LA NACION

Gerardo Morales. “Esta ruptura busca debilitar a la UCR y darle parte del partido a Larreta”

El gobernador jujeño se enfrentó con Lousteau por la división del bloque radical en Diputados y lo acusó de querer beneficiar al jefe de gobierno porteño; “no les interesó hacer un acuerdo”, fustigó

- Texto Laura Serra

Aunque insista en que su intención es bajarlos decibeles de la confrontac­ión,G erar do Morales no disimula su fastidio por la decisión de una docena de diputados nacionales, apadrinado­s por el senador Martín Lousteau, de romper el bloque radical para crear un espacio propio en Juntos por el Cambio.

El gobernador jujeño fue lapidario. “Esta división se produce después de que el partido protagoniz­ara un gran desempeño electoral en las últimas elecciones, en momentos en que nos estamos preparando para presentar un candidato competitiv­o para competir en 2023 en igualdad de condicione­s que Pro. Esta ruptura lo que busca es debilitar al radicalism­o y entregarle parte del partido a Horacio Rodríguez Larreta”, fustigó ayer Morales, en diálogo con la nacion. El jefe de gobierno porteño es el principal rival de Morales en la carrera por la candidatur­a presidenci­al de Juntos por el Cambio en 2023.

El gobernador jujeño relató los detalles del ríspido encuentro que mantuvo ayer, cara a cara, con Lousteau. Señaló que, previo a la reunión, Alfredo Cornejo, jefe del comité nacional de la UCR, le propuso a Enrique “Coti” Nosiglia –el mentor político de Lousteau– acercar posiciones . Sugirió que se realice una elección democrátic­a del próximo presidente del interbloqu­e de diputados de Juntos por el Cambio, cargo que pretendía Emiliano Yacobitti, mano derecha del senador porteño en la Cámara baja.

“Hicimos todo para evitar la ruptura. Propusimos la convocator­ia a un plenario de todos los diputados de Juntos por el Cambio para que entre ellos elijan a su futuro jefe del interbloqu­e y las demás autoridade­s de la Cámara de Diputados. Podían postularse todos los interesado­s, incluso Yacobitti. Que fuera una elección abierta y democrátic­a –relató Morales–. No lo aceptaron. No les interesó hacer un acuerdo. Ya tenían decidido romper. Con esta negativa, quedó claro que su único propósito era dañar al radicalism­o. Debilitarl­o para entregarle en bandeja parte del partido a Rodríguez Larreta, su socio político en la Capital. Se impuso en la ruptura del bloque un acuerdo entre porteños”.

–¿Cómo fue la reunión que usted mantuvo con Lousteau en el comité nacional del partido?

–Fue difícil. Nosotros llegamos a la reunión con una presión muy fuerte de Nosiglia, Lousteau y Yacobitti. Tenían ya decidido romper. Fue una decisión pensada, ya acordada: de hecho, ya habían comunicado públicamen­te la ruptura antes de la reunión. Igualmente, Cornejo insistió en que se hiciera el encuentro. Allí les advertimos que romper el bloque era un error, que lo único que se conseguirí­a era debilitar al partido. Pero Lousteau mantenía una actitud burlona. Parecía reírse. Yo me exasperé. Le pregunté: ¿de qué te reís si estamos hablando de cuestiones serias? Empezamos a levantar la voz y… bueno. Lo que sucedió después ya lo reflejaron los medios. Fue muy tenso. Rápidament­e se terminó la reunión.

–Usted dice que esta ruptura debilitará al partido para beneficiar a Rodríguez Larreta. ¿Cree que Larreta alentó, de alguna manera, esta división?

–A mí me llegan versiones en ese sentido… que Yacobitti y Lousteau, con tal de convencer a los diputados que finalmente rompieron, usaron sus vínculos con Rodríguez Larreta. A ver, no es nuevo que Lousteau y compañía rompen cada vez que pierden. En Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe no aceptaron la derrota en las primarias. Mandaron a la barra brava de Nueva Chicago para pegarles a los chicos de la Juventud Radical cuando perdieron la elección, la semana pasada.

–¿No cree que tiene un impacto negativo en el electorado que los votó este espectácul­o de peleas internas?

–Peor espectácul­o es el que protagoniz­an los que fomentan las divisiones. La gente tiene razón al no tomar a bien estas actitudes. Hay cosas que deberemos corregir para adelante, establecer reglas de juego para mejorar la institucio­nalidad del partido. Si soy elegido presidente del comité nacional, mi primer paso será fortalecer la institucio­nalidad de la UCR. También voy a buscar estrechar vínculos con los demás socios de la coalición. Es muy probable que antes de fin de año me reúna con Mauricio Macri, expresiden­te de la Nación. También mantendré una reunión con Patricia Bullrich y con Lilita Carrió.

–Está claro que usted quiere ser el próximo presidente de la UCR. ¿Sabe si Lousteau aspira a lo mismo?

–No lo sé. Un sector minoritari­o del partido lo propone; él está en todo su derecho. Si se postula y pierde, deberá aceptar la conducción elegida de manera mayoritari­a. No vaya a ser que ahora pretenda dividir al comité nacional.

–¿Habrá algún tipo de represalia contra quienes rompieron el bloque? Hay quienes sugieren que la nueva bancada –que será presidida por Rodrigo de Loredo- no debería tener el aval del partido.

–Lo claro aquí es que el único bloque del partido es el bloque de la UCR que preside Mario Negri; lo mismo el de Luis Naidenoff en el Senado. Por lo demás, no queremos generar más ruido. De lo contrario, no haremos otra cosa que hacerle el juego al Gobierno. Estas divisiones internas perjudican no solo al radicalism­o; también a la coalición de Juntos por el Cambio. Por eso debemos tener el cuidado de preservar, ante todo, la coalición como principal alternativ­a opositora al Gobierno y darle respuesta a la gente desde nuestra representa­ción en el Congreso.

–¿Usted cree que estos 12 diputados que rompieron serían funcionale­s al Gobierno en la sanción de las leyes?

–No creo. La ruptura tuvo una intención de carácter interno de Juntos por el Cambio: debilitar a la UCR y entregarle parte del partido a Rodríguez Larreta.ß

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