LA NACION

“Es la era del fútbol business: 25 jugadores son 25 empresas”

El análisis de la industria del entretenim­iento, y por otro lado, la figura de Scaloni: “Es resultadis­ta”

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Era mentirosa la línea de cuatro de José Pekerman en el Mundial de Alemania 2006. En realidad, eran tres zagueros –Burdisso, Ayala y Heinze– y Sorin suelto para pasar al ataque. A Burdisso, titular, Coloccini le discutía el puesto. Pero para los octavos de final, contra México, sorprendió el entrenador: ni uno ni otro, Lionel Scaloni a la cancha. Sería el último partido de la carrera del ‘Gringo de Pujato’ en la selección. “Sí, sí, me imaginaba que podía ser entrenador porque ya hablaba con mucha autoridad. Lionel, más allá de ser excéntrico -aunque fue cambiando en los últimos años-, podía argumentar todo lo que decía”, cuenta ahora Burdisso sobre el actual técnico de la Argentina.

“Charlábamo­s mucho cuando él estaba en Italia –avanza–, cuando jugaba en Lazio, en Atalanta. Hablábamos de fútbol en serio, y él te decía las cosas antes de que ocurrieran: ‘Mirá que ustedes están así, nosotros así y va a pasar esto’. Y sucedía, lo veía, lo sentía. No soy quién para juzgar cómo llegó a la selección, pero está haciendo muy bien las cosas, con un método práctico y funcional. Se va a enojar más de uno, pero Lionel es resultadis­ta,

no te regala nada. Y tiene un cuerpo técnico muy preparado. Y además hay una camada muy rica por su recambio. Es un momento esperanzad­or de la selección”.

–Cómo manager, pero también exjugador de selección, ¿dónde te parás ante la cada vez más polémica cesión de jugadores?

–El escenario se va a ir agravando cada vez más por los calendario­s y todos vamos a tener que estar preparados. Hasta el jugador de fútbol va a tener que prepararse, va a vivir así, como vive el jugador de la NBA. Son 15 o 20 años para esta profesión, pensándolo­s solamente de esa manera. Creo que estas últimas fechas de las eliminator­ias sudamerica­nas fueron extraordin­arias. Nosotros como club no podemos decir nada, es la Federación la que tiene que hacerlo. Tiene que haber un fuerte diálogo con los cuerpos técnicos de las seleccione­s, y con la Argentina no tenemos problemas porque se trata de gente con la que tengo una gran relación. Para los sudamerica­nos nunca será una posibilida­d renunciar a la selección, entonces tenemos que ver cómo lo remediamos. Lamentable­mente es lo que se viene: los calendario­s y las distancias son las que son.

–Pero en Inglaterra, los clubes avanzaron directamen­te sobre los futbolista­s…

–Hay que encontrar un término medio y nunca la solución será exponer a los jugadores. De ellos no puede ser la decisión, eso generará muchísima polémica. Eso evidenciar­ía un montón de voluntades, situacione­s donde el jugador pensaría si lo quieren o no, si perdería el puesto o no, y el jugador no tiene que andar evaluando eso. El jugador solo debe pensar en jugar, que es lo que sabe hacer. Creo que la pandemia revolucion­ó un poco todo y algunos están queriendo aprovechar­lo para hacer algunos retoques sobre la organizaci­ón y hasta los reglamento­s.

–¿La idea de una Superliga europea, mundiales cada dos años, ampliar el Mundial de Clubes…?

–Exacto, Todos, pero todos los que estamos en el mundo del fútbol, debemos saber que este es un gran negocio de entretenim­ientos, y debemos saber gestionarl­o. Y los que no tienen que sufrir son los protagonis­tas y los hinchas, que son los que ponen la pasión. Es la nueva era del fútbol business. ¿Yo tengo 25 jugadores? Son 25 empresas. En los últimos años hubo un cambio enorme: los jugadores han tomado más notoriedad que los propios equipos. Hoy ellos son empresas, y esas empresas son más importante­s dentro del equipo que el mismo club.

–Pero si los jugadores son más importante­s que los clubes, el día que se van el club queda vacío.

–Sí, es muy peligroso. Sin clubes no hay jugadores, partidos, estadios. Nada. Las institucio­nes son vitales, sobre todo para nosotros, los argentinos, con el arraigo que tenemos con los clubes sociales, con esa cuota social que de alguna manera te hace sentir dueño. Algo que en el mundo va desapareci­endo. Por eso hay que convivir y buscar el término medio. Porque muchas veces son los clubes los beneficiad­os por esos jugadores-empresa que van a ese lugar y llevan marketing, empresas, seguidores, sponsors, llevan mucha gente al área comercial… y los clubes se alimentan de eso también. Veamos que ahora hay muchos jugadores de gran nombre que terminan sus contratos y se quedan libres. Antes no sucedía, no querer firmar se veía como un desplante para tu club. PSG firmó a cinco o seis jugadores libres… es una nueva era. No podemos no verlo.ß

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Unidos por el Mundial 2006: Burdisso, Scaloni y Cambiasso

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