Verdaderos héroes
Mujeres y hombres con enorme espíritu de grandeza, entrega y generosidad hacen lo imposible por alegrar y contener a pequeños pacientes internados
Montado en un arnés de silletero, el Hombre Araña se descuelga por las ventanas de un hospital infantil para saludar a los pequeños pacientes; la princesa Jasmine se asoma por el vidrio de una terapia intensiva donde varios chicos permanecen internados; uno de los 6000 payamédicos que regalan sonrisas por todo el país irrumpe en una habitación tocando la guitarra para sorpresa de los chicos que asisten a tratamientos. Superhéroes, payamédicos, cuentacuentos, músicos, cantores, repartidores de golosinas y soñadores de todo tipo llenan de color los días de muchos niños hospitalizados para contrarrestar tristezas y angustias que deprimen su sistema inmunológico.
Superhéroes de la Fundación Che Vos de Ituzaingó recibieron la primavera con chicos del Hospital Posadas. Otros seres de historieta sorprendieron a los del Garrahan en el Día de las Infancias. En pandemia, la Liga de Superhéroes y Villanos debió proponer videos a los pequeños en lugar de misiones presenciales. Párrafo aparte merecen los profesionales y voluntarios de cuidados paliativos, acompañando y aliviando la carga en trances particularmente dolorosos.
No se consiguen en farmacias, no vienen en cápsulas ni se recetan en papel membrete: son mujeres y hombres dispuestos a llevar un mensaje amoroso y contenedor a quienes, a pesar de su corta edad, son ya veteranos en padecimientos y tristezas.
En los últimos días circuló por redes sociales una imagen del Hombre Araña, quien, simulando limpiar las ventanas de un hospital, apoyaba su mano en el vidrio para saludar a un pequeño convaleciente. Acompañaba la imagen una leyenda que invita a reflexionar: “La próxima vez que te digan que los héroes no existen –decía– vos pasales esta foto del limpiavidrios”.