LA NACION

Hallan cocaína en varios baños y oficinas en el Parlamento británico

Los restos de la droga se detectaron en varios sitios a los que solo acceden legislador­es, entre ellos, los integrante­s del gabinete de Boris Johnson

- J. Hassan y W. Booth

LONDRES.– La presidenta de la Cámara de los Comunes anunció que le pedirá a la policía que investigue informes sobre el “muy extendido” uso de drogas en el Parlamento británico, justo cuando el primer ministro Boris Johnson se vistió de policía para promover su nueva y dura lucha antidrogas.

Un informe en el Sunday Times de Gran Bretaña dijo que una docena de sitios dentro del Palacio de Westminste­r, que incluye la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes, dieron positivo de rastros de cocaína. Las áreas incluyeron los baños más cercanos a la oficina de Johnson y los de la secretaria del Interior, Priti Patel, a cargo de la seguridad nacional.

También se encontraro­n residuos de drogas cerca de las oficinas utilizadas por el opositor Partido Laborista, así como de un tranquilo comedor en la Cámara de los Lores y de un exclusivo pub junto al Támesis llamado Strangers’ Bar. El informe del Sunday Times señaló además que se estaba “consumiend­o abiertamen­te” cannabis en los alrededore­s.

De los 12 baños examinados para detectar drogas, se informó que se encontró cocaína en 11, incluidos los lugares a los que solo pueden acceder con facilidad quienes tienen un pase parlamenta­rio designado, incluidos los legislador­es y el personal, junto con los empleados, biblioteca­rios, personal de seguridad, camareros y periodista­s.

“Los informes del uso indebido de drogas en el parlamento que se dan al Sunday Times son profundame­nte preocupant­es”, dijo Lindsay Hoyle, presidenta de la Cámara de los Comunes, a la cadena Sky News. “Los plantearé como una prioridad con la Policía Metropolit­ana la próxima semana”.

El informe se produjo justo cuando Johnson estaba listo para anunciar un plan de diez años contra el narcotráfi­co y el crimen en Inglaterra y Gales. Ayer fue fotografia­do con la policía en Liverpool con un uniforme oscuro y un sombrero negro con la palabra “policía” cosida en la parte delantera, una imagen que causó revuelo en las redes sociales.

En Gran Bretaña, la cocaína es una droga de “clase A”, la clasificac­ión más grave. Quienes se encuentran en posesión de la sustancia enfrentan hasta siete años de prisión. Quienes la suministra­n o producen pueden enfrentar cadena perpetua. Sin embargo, el Sunday Times informó que “hay una cultura de la cocaína en el Parlamento”, desde legislador­es hasta empleados jóvenes.

El palacio es un confuso laberinto de escaleras victoriana­s a ninguna parte y oficinas del tamaño de un armario. También hay muchos salones de té, comedores y pubs, lugares frecuentes de recepcione­s para los electores… y los acuerdos.

Westminste­r se está pudriendo literalmen­te desde los sótanos (las tuberías están a punto de estallar y los roedores son una plaga) y los estrechos pasillos sin ventilació­n a menudo huelen a carne asada y platos de huevos.

Periodista­s británicos y miembros del personal que trabajan en el Parlamento, y que pidieron el anonimato, dijeron sobre las denuncias que el edificio es un mundo que lo abarca todo y donde existe una cultura de la bebida.

“Así que sí, se están consumiend­o algunas drogas”, dijo un periodista británico, que describió a Westminste­r como “un lugar de trabajo con muchos pubs”.

Johnson confesó en 2008 que inhaló cocaína y fumó marihuana cuando era adolescent­e. En ese momento subrayó: “Estoy completame­nte en desacuerdo con las drogas. No quiero que mis hijos se droguen”. Consultado ayer sobre las acusacione­s de consumo en el Parlamento, dijo que el gobierno “está absolutame­nte decidido a luchar contra las drogas”.

Bajo el nuevo plan de Johnson, se enviará a más agentes a las calles para combatir el crimen y se alentará a los consumidor­es de drogas a visitar instalacio­nes de rehabilita­ción. A los infractore­s también se les puede revocar el pasaporte y la licencia de manejo.

“Creo que hace mucho tiempo que no se escucha a un gobierno decir que las drogas, las drogas de clase A, son malas, malas para la sociedad, malas para las oportunida­des, malas para los niños que crecen en este país”, dijo Johnson.

No es la primera vez que Hoyle expresa su preocupaci­ón por el posible uso de drogas en el Parlamento. “No es solo la bebida lo que tenemos que solucionar, hay un problema de drogas”, dijo en 2019 mientras se preparaba para reemplazar a John Bercow en la presidenci­a de los Comunes.

Según la Oficina de Estadístic­as Nacionales de Gran Bretaña, al menos 873.000 personas en Inglaterra y Gales de entre 16 y 59 años señalaron haber consumido cocaína durante un año, hasta marzo de 2020. La cocaína es la segunda droga más consumida después del cannabis.

Johnson también se enfrenta a una controvers­ia de otro tipo: la prensa británica publicó acusacione­s de que hubo una fiesta del personal celebrada en el número 10 de Downing Street el 18 de diciembre del año pasado, cuando esas reuniones estaban prohibidas por la pandemia.ß

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