Morales-Lousteau, los dos polos en pugna en la disputa radical
Detrás de la ruptura del bloque de diputados subyace una pelea por la conducción del partido
La puja por la conducción del radicalismo es protagonizada por dos sectores: los que se referencian en el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, y quienes simpatizan con el senador Martín Lousteau. Ambos pelean por la jefatura del comité nacional de la UCR, hoy en manos del mendocino Alfredo Cornejo, una disputa que se dirimirá a fin de año.
Morales, quien transita por su segundo mandato como gobernador jujeño, no disimula su ambición por competir en las elecciones presidenciales de 2023. Crítico del kirchnerismo, mantiene sin embargo una relación de mutuo respeto con el presidente Alberto Fernández. De hecho, y merced al buen vínculo con Sergio Massa, el mandatario jujeño facilitó la aprobación de algunas leyes promovidas por el Poder Ejecutivo –como el impuesto a la riqueza y el presupuesto 2021– contra el mandato de la mesa nacional de Juntos por el Cambio.
Detrás de Morales se enlista el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, quien se impuso con una holgada mayoría en las últimas elecciones de su provincia y fue reelegido para un nuevo mandato.
Mario Negri, actual jefe del bloque radical y del interbloque de Juntos por el Cambio, es otro de sus grandes aliados. El cordobés es reconocido por su capacidad de acción en la Cámara de Diputados, donde se frenaron varias de las iniciativas más polémicas del kirchnerismo. Con estos antecedentes, la mayoría de su bloque lo revalidó la semana pasada como jefe de la bancada por un sexto período consecutivo. El bonaerense Facundo Manes, el santafesino Mario Barletta y la santacruceña Roxana Reyes, quienes vencieron en sus respectivos distritos en las últimas elecciones, lo acompañan.
Sin embargo, los pergaminos de Negri como diputado nacional no le alcanzaron para triunfar en su provincia, Córdoba. Por su disputa con Ramón Mestre perdió la pelea por la gobernación de la provincia, hace dos años y, en las últimas primarias, cayó ante Luis Juez por la candidatura al Senado.
Estas sucesivas derrotas de Ne
gri envalentonaron al “sector renovador” a disputar la jefatura de la bancada. No es la primera vez que lo intentan: hace dos años este grupo, referenciado en Lousteau y su lugarteniente en la Cámara baja, Emiliano Yacobitti, intentaron desalojar a Negri –apoyado por Morales– con la postulación de Alfredo Cornejo, quien recién llegaba a la Cámara de Diputados tras cumplir su mandato como gobernador de Mendoza. No tuvieron éxito: Cornejo no pudo con Morales, pero ambos acordaron que el mendocino comandaría la mesa nacional del partido, cargo que ocupará hasta fines de este mes. La paz imperó y la bancada se mantuvo unida.
Cornejo –ahora senador electo–, si bien en un primer momento apoyó a los renovadores en este nuevo intento de desplazar a Negri, decidió no cruzar el Rubicón: instruyó a los diputados mendocinos a mantenerse dentro del bloque por no estar de acuerdo con la ruptura. Por ello, de los 15 diputados que inicialmente acompañaron la aventura de Yacobitti, solo quedaron 12, entre los que
figuran Rodrigo De Loredo, Martín Tetaz, Carla Carrizo y Alejandro Cacace.
Lousteau y Coti Nosiglia
La defección de Cornejo no impidió que los renovadores continuaran con su embestida contra Negri y Morales. Lousteau, desde el Senado, los apadrina; el senador porteño, quien se anotó para la sucesión de Horacio Rodríguez Larreta en la Jefatura de Gobierno porteña, apuesta a consolidar su proyección nacional con la presidencia del comité nacional de la UCR. El radicalismo ortodoxo le desconfía: lo consideran un recién llegado al partido tras su frustrado paso como exministro de Economía de Cristina Kirchner. Sus vínculos con un histórico del partido, Enrique “Coti” Nosiglia, también exacerban los recelos.
Yacobitti, un hombre de la agrupación Franja Morada de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y mano derecha de Lousteau en la Cámara baja, también despierta reparos en el partido. Los más suspicaces advierten que no es tan vehemente en sus críticas al kirchnerismo como los demás referentes de Juntos por el Cambio. Yacobitti, al igual que Lousteau, pregona que las nuevas figuras que emergieron tras las últimas primarias deben ser consideradas en una renovación integral de la conducción del partido, idea que muchos históricos resisten. Por ello apadrinó a De Loredo, quien ganó junto a Juez en la compulsa cordobesa contra Negri, como jefe de la nueva bancada UCR-Evolución.
“No puede ser que los que pierdan conduzcan y los que ganen acompañen”, lanzó De Loredo al confirmarse la ruptura (ver aparte). El dirigente cordobés, exlegislador provincial y titular de Arsat durante la gestión de Mauricio Macri, es la joven promesa de los renovadores. En su entorno aseveran que De Loredo, enérgico y batallador dentro de su partido, no es amigo de las ambigüedades y será implacable en su oposición al gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, pues el electorado cordobés –refractario al kirchnerismo– así se lo demandará.ß