Ezeiza: los pasajeros conocen el riesgo, pero viajan igual
Afirmaron que respetan las medidas de prevención ante la amenaza de ómicron y dijeron que se cumplen todos los controles
“Viajar implica cierto riesgo”, dijo ayer Mónica Silverstain, de 45 años, que acababa de regresar al país luego de visitar París. En el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, donde la encontró la nacion, afirmó que cuando llegara a su casa iba a colocar la ropa que llevaba puesta en un recipiente y la iba a mandar directo al lavadero.
Silverstain sabía que anteayer se había detectado en la Argentina el primer caso de ómicron, la nueva variante del coronavirus, y quería higienizarse lo mejor posible: “Entre la delta, ómicron y todos los bichos que están dando vueltas, mejor mantener los cuidados como el año pasado”, agregó.
Durante toda la pandemia de coronavirus, que todavía mantiene en alerta al mundo, el aeropuerto de Ezeiza –adonde convergen personas desde todos los rincones del planeta– fue un punto sensible para las autoridades sanitarias. Hoy, la nueva amenaza se llama ómicron, identificada por primera vez en el continente africano.
Por ese motivo, rigen restricciones de vuelos y turistas procedentes de ese continente, mientras que el Gobierno aún no dispuso nuevas medidas para el resto de los viajeros (ver aparte).
María Caballero, de 55 años, llegó ayer desde Estados Unidos. Fue a conocer a su nieto, Noah, que nació hace dos semanas. Según escribió, más allá de tener que usar barbijo en todo momento, la experiencia de viajar fue parecida a la prepandemia. “Ya fluye todo con cierta normalidad. Uno tiene que llenar la declaración jurada y hacerse un PCR, que me solicitaron antes de subir al avión. Luego, al llegar, en Migraciones te piden como siempre el pasaporte y luego buscás tus valijas. Al salir, hay personal de salud que te pide el certificado de vacunación”, dijo Caballero.
Desde Aeropuertos Argentina 2000, concesionaria de la terminal aérea, indicaron a la nacion que los cuidados se mantienen y que han sumado estaciones para sanitizar las manos. “Los pasajeros llegan, se les pide la documentación, luego van al área de equipaje y finalmente atraviesan el control aduanero. Las medidas de prevención se mantienen como durante toda la pandemia para garantizar el distanciamiento entre personas”, explicaron.
Juana Vitale, de 44 años, acababa de regresar de Houston, Estados Unidos. Viajó por trabajo; estuvo en Nueva York y Los Ángeles. Dijo tenerle mucho respeto al virus y que en ese país extremó sus cuidados porque hay mucha gente que decidió no vacunarse.
“Tengo varios colegas que no se vacunan, es algo que no entiendo. Por esa gente es que me da más miedo viajar, pero bueno, no me queda otra. De todos modos, jamás me saco el barbijo y vivo lavándome las manos”, detalló Vitale. Además, contó que al llegar a Ezeiza le controlaron todos los requisitos que exige Migraciones.
En el hall principal de Ezeiza, las nuevas variantes parecen no detener las ganas de los pasajeros de viajar al exterior. En el centro hay un enorme árbol navideño y a ambos lados se veían ayer cientos de personas con sus valijas carry on y mochilas. Uno de los vuelos más convocantes era el que salía a las 15.20 con rumbo a Barcelona.
“La verdad que con este virus nunca te podés relajar. Yo ahora me voy unos días a España y siento cierto nerviosismo, porque te llegás a contagiar y te tenés que aislar 14 días, no es lo mismo que una gripe. Pero bueno, allá vamos, espero que todo salga bien”, reflexionó Francisco Piano, de 35 años.
A pocos metros estaba Manuel Frías, de 38, que se mostró hastiado de la pandemia: “Me voy de vacaciones. Vi lo de la nueva variante, pero qué querés que te diga... Ya estoy vacunado; por supuesto que me puedo volver a contagiar, pero mi vida no va a seguir girando alrededor de este virus”.ß