, colapsada por un dispositivo de seguridad sin precedente y varias protestas.
“Aunque se trata del inicio, estamos orgullosos de estos resultados”, siguió Draghi, que en una conferencia final en el impactante auditórium de La Nuvola, resaltó el hecho de que todos los jefes de Estado y de gobierno presentes coincidieron en la necesidad de “acciones más fuertes”. Acciones que, en este punto, todo el mundo espera que se tomen en la COP26 de Glasgow.
“Me voy de Roma con mis esperanzas insatisfechas, pero al menos no están enterradas”, tuiteó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Otro de los asistentes, el primer ministro británico, Boris Johnson, también consideró que los compromisos adquiridos son “gotas en un océano que se calienta rápidamente”. Y fue más allá: “Seré claro, si Glasgow fracasa, todo fracasa”, advirtió.
Diversas ONG fueron más allá que Guterres y Johnson y consideraron insuficientes los avances.
En línea con Draghi, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, también intentó mostrarse optimista de los resultados de su primera cumbre internacional.
“lo que vimos aquí es el poder de estados Unidos cuando se compromete y trabaja con nuestros socios aliados”, dijo el presidente demócrata. “nada sustituye las negociaciones cara a cara para la cooperación mundial”, agregó.
según Biden, se pudieron alcanzar resultados “tangibles en parte por el compromiso que estados Unidos puso sobre la mesa”.
Biden también criticó a Xi y a putin, y señaló que “no se mostraron” cuando se trató de “adoptar compromisos sobre el clima”.
Más temprano, ante preguntas sobre si las resistencias de china, el país más contaminante del mundo, de la india y de rusia tuvieron que ver con un acuerdo poco contundente, Draghi subrayó que estos países en verdad se mostraron esta vez “más disponibles”.
Draghi subrayó que en el párrafo 30 del tan discutido documento final aparece mencionado por primera vez un mecanismo para la determinación de los precios del carbón. “Hubo un cambio de posición, es la primera vez que se habla de limitación a los precios del carbón en un G-20”, resaltó Draghi, que por otro lado admitió que se esperaba de china “una actitud más rígida”, pero que la superpotencia asiática finalmente aceptó la evidencia científica de 1,5°c, “algo que comporta sacrificios”.
en este marco, recordó que china produce el 50% del acero mundial con plantas que utilizan carbón. “esto explica las dificultades para alcanzar un objetivo más ambicioso con respecto al clima”, indicó, al destacar de todos modos el “paso adelante dado en una transición larga y difícil” hacia otras fuentes de energía renovables.
“Hay que escuchar y comprender el punto de vista de los otros y esto es lo que ha hecho italia en este G-20 conversando con la india, rusia y china”, también dijo.
en cuanto a la pandemia, el otro gran tema de este G-20 que le puso el broche a la presidencia italiana de este foro, Draghi, destacó el objetivo en cuanto a una justa accesibilidad a las vacunas. De hecho, coincidió en alcanzar la meta de vacunar al 40% de la población mundial antes de este año y el 70% de la población mundial antes de la mitad del año próximo, algo que definió un “compromiso gigantesco”. por otra parte, hizo hincapié en los consensos que se alcanzaron en cuanto a las finanzas de la pospandemia, así como sobre un acuerdo para reformar el sistema de tasación internacional de las multinacionales.
en una cumbre que marcó el adiós después de 16 años de la canciller alemana, angela Merkel, a este tipo de reuniones, Draghi al final tuvo emotivas palabras de agradecimiento. “la canciller Merkel ha sido una verdadera campeona del multilateralismo y de un orden internacional basado en reglas. su equilibrio, liderazgo y determinación para construir consensos han sido invalorables para este grupo. Haremos tesoro de su legado por mucho tiempo”, le prometió. Y concluyó: “Querida canciller, querida angela, gracias”.ß