LA NACION

el león de las mil batallas. Los próximos partidos de Ponzio serán en el equipo de Francescol­i

Un símbolo de River: de Simeone a Ramón, del ascenso con Almeyda a la gloria con Gallardo; la idea es que siga construyen­do el futuro millonario desde la secretaría técnica que lidera Enzo

- Juan Patricio Balbi Vignolo

Si el grupo humano que compone el vestuario de River es una “familia”, tal como lo define cada integrante, Leonardo Ponzio es el padre. Capitán del barco, suma 12 años en el club y lleva 10 consecutiv­os como líder y referente. En enero de 2012 se fue de Real Zaragoza, resignó un millón de euros para rescindir y volver al país con el equipo en el Nacional B y se propuso cambiar la historia.

Del barro al oro, resurgió de las cenizas para alcanzar los cielos más profundos. Fue campeón con Diego Simeone, ascendió con Matías Almeyda, tuvo altas y bajas y soportó ser excluido del plantel por Ramón Díaz y se volvió el León de las mil batallas con Marcelo Gallardo. Se transformó en uno de los jugadores más campeones de la historia y será siempre recordado como el emblema de la reconstruc­ción. El domingo por la noche vivió su última jornada en el estadio Monumental, pero su legado será eterno y su carrera no terminó: le quedan dos partidos y la posibilida­d de lograr su 17° título. Eterno.

Ponzio lleva 357 partidos (302 como titular) con 10 goles y 16 consagraci­ones. Su apellido es sinónimo de amor y éxito. Por eso, las más de 60 mil almas que se hicieron presentes anteanoche en Núñez se encargaron de demostrar el cariño que sienten por el gran capitán. Fue ovacionado en incontable­s ocasiones, el estadio se tiñó de rojo y blanco con globos con su apellido, se aplaudió y se coreó su nombre en los minutos 23 de cada tiempo por su emblemátic­o número de camiseta y recibió un impactante aplauso final cuando se retiró al vestuario envuelto en emoción.

Leo prefirió no hablar, pero estiró su brazo, se tocó el corazón y se despidió aplaudiend­o a sus fieles fanáticos mientras retumbaba el “olé, olé, olé, olé,olá…aLeoPonzio­nuncalovam­os a olvidar” como grito de guerra.

Detrás suyo se ubicaron todos sus compañeros. Lo acompañaro­n en la caminata, lo aplaudiero­n, lo abrazaron, lo palmearon y lo consolaron. Y el propio Franco Armani, en conferenci­a de prensa, se encargó de explicar todo lo que representa para el club, aunque dejó abierta la puerta: aseguró que a ellos todavía no les anunció su retiro, más allá de que públicamen­te lo haya hecho. “Sabemos

lo que significa para la institució­n y para nosotros. Lo admiramos y lo queremos muchísimo. Es un referente y se lo ve muy bien. Está para seguir y a nosotros todavía no nos comunicó nada. Pero yo valoro la persona que es, los consejos y el legado que nos deja. Aprendí mucho al lado de él”, dijo el arquero.

Ayer, a través de Twitter, llegó el esperado mensaje: “Gracias, gracias, gracias por la noche soñada que me hicieron vivir. Nunca imaginé un día así. Fue una enorme muestra de cariño. Sepan que fui el hombre más feliz del mundo y que encontré en ustedes mi segunda casa. Todavía nos faltan dos partidos muy importante­s para defender el manto sagrado y lo voy a hacer como si fueran los dos primeros de mi carrera profesiona­l. GRACIAS nuevamente. Abrazo monumental!!!”, escribió el capitán.

A sus 39 años, el capitán sufrió una miocarditi­s que lo dejó sin jugar entre mayo y septiembre y, pese a eso, a mediados de año renovó por seis meses más para cumplir su promesa. Hoy suma 128 minutos repartidos en siete partidos en el semestre y ahora le quedan dos juegos por delante: la última fecha de la Liga, el próximo sábado contra Atlético Tucumán, y el Trofeo de Campeones que se jugará el sábado 18, en Santiago del Estero, contra Colón. Esa será su última actuación como futbolista profesiona­l y tendrá la posibilida­d de quedar como máximo ganador absoluto de la historia como jugador: suma 16 títulos e iguala a Ángel Labruna y Ricardo Vaghi en la lista.

“Tenemos que ascender”

A lo largo de sus dos ciclos (20062008 y 2012-presente), estuvo incondicio­nalmente en todos los títulos con Gallardo (seis locales y siete internacio­nales), pero también sumó el Torneo Clausura 2008 con Diego Simeone como entrenador y el Torneo Final 2014 y la Copa Campeonato 2013/14 con Ramón Díaz. Por otro lado, logró el ascenso y el título de Primera B Nacional 2011/12, en el momento más crítico de la historia del club. También estuvo.

En aquella oportunida­d, cuando aterrizó en el aeropuerto de internacio­nal de Ezeiza el 6 de enero de 2012, sus palabras fueron un gran presagio de lo que vendría después: “Estoy orgulloso de volver a vestir la camiseta de River. El paso que hoy doy me pone muy contento. Volver a esta institució­n no se da todos los días y para mí es un desafío doble que me lo tomo con mucha ilusión y muchas ganas. Tenemos que ascender, solo pienso en eso. Vengo a disfrutar día a día. Ojalá pueda quedarme mucho tiempo y hacer muchas cosas acá”.

Desde aquel día, se volvió un referente absoluto dentro y fuera del campo. Respetado y admirado por los jóvenes, lidera el clima armonioso del grupo y su palabra tiene un peso específico propio, trascenden­tal.

Hoy junto con Jonatan Maidana, Enzo Pérez, Germán Lux y Franco Armani son los grandes referentes del plantel y los líderes de un código de conducta establecid­o hace años. Hablan con los más chicos y los acompañan en su crecimient­o, en caminan el discurso, son los primeros en llegar y los últimos en irse. Y predican con el ejemplo: se entrena como se juega. Por eso, no es casual que Germán Pezzella, Juanfer Quintero, Ariel Rojas, Lucas Martínez Quarta, Driussi, Leonel Vangioni y otros excompañer­os suyos en la institució­n lo hayan saludado y felicitado por redes sociales resaltando su calidad humana y su ejemplo como profesiona­l.

Su futuro estará en el club. Es lo que quiere el cuerpo técnico y la dirigencia. Y su deseo va en la misma línea. “Me vengo preparando para el día después y a mí me gustaría seguir dentro de River. Replicar todo lo que viví año a año y meter mi granito de arena en el club”, dijo recienteme­nte en una charla que mantuvo con el presidente saliente, Rodolfo D’Onofrio, en TNT Sports.

Más allá de que no tiene hecho el curso de entrenador y tampoco se ve trabajando como DT en un futuro cercano, su lugar estaría en la secretaría técnica. La idea de la nueva comisión directiva que preside Jorge Brito es ofrecerle un puesto para trabajar en el equipo de Enzo Francescol­i y al capitán lo seduce la posibilida­d: admira el trabajo de Monchi en Sevilla y le gustaría poder sumarse para observar y analizar jugadores para el plantel profesiona­l y las inferiores.

En sucesivas ocasiones Ponzio dejó en claro que su idea era retirarse en River. “No sé cuántos equipos de Europa son como este. Todos los que se van, están pendientes y quizás se arrepiente­n”, dijo en enero de 2020 tras su anteúltima renovación de contrato. Y, como siempre dejó en claro que no quería ser “la piedrita para los chicos que surjan”, el final de su carrera está a la vista. Pero todavía hay tinta para escribir un capítulo más.ß

 ?? Mauro alfieri ?? Devoción: los hinchas de River ovacionaro­n a Ponzio en su última función como local, ante Defensa y Justicia
Mauro alfieri Devoción: los hinchas de River ovacionaro­n a Ponzio en su última función como local, ante Defensa y Justicia

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