Schiaretti levanta el perfil para defender su bastión
El gobernador cordobés reapareció con críticas a Macri y Cristina; sin reelección, busca un lugar en el tablero nacional para 2023
CÓRDOBA.– El gobernador Juan Schiaretti levantó fuerte el perfil en las últimas semanas. Se puso la campaña legislativa al hombro para garantizar que Hacemos por Córdoba, su fuerza política provincial, no pierda peso en el Congreso de la Nación. La principal candidata al Senado es Ana María Vigo, esposa del gobernador y actual diputada nacional. Schiaretti, además, busca mayor trascendencia: a diferencia de la previa a las PASO, su discurso hace ahora eje en el federalismo y reparte críticas casi por igual al kirchnerismo y a Juntos por el Cambio (Juntos por el Cambio).
En el kirchnerismo directamente ya lo consideran fuera del “peronismo” y en Juntos por el Cambio algunos dirigentes, como Patricia Bullrich, lo ubican como blanco de las críticas por acompañar al oficialismo en varios de sus proyectos de ley. Otros, como Mauricio Macri, evitan la confrontación e insisten en definirlo como un “amigo” con el que habla “en privado”.
“En Córdoba, el pueblo no quiere al kirchnerismo, lo expresó en las elecciones de 2015 y en 2019 confió en Cambiemos”, dijo el gobernador a Cadena 3. Además, aseguró que el “fracaso económico de Cambiemos hizo que vuelva el kirchnerismo al Gobierno”, para concluir afirmando que “mientras Cristina y Macri sean los dos polos de la grieta, va a ser difícil hablar en serio”.
Schiaretti basa su estrategia electoral en pegar a dos puntas y “defender” a Córdoba. Pero también apunta a instalar la discusión de un país “más federal”, enlazado con un proyecto político para 2023 que, entiende, debería tener como protagonista a un peronismo al estilo del cordobés, al que define como “republicano” y “federal”.
Nuevos horizontes
Con 72 años, el cordobés fue operado de un quiste renal en mayo pasado y, hace poco más de dos años, le realizaron una angioplastia y le colocaron cuatro stents. Es, además, diabético y muy “meticuloso” para cumplir con las órdenes médicas.
Privilegiar su reelección en Córdoba y su salud fueron los argumentos con los que declinó tener un rol más protagónico en Alternativa Federal, el armado que en 2019 impulsó junto al salteño Juan Manuel Urtubey (fue candidato a vicepresidente de Roberto Lavagna), Sergio Massa (se alió al kirchnerismo) y Miguel Ángel Pichetto (acompañó en la fórmula presidencial a Macri).
Hace unos meses, desde su círculo chico empezaron a fogonear la idea de que Schiaretti –quien no tiene posibilidad de reelección–, podría ser candidato a presidente en 2023. Poco después el mismo sector desinfló la idea. Fuentes de ese grupo admitieron que el tema va más allá de una posible candidatura, sino que buscan que Schiaretti juegue un rol de armador político de los gobernadores. Esa idea no es nueva, pero desde la asunción de Alberto Fernández nunca cuajó. Schiaretti lo había hablado con Omar Perotti, pero sus urgencias obligaron al mandatario santafesino a dejar ese foco de lado.
Reeditar la “alianza de gobernadores” que en otros momentos de la Argentina tuvo peso resulta por demás complejo. Primero, porque Buenos Aires estaría afuera del conjunto por su alineamiento kirchnerista, lo que quita poder a cualquier proyecto nacional. Después, porque los mandatarios están más concentrados en salvar sus propias gestiones que en el armado nacional.
Para consolidar su intención, Schiaretti requiere de socios de peso que hoy no están. La configuración actual del mapa político parece dejar escaso margen para una “avenida del medio” como a la que le pone fichas el cordobés.
El resultado del 14 de noviembre en Córdoba impactará en la figura de Schiaretti. Si logra mantener los tres diputados y sumar un senador quedará bien parado. Sin embargo, corre el riesgo de perder un diputado. La responsabilidad del armado de listas también fue de él.