LA NACION

El portero de Cristina confirmó que De Sousa y Cristóbal López eran sus vecinos

CPC, la constructo­ra del dueño de C5N, aparece en licitacion­es que se analizan en el juicio por la obra pública

- Hernán Cappiello

Los empresario­s Cristóbal López y Fabián de Sousa tenían departamen­tos en el mismo edificio de la Recoleta donde vive Cristina Kirchner, en la esquina de Juncal y Montevideo, según recordó ayer el encargado de ese inmueble al declarar como testigo en el juicio oral y público que se le sigue a la vicepresid­enta, acusada de direcciona­r obras públicas santacruce­ñas en favor de Lázaro Báez.

Juan Manuel Silva, encargado de ese edificio desde hace 32 años, ofició en 2018 como testigo del allanamien­to en el departamen­to de Cristina Kirchner, realizado allí por el juez federal Claudio Bonadio cuando investigó la causa de los cuadernos de la corrupción, ahora declaró en este otro juicio oral.

Aquí reiteró lo que ya había mencionado en otras ocasiones: que había visto a Daniel Muñoz, fallecido exsecretar­io de los Kirchner y acusado de lavar dinero en Estados Unidos. En el juzgado de Bonadio había declarado que lo veía “por unas horas” y que llegaba “con personas”. “Vi movimiento de bolsos y valijas con frecuencia semanal y a veces de hasta 15 días”, relató.

Ahora reiteró sus dichos sobre la presencia de Muñoz. Pero el fiscal Diego Luciani no le preguntó por los bolsos. Eso es asunto de otro juicio. Sobre Muñoz dijo ahora: “No venia muy seguido. Viaja mucho. Muy esporádica­mente venía. Venían correspond­encia de gente que solicitaba trabajo y cada 15 o 20 días le daba lo que le había juntado, unas 500 o 600 cartas, que le entregaba. Todo el mundo quería trabajo.,

“Todo lo que declaré es verdad”, dijo Silva, que recordó sus días en el edificio y la manera en que identifica­ba a los vecinos por la correspond­encia que recibía para ellos y entregaba a cada uno. En el caso de los cuadernos de las coimas, los testigos señalaron que llegaban al edificio de Juncal y Uruguay bolsos y valijas, supuestame­nte con dinero, producto del pago de sobornos que recogía Roberto Baratta, mano derecha del exministro Julio de Vido, con su chofer Oscar Centeno. El portero dijo que en el edificio tenían departamen­tos también Fabián de Sousa y Cristóbal López, a quienes mencionó como “los dueños de canal 5”, por C5N. Cristóbal López era dueño del cuarto piso y el primero era de De Sousa.

Al departamen­to de Recoleta de Cristina Kirchner lo alquilaron empresas de Cristóbal López y allí se alojó un abogado de su compañía, a quien el portero recordó como “el señor Mauro Sánchez”. Solo recibía a su familia, dijo el portero. Era un abogado que trabajaba como colaborado­r de Cristóbal López. Esto último no lo dijo el testigo.

Dijo conocer a Osvaldo Sanfelice es un ex socio de Máximo Kirchner, que señaló que visitaba el quinto piso, donde vivía Cristina Kirchner.

Señaló además que visitaba el cuarto piso el abogado Oscar Leiva. Leiva es cuñado de Osvaldo “Bochi” Sanfelice.

Sanfelice era gerenciado­r de Hotesur, empresa de Cristina Kirchner, que se dedica a la gestión de los hoteles de los hijos de la vicepresid­enta en la Patagonia.

La referencia a López y De Sousa es considerad­a valiosa por la acusación, porque da informació­n de contexto y porque CPC, la constructo­ra de López, aparece en alguna de las licitacion­es que se analizan en este juicio contra Lázaro Báez.

La declaració­n del testigo motivó cruces entre la defensa y la fiscalía por la pertinenci­a de las preguntas. Las quejas estaban motivadas en que para las defensas las preguntas que hacía el fiscal Luciani eran indicativa­s porque el testigo no podía recordar el nombre de Cristóbal López o cómo se llamaba el vecino del primer piso, en alusión a Fabián de Sousa, su socio. Incluso el tribunal tuvo que analizar alguna reposición que fue desestimad­a.

También declaró el empresario Eduardo Eurnekian, de Aeropuerto­s Argentina 2000, que no dio precisione­s sobre lo que le preguntaba, argumentan­do que él estaba al frente de un holding de más de 40 empresas en diversas partes del mundo y no estaba en la gestión del día a día de cada una de ellas, sino que recibía reportes a través de sus directorio­s y auditores.

Fue convocado por el defensor e Cristina Kirchner, Carlos Beraldi, y por el de Lázaro Báez, Julio Villanueva.

Beraldi trató de indagar sobre los procesos de licitación de obras públicas donde hubieran participad­o las empresas de Eurnekian y sobre como se determinab­an los precios en esas oras, pero el empresario le contestó que no tenia esa informació­n en detalle de cada una de esas compañías,

Resaltó que las obras de pavimentac­ión que se efectuaban estaban relacionad­as con las pistas de los 37 aeropuerto­s que maneja su corporació­n.

Le preguntaro­n por Hellport, una de las compañías que se dedica a esas tareas y dado que sus empresas cotizaban en la bola de valores en los Estados Unidos le dijeron que explique que tipo de controles internos debían tener, a diferencia de las empresas locales. Dijo desconocer ese nivel de detalle de la gestión.

Para hoy está citado a declarar como testigo el empresario Gabriel Pedro Lossi, quien declaró como arrepentid­o ante el fallecido juez federal Claudio Bonadio en la causa de los cuadernos de la corrupción. Dijo también ante Bonadio haberse reunido con el financista Ernesto Clarens quien le pidió “retornos” para cobrar certificad­os de obra y en una ocasión le pidió plata que debía blanquear facturándo­le a la empresa Gotti de Lázaro Báez.ß

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