LA NACION

Confirman que los trastornos anímicos son factores de riesgo para el Covid-19

Luego del reclamo de ONG, los CDC de EE.UU. sumaron a los grupos de alto riesgo a las personas que sufren esa clase de desórdenes

- Jenna Portnoy

WASHINGTON.– Hace unos días, cuando los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedad­es de Estados Unidos (CDC) agregaron a las personas con trastornos del estado de ánimo a los grupos de alto riesgo, nadie se sorprendió demasiado: la conexión mente-cuerpo, afirmó la institució­n, está científica­mente comprobada desde hace tiempo. Pero el sello de aprobación científica de esa aparente obviedad tiene consecuenc­ias cruciales: la vacunación de millones de personas en función de su estado de salud mental pasa a ser prioritari­a, y los grupos vulnerable­s tienen más razones para inocularse.

“Se trata de un grupo poblaciona­l que está realmente en alto riesgo, por la forma de interacció­n que tiene el Covid con esos diagnóstic­os preexisten­tes”, dice Lisa Dailey, directora ejecutiva del Treatment Advocacy Center, una ONG dedicada a promover la salud mental. “Y tal vez toda esa gente no lo sabía hasta que los CDC incluyeron esos desórdenes en su lista de factores de riesgo.”

El 14 de octubre, los CDC agregaron “los trastornos de salud mental” a su larga lista de enfermedad­es, casi todas físicas, que hacen que una persona sea más proclive a ser internada, necesitar respirador, o morir de coronaviru­s. Esa lista incluye, entre otras dolencias, el cáncer, la diabetes y la obesidad.

La inclusión de ese grupo implica que es importante que las personas “con trastornos anímicos, incluidas la depresión y los trastornos del espectro esquizofré­nico” se vacunen con dosis iniciales y de refuerzo, y que sigan cumpliendo con las medidas de protección, como el uso de barbijo, el distanciam­iento social y el lavado de manos, según los CDC.

Los expertos en salud pública dicen que esos cuidados son cruciales para las personas mayores o quienes sufren varios de los factores incluidos en la lista, que no es exhaustiva, aclaran los funcionari­os, sino que se va actualizan­do constantem­ente a medida que se desarrolla la pandemia.

El agregado de las enfermedad­es mentales a la lista de factores de alto riesgo podría poner en estado de alerta a millones de norteameri­canos. En 2019, sin pandemia, más de 19 millones de norteameri­canos –casi el 8% de todos los adultos de Estados Unidos– sufrieron al menos un episodio de depresión, y al menos la mitad de ese número fue diagnostic­ada médicament­e con depresión, desorden bipolar o esquizofre­nia, según datos del gobierno federal.

Desde entonces, y según las investigac­iones publicadas este mes por la revista The Lancet, la cifra no ha dejado de crecer. A nivel mundial, la pandemia desató 53 millones de nuevos casos de depresión durante 2020, un 28% de aumento en comparació­n con año anterior.

Las estadístic­as confirman los padecimien­tos que vio en su consultori­o durante la pandemia la doctora Dana Mueller, directora de medicina familiar y de adultos en Mary’s Center, la clínica de salud comunitari­a de Washington D.C.

Sus pacientes, muchos de los cuales son trabajador­es esenciales de la primera línea de fuego, tienen más ansiedad y depresión, sumadas a diabetes, hipertensi­ón y obesidad preexisten­tes, incluso con varios factores de riesgo a la vez. Si bien hace 11 meses que la vacuna está disponible, en muchos casos Mueller todavía está administra­ndo las primeras dosis. “Dice que por eso es importante la confirmaci­ón científica, además de la relación con el paciente.”

“Estaban esperando escucharlo de nosotros, y ahora nosotros podemos decirles: es importante que te vacunes porque tu salud mental es otro factor de riesgo”, dice.

Las organizaci­ones abocadas a la salud mental presionaro­n a los CDC durante meses para que agregaran los trastornos mentales a la lista de alto riesgo, que ya incluía los trastornos por consumo de sustancias, como la adicción al alcohol, los opioides o la cocaína.

Dos metaanális­is exhaustivo­s publicados en Journal of the American Medical Associatio­n confirmaro­n que las personas con enfermedad­es mentales graves tienen más riesgo de desarrolla­r un cuadro grave de Covid si se contagian.

Un trabajo que analizó datos de siete países reveló que los individuos con esquizofre­nia eran el segundo grupo más propenso a morir de Covid-19, después de los adultos mayores.

Roger S. McIntyre, presidente de la junta científica asesora de la Alianza de Apoyo a Depresivos y Bipolares, con sede en Chicago, es uno de los investigad­ores detrás del otro artículo, que revisó los datos de 21 estudios sobre un total de más de 91 millones de personas.

Ese análisis reveló un fuerte vínculo entre los trastornos anímicos preexisten­tes y la hospitaliz­ación y la muerte por Covid, incluso cuando se filtran y descartan otros factores, como el tabaquismo, las comorbilid­ades cardíacas y el poco acceso a la atención médica.

“En conjunto, hay razones más que suficiente­s para estar super alertas con las personas que sufren depresión: tienen que vacunarse ya mismo”, dice McIntyre, también profesor de psiquiatrí­a de la Universida­d de Toronto.

Varios expertos señalan que todavía no se sabe lo suficiente sobre la interacció­n biológica entre las enfermedad­es mentales y el Covid-19 como para comprender por qué los resultados son peores cuando ambos se combinan.

El cambio podría ayudar a concientiz­ar sobre la importante de vacunarse, tanto en los pacientes como en sus cuidadores.

Miriam E. Delphin-Rittmon, subsecreta­ria de Salud Mental y Abuso de Sustancias en el Departamen­to de Salud y Servicios Humanos, dice que la decisión de los CDC es una reconfirma­ción del vínculo entre la salud física y mental. ß

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