Scholz promete seguir los pasos de Merkel en política exterior
El socialdemócrata será investido hoy canciller luego de recibir el apoyo del Parlamento
PARÍS.– A partir de hoy, Alemania estará dirigida por su nuevo canciller: Olaf Scholz, socialdemócrata de 63 años, sucederá a Angela Merkel al frente de una coalición tripartita que lo ayudará a hacer frente a importantes desafíos durante cuatro años. Sin demasiados detalles sobre su futura política exterior, Scholz prometió ayer continuar con la doctrina decididamente proeuropea y tradicionalmente transatlántica de su país.
“Nuestro gobierno quiere continuar los esfuerzos realizados por Alemania en años recientes para crear una Unión Europea fuerte y soberana. Al mismo tiempo, destacaremos la alianza transatlántica y nuestra cooperación con la OTAN”, dijo Scholz ayer a la prensa en Berlín.
En ese país amante de la estabilidad, el escenario de la toma de poder ha sido escrito con puntos y comas. Scholz presentará hoy su candidatura al puesto de canciller delante de los 736 miembros del Bundestag, que, en su gran mayoría, lo aceptarán. Después irá al castillo de Bellevue, del otro lado del parque berlinés de Tiergarten, sede de la presidencia de la república, ocupado por su camarada socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier. Allí recibirá su acta oficial de nominación antes de regresar al Parlamento para prestar juramento sobre la Constitución. Así comenzará, hoy y por cuatro años, el mandato del noveno canciller de la República Federal Alemana.
Scholz pondrá así fin a 16 años de la era Merkel, marcados en parte por el inmovilismo. Su llegada a la cancillería fue una sorpresa. Durante la última primavera boreal, nadie apostaba un céntimo por la victoria del apagado ministro de Finanzas, que había sido investido candidato de la socialdemocracia (SPD) para paliar la ausencia de vocaciones dentro del partido. Pero aquí está, al frente de la cuarta economía del mundo, dirigiendo una coalición inédita en la historia política alemana, que asocia al SPD, los verdes y los liberales del FDP en un gobierno donde, por primera vez, hay paridad entre hombres y mujeres.
“Quiero que los años 2020 sean los de un nuevo comienzo”, declaró Scholz a la prensa. Tradicionalmente poco rebeldes, sus compatriotas están dispuestos a confiar en el. Pero la comparación con Merkel –de quien hasta adoptó los gestos– no juega en su favor. Según un reciente sondeo de RTL, el 19% de los alemanes piensan que no será mejor que la canciller saliente.
Empujado por los verdes, que recibieron el Ministerio de Medioambiente, el nuevo gobierno ha fijado su prioridad: será climática, y esto también debe traducirse en la política exterior. Alemania tiene el deber de “mostrar el camino”, afirma Scholz.
“Sino lo hacemos nosotros, nadie desarrollará las tecnologías (que permitan frenar el calentamiento climático) y nadie mostrará a los demás cómo hacerlo”, agrega.
El acuerdo de coalición prevé una salida acelerada del carbón a partir de 2030 y confiar 80% de la producción eléctrica a fuentes de energía renovables. Pero subsiste cierta ambigüedad. El esperado boom de la energía eólica suscita resistencias, incluyendo a alcaldes y ciudadanos. Por su parte, las organizaciones gubernamentales afirman que los acuerdos de París, argumento de batalla permanente de Berlín y que prevé contener las temperaturas entorno de 1,5° Ca fines de siglo, no será respetado.
El origen de esas controversias reside en la arquitectura misma de la coalición. Y, según los especialistas, lo mismo podría suceder en política exterior. Consciente de que los gestos son extremadamente importantes, Scholz confirmó que su primer viaje al exterior será a Francia, pasado mañana. Tradicionalmente considerados “el motor de la construcción europea”, ambos países necesitan –hoy más que nunca– afirmar esa imagen de unidad y cooperación, en momentos en que el bloque está sometido a los embates de la pandemia, el enorme desafío de la inmigración ilegal y la rebeldía cada vez más sostenida del gran vecino del norte, el ruso Vladimir Putin.
Su bautismo de fuego se producirá el 16 y el 17 de diciembre, cuando los presidentes y jefes de gobierno de los 27 países de la UE se reúnan en una cumbre en Bruselas.ß